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Feijóo, con Almeida, Rajoy, Aznar, Ayuso y Tellado, en la manifestación. EFE

Feijóo convierte su acto en Madrid en un clamor de «elecciones ya»

El líder del PP llena el Templo de Debod y vuelve a apelar a los votantes críticos del PSOE y a aquellos de Vox que priorizan el cambio

Álvaro Soto

Madrid

Domingo, 30 de noviembre 2025, 00:21

En la semana que el PP cree que ha marcado un punto de inflexión por el ingreso en prisión de José Luis Ábalos y Koldo García y consciente de que sigue sin los apoyos precisos para ganar una moción de censura que acelere el desalojo de Sánchez del poder mientras Vox sigue presionándolo para que la convoque aun para perderla, Alberto Núñez Feijóo optó por volver a convocar a la ciudadanía a las calles contra el Gobierno de Pedro Sánchez y la corrupción que lo asedia. Él mismo y los suyos se cuidaron de ponerse la venda antes de la herida sobre la asistencia a la concentración convocada este frío domingo en el madrileño templo de Debod, en las cercanías de la sede del PSOE en Ferraz. Pero las cifras -40.000 personas según la Delegación del Gobierno, en manos socialistas, y 80.000 según Génova- y el ambiente han sido interpretadas por los populares como una exhibición de músculo, una de las «mejores» muestras de descontento hacia el presidente. El acto, al son de 'The final countdown' (la cuenta atrás final) de Europe, se ha convertido, de hecho, en un clamor para que el jefe del Ejecutivo dimita o convoque ya elecciones anticipadas.

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«Entre todos venimos a decir 'ni un día más'. La mentira, fuera. Los abusos, fuera. La inmoralidad, fuera. La arrogancia, fuera. La corrupción, fuera. Este Gobierno, fuera. Y Pedro Sánchez, fuera», ha coreado Feijóo, punteado en cada «fuera» por las voces de los manifestantes. Seis meses después de haber llamado por primera vez a la ciudadanía a protestar contra el Gobierno bajo el lema 'Mafia o democracia', Génova sostiene que, «efectivamente», el tiempo les ha dado la razón tras el encarcelamiento de los dos secretarios de Organización del PSOE aupados por Sánchez, Ábalos y Santos Cerdán. «El sanchismo no es un error puntual o un tropiezo, no son dos o tres personas, es su sistema, su mecanismo, su forma de llegar y su forma de estar en el poder», ha argumentado el jefe de la oposición.

La entrada en prisión el jueves del exministro de Transportes y de su exasesor ha sido la última muestra de la «degradación» del Ejecutivo. «El sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del Gobierno», ha asegurado Feijóo. «Cuatro personas cogieron el Peugeot para llegar al poder y tres ya conocen la cárcel. Solo falta el número uno, al que nada le consta», ha aseverado el líder popular, entre gritos de los asistentes de «¡Pedro Sánchez, a prisión!». Feijóo ha recibido aplausos entusiastas durante su discurso, aunque como ocurre siempre en Madrid, los mayores vítores han sido para la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, que también ha intervenido, junto con el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, quien ha equiparado aquel Peugeot de las primarias socialistas con «un furgón policial».

En su propósito de convertir el acto en una protesta «sin siglas», Feijóo ha insistido en que la situación de la política española «ya no va de izquierda o derecha o de PP o de PSOE, va de delinquir o servir, de vergüenza o dignidad, de corrupción o limpieza. Va de tener un Gobierno decente, y España lo tendrá». «España está parada, a la espera del siguiente escándalo, informe de la UCO o juicio, porque el sanchismo no gobierna, se protege. No tienen decencia, verdad, proyecto, presupuestos, mayoría ni en la calle ni en las Cortes», ha opinado el líder popular. La corrupción ajena, y también la propia, es la gran preocupación de Feijóo. El sábado, en Burgos, diez días después de la detención del presidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano García, del PP, por cobrar comisiones ilegales, Feijóo se mostró también muy exigente con los cargos de su partido, a los que advirtió: «Al que haya venido a la política a enriquecerse lo echaremos».

