Mazón es Alejandro Sanz y Morant suena a Aitana: la inteligencia artificial crea la playlist política
Chat GPT compara a los líderes valencianos con estrellas de la música para retratar sus virtudes, excesos y carencias políticas
Alejandra Carrillo
Valencia
Sábado, 23 de agosto 2025, 00:04
La Inteligencia Artificial avanza cada vez más y con ella también se multiplican sus posibles interpretaciones del mundo actual. En los últimos años, esta ... tecnología ha pasado de ser un concepto distante y futurista a convertirse en una herramienta cotidiana capaz de responder preguntas, analizar situaciones e incluso ofrecer opiniones con un tono casi humano. Actualmente no hay persona que no haga uso de este asistente virtual, tanto para situaciones más técnicas como para echarse unas risas entre amigos.
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Desde la redacción de LAS PROVINCIAS hemos querido poner a prueba esta versatilidad que tiene la Inteligencia Artificial, más específicamente Chat GPT, llevándola a un terreno poco convencional. Le hemos preguntado qué piensa de los políticos de la Comunitat, un grupo de figuras públicas que habitualmente generan debate en el ámbito social, cultural y mediático. Sin embargo, no nos hemos limitado a pedir un análisis clásico de su gestión o de su perfil institucional, sino que hemos buscado algo diferente.
La propuesta consiste en establecer un juego de asociaciones entre políticos valencianos y cantantes actuales. Se trata de una comparación en apariencia ligera, pero que también puede ofrecer una mirada ingeniosa sobre la forma en la que percibimos a nuestros representantes. Al igual que los artistas, los políticos proyectan