Las anécdotas de Mayrén Beneyto en su cumpleaños en Roma con su familia

Lo que está pasando con la vida social valenciana es exactamente eso, una vuelta a los clásicos, a las galas benéficas, a los cumpleaños, a las presentaciones de pequeñas firmas. Atrás quedaron las prendas más fashion, es decir aquellos fiestorros, pagados con dinero de no se sabe quién, donde venía gente famosa que antes había pasado por caja.

Ahora las fiestas las organizan personas con nombre y apellido que las pagan con su dinero y eso marca una diferencia: menos despilfarro, menos famosos de tres al cuarto y fiestas más recoletas y menos ambiciosas. El fin de semana que viene, sin ir más lejos, hay dos fiestas de cumpleaños, una en Jesús Pobre, que organiza Ángela Pla para celebrar su estreno en la década de los cincuenta; y otra del neurólogo José Miguel Láinez, en Altea, donde cumplirá unos setenta muy bien llevados.

Otra cumpleañera de verano, Sonia Baselga, prefirió irse una semana con su familia, su marido, sus dos hijos y su madre, para celebrar su cumple en el Lago di Como. ¡Qué maravilla de lugar! «Estuvimos en el Gran Hotel Tremezzo y desde allí visitamos los pueblos más emblemáticos y pintorescos: Bellagio, Mennagio, Varenna, disfrutando del lago en lancha veneciana y del paisaje, la gastronomía y la calma de ese paraíso».

Nuestra Mayrén también quiso celebrar su cumpleaños en familia, esta vez con un crucero por el Mediterráneo. Una vez en Roma, recibió la bendición de Monseñor Brosel en la Iglesia de España junto a su marido Ramón Almazán y sus hijos y nietos. Iban vestidos todos de blanco y Mayrén estrenó un vestido de encaje de guipur beige y un tocado comprado en Roma. «La medalla que llevo es de Hija de María del Sagrado Corazón, uno delos colegios donde estudié en la Villa Lante en Roma», cuenta Mayrén, que ya se ha trasladado a su casa de Beniarbeig como todos los veranos. Si Mayrén celebro su cumpleaños en Roma, Carmen de Rosa celebró su Santo en el Ateneo, con buenos amigos y en una fiesta elegante y clásica.