Alejo Miranda de Larra interroga al jefe del Gobierno. EFE

Un año y medio de espera para no cumplir las expectativas

Dirigentes del PP creen que Miranda «se pasó de frenada» mientras Génova se congratula de haber puesto contra las cuerdas al presidente

Jueves, 30 de octubre 2025, 00:21

Sensaciones encontradas en las filas del PP tras el paseíllo de Pedro Sánchez por el Senado. Después de un año y medio deshojando la ... margarita, las expectativas ayer eran muy altas. El objetivo fijado por Génova era «acorralar» al presidente del Gobierno por los casos de corrupción que rodean a su entorno familiar y político, que contestase a las preguntas que esta vez no iban a hacerle los periodistas 'afines'. Pero el desenlace no fue el esperado por más que Génova se vanagloriase de que había «cumplido» el objetivo. El jefe del Ejecutivo salió sin apenas arañazos de un tercer grado en el que el senador elegido por los populares, Alejo Miranda de Larra, exhibió dureza pero, en algunos momentos, «se pasó de frenada». «Estuvo muy acelerado», reconoce un cargo consultado. «Intento ser invasivo, pero acabó atropellando al presidente», afirma otro dirigente.

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Aunque su nombre encabezaba todas las quinielas, los de Feijóo prefirieron guardarse ese as en la manga hasta el inicio del interrogatorio. Miranda de Larra es abogado de profesión y ha ocupado varios cargos directivos en la Comunidad de Madrid. Entre su labor, como le recordó el presidente, estuvo levantar el Hospital Isabel Zendal durante la pandemia. Se da la circunstancia de que el senador popular, que ejerce como portavoz en la comisión de investigación, estuvo intubado seis días en la UCI en coma inducido. Una carta de presentación de la que se valió el PP para reprocharle a Sánchez que mientras unos agonizaban «en la UCI, su número dos se hacía de oro» por la compra de mascarillas a cambio de comisiones.

«Las tablas» del rival

El senador popular llevaba la lección aprendida y trató de repartir mandobles; pero los hizo de forma deslavazada y caótica en algunos momentos. Sus propios compañeros admiten que «el escenario no era fácil». El interrogatorio acabó marcado por las continuas interrupciones, los reproches y las llamadas de atención del presidente de la comisión que obligaron a Miranda de Larra a retirar sus preguntas. Hasta la propuesta de un careo entre el presidente con Víctor de Aldama y José Luis Ábalos pasó desapercibida. «Es bueno interrogando, pero no lo tenía fácil. Sánchez tiene muchas tablas y no comete patinazos», reconocían ayer en la dirección del grupo. Un alto cargo fue más lejos: «Si solo vas a llamar a Sánchez una vez, éste no era el momento».

«Lo que dependía de nosotros lo hemos conseguido», se congratulan, en cambio, en Génova. «En todo el mundo, en todas las televisiones, en todos los medios de todos los países, se va a ver al presidente del Gobierno de España respondiendo (o sin responder) a preguntas sobre la corrupción de su familia, su partido y su Ejecutivo», apuntaban al finalizar la comparecencia. «Si hubiera que ponerle un título a esta película -apostillaban después- podría ser 'La gran evasión'». En eso coinciden todos: en que Sánchez se fue sin aclarar nada.

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