Apelaciones a los socios del Gobierno

En la tribuna, Feijóo ha incidido en una estrategia que no le alcanzó en las generales del 23 de julio de 2023 para conquistar una mayoría suficiente hacia La Moncloa: la opa electoral a los votantes críticos del PSOE con el sanchismo, por una parte, y, por otra a los de Vox que prioricen el cambio en España. «Le pido al PSOE -se ha arrancado- que no manche su historia, le pido a miles de votantes socialistas que no consientan que sus siglas se manchen del sanchismo, les pido que recuperen el espíritu de la Transición, que vuelvan a la Constitución y que vuelvan a ser un partido decente, aunque cuesta un poco conseguirlo». «No somos Vox», ha proclamado a renglón seguido Feijóo, quien ha evitado -la misma semana en que se ha reeditado el pacto en Valencia que ha hecho presidente a Juanfran Pérez Llorca- zaherir a quienes escogen la papeleta de los de Santiago Abascal. A la dirección de la extrema derecha sí les ha exigido un «déjense de pinzas» (en alusión a una estrategia que favorecería Sánchez), culpándole de «los errores cometidos hace dos años» y advirtiéndole de que él no se equivoca «ni de objetivo, ni prioridad, ni de adversario».

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A partir de ahí, Feijóo ha vuelto a endosar la carga compartida del sostenimiento de Sánchez en todo el arco de los socios parlamentarios que propiciaron su investidura. Sin citarlos por sus siglas, el líder popular ha preguntado retóricamente a Junts y PNV, las dos fuerzas con las que podría configurar una mayoría alternativa -aunque las redes las tienda más en este trance hacia los de Carles Puigdemont- si su ideología es «sostener la corrupción» o si entre sus ideales está «justificar las mentiras». «¿Hasta dónde vais a seguir tragando para mantener lo vuestro?», les ha cuestionado.

Con ironía, Feijóo también ha avisado a Sumar de que pierde influencia en el Gobierno porque Sánchez tiene «un juguete nuevo» (en referencia a Esquerra), al tiempo que ha pasado factura a Podemos y lo que se denominó la nueva política -«Los indignados de pacotilla»- y le ha retado a «volver a acampar en la Puerta del Sol». «¿Pero de qué vais los de Podemos?», ha bramado, entre aplausos del auditorio. Y para rematar con los socios, mensaje sobre Bildu: «Son los únicos que están a la altura moral de este Gobierno: los delincuentes al lado de los delincuentes».

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Feijóo también ha desgranado las cinco medidas que va a tomar en los 100 primeros días si llega a la Moncloa. Así, plantea una auditoría completa «para saber hasta dónde ha llegado el saqueo de estos últimos años»; una «limpieza total» de las instituciones, barriendo «todo atisbo de sanchismo»; una bajada de impuestos; un desbloqueo de las leyes bloqueadas por el PSOE en materia de vivienda, okupación o inmigración; y, medidas dirigidas a «mejorar» la democracia.

El ex de Vox Espinosa de los Monteros, en el acto

La de este domingo ha sido la séptima protesta en la calle de Feijóo desde que llegó a la presidencia del PP en abril de 2022. La anterior fue el 8 de junio, hace seis meses, cuando los populares protestaron contra la «degradación» del Ejecutivo con el lema 'Mafia o democracia', ahora actualizado; las cinco anteriores fueron contra la ley de amnistía. Como medida del éxito del encuentro de este domingo, fuentes populares recuerdan que en la protesta de junio la Delegación del Gobierno cifró el número de asistentes en 8.000, un número multiplicado por cinco esta vez. «Convocar una manifestación así en solo 48 horas y casi en diciembre solo lo puede hacer el PP», se ha jactado Feijóo.

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Junto a él han participado en la concentración todos los presidentes autonómicos del PP, salvo la balear, Marga Prohens, el riojano, Gonzalo Capellán, y el andaluz, Juanma Moreno, enfermo con gripe. También han asistido los expresidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy, a los que Feijóo ha dirigido un saludo especial por «dar sus consejos cuando se les pide». Y fuera del PP, entre los participantes estaba el exportavoz parlamentario de Vox en el Congreso y fundador del 'think tank' Atenea, Iván Espinosa de los Monteros, los intelectuales Fernando Savater y Andrés Trapiello, y varias asociaciones de la sociedad civil.

Vox no ha participado en la protesta. Al contrario, pronto se desmarcó de ella con gruesas palabras. La portavoz en el Congreso del partido de derecha radical, Pepa Millán, calificó este viernes la concentración como una «tomadura de pelo» y acusó a los populares de mantener el diálogo con el PP en asuntos como el nuevo Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. «¿A qué estamos jugando? ¿Hay un PSOE bueno?», se preguntó Millán. Mientras, también en la mañana de este domingo, Revuelta, un sindicato vinculado a Vox, celebró su propia protesta en la calle Ferraz, donde se ubica la sede del PSOE y apenas a medio kilómetro del Templo de Debod.

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