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Un Pleno del Consell. IRENE MARSILLA

Un año de parálisis en el Botánico

El Consell concentra todos sus esfuerzos en la pandemia y se olvida de la gestión y los asuntos capitales como la financiación

A. Rallo

Valencia

Domingo, 7 de febrero 2021, 01:29

El proyecto político del Botánico permanece congelado. La irrupción del Covid el pasado mes de marzo dejó las aspiraciones del Consell en simplemente eso, deseos sin constatación material. Y así, sin apenas ser conscientes del vertiginoso transcurrir de los últimos meses, encontramos una Generalitat que carece de grandes iniciativas más allá de los intentos –con diferente éxito– por combatir la pandemia. Un cierto éxito en la primera ola; un contundente desastre en esta segunda-tercera avalancha. Con el horizonte cercano del ecuador de la legislatura, el Gobierno del Botánico -más dividido que nunca- bastante esfuerzo realiza por contener sus propias tensiones, salpimentadas por el caso de corrupción de Francis Puig, hermano del presidente. Los partidos, conscientes de la parálisis del Consell, comienzan a pensar ya en clave interna, con la mirada puesta en sus congresos, reelecciones y alianzas. Este es el escenario tras la letal sacudida del virus hace casi un año.

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SR. GARCÍA

Una de las cuestiones que sí ha abordado el Botánico, no obstante, ha sido completar su plantilla de altos cargos y asesores, ampliada tras la reedición del Botánico. El pleno se ha logrado pese a la pandemia o precisamente por ella, según las diferentes interpretaciones. El Consell pasó de 98 altos cargos a 116. Un crecimiento similar se produjo en los asesores, de 74 a 116. El pasado mes de enero se cumplió el cupo de altos cargos, lo que respaldaría la tesis de la oposición de que este organigrama se creó cuando no existía una verdadera urgencia. Tardaron en asignar los puestos más de un año y medio, lo que lleva a sostener la argumentación anterior. De igual modo, también se ha disparado los integrantes del área de asesores. El Gobierno valenciano cuenta ya con 112 especialistas en diferentes materias, a sólo cuatro de llegar al tope.

El mensaje del Consell, según la oposición, ha resultado contradictorio. Aquello de 'salvar personas' parece haberse aplicado con la máxima dedicación y en un contexto de crisis en la Administración, que ha incrementado el número de asesores, lejos de cualquier contención. El ejemplo más evidente del letargo reivindicativo en el que se ha sumido el Consell es el de la financiación. ¿Alguien se acuerda de este leitmotiv del presidente Puig cuando gobernaba Rajoy? Es precisamente en periodos como el actual, donde las comunidades hacen un esfuerzo extra, cuando más precisan de músculo financiero. Pero con la llegada de Pedro Sánchez, el PSPV ha enterrado la reivindicación, ha bajado dos o tres tonos la queja hasta hacerla casi inaudible. Y si no se menciona ese asunto, pues casi que mejor. Hablar de planes de reforma del sistema, hoy por hoy, resulta una quimera. Un calendario de ciencia ficción. Y eso que únicamente hablamos de un simple bosquejo del modelo, aprobarlo será el siguiente paso. «No ha sido capaz de pelear el cambio de modelo ante Sánchez», lamenta la diputada del PP, Eva Ortiz. «Eso ha desaparecido de la agenda del PSPV», añade Toni Cantó, síndic de Cs. Compromís se alejó de los socialistas y denuncia ahora la tibieza de Puig. Pero la coalición nacionalista «la puso como condición para apoyar a Sánchez en la moción de censura y también parece haberse olvidado de este tema».

Otro de los temas capitales de la izquierda fue el de los barracones en colegios del PP. Los principales partidos de la oposición lamentan que este problema continúa. «No se ha hecho ningún avance significativo» pese a que anunciaron que los eliminarían en la primera legislatura. El estado de alarma afectó también a la tramitación de obras y algunas ejecuciones. De hecho, se desvió dinero de estos objetivos a otros usos. En cambio, denuncian que todos los esfuerzos se han dirigido hacia «la inmersión lingüística e imposición educativa». «No se han hecho los deberes», añaden desde Ciudadanos.

Asuntos clave

  • FInanciación. El ejemplo más ilustrativo. Esta reivindicación o se esconde o se baja el tono. El PSPV es el principal responsable, aunque Compromís también pactó con Sánchez un calendario.

  • Barracones. Frenazo añadido a la ya promesa incumplida de terminar con las dependencias en la primera legislatura.

  • Listas de espera. Ya se habían incrementado antes del Covid, pero ahora se dispararán todavía más tras las cancelaciones de numerosas intervenciones no urgentes. También la modernización de la Atención Primaria, según el PP.

  • Medioambiente. Retrasos en la ley de cambio climático, ahora en fase de borrador, o la de economía circular que ahora ha empezado a tramitarse en Les Corts. Eran proyectos emblemáticos y todavía están en mantillas. Tampoco se aprecian grandes avances en la protección del parque natural de l'Albufera.

  • Renta Garantizada de Ciudadanía. Problemas en la tramitación de este ingreso mínimo por parte de la Conselleria, según el Síndic de Greuges y otras asociaciones. La actualización del importe de esta prestación se postergó a este año.

Las listas de espera son otro de los caballos de batalla de la Administración. Un hándicap que la pandemia sólo ha hecho que multiplicar, pero que no se había podido corregir en años anteriores. En materia sanitaria, el Consell ha apostado por las reversiones. Sin embargo, «este Gobierno es el que menos hospitales y centros de salud ha construido», proclaman desde el PP. Citan, además, la reforma de la atención primaria que hoy en día «no es aún ni un boceto».

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Las infraestructuras, según Ciudadanos, también aparecen como un lastre que impide al Consell presumir de gestión. La ampliación del Puerto de Valencia, por ejemplo, sigue frenada. La formación apunta que las discrepancias en el seno del tripartito sobre una nueva declaración de impacto ambiental ha influido.

Tampoco el plano social con aquel «rescate de las personas» se antoja ahora como uno de los proyectos más boyantes. Los problemas en la tramitación de la Renta Garantizada de Ciudadanía dejan a un buen número de personas a la expectativa de unos ingresos urgentes. Y más todavía en un momento como el actual donde se han disparado el número de hogares sin una sola nómina.

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El aumento de la población en municipios de interior tampoco está teniendo gran repercusión. Una de las medidas estrella, la colocación de cajeros, debió suspenderse ante la falta de ofertas. En Medio Ambiente, también se aprecia demora en la ley de cambio climático, ahora en fase de borrador, o la de economía circular que ahora ha empezado a tramitarse en Les Corts. Y todo lo anterior, con toda la confianza depositada en la llegada y gestión de fondos europeos para impulsar la economía valenciana.

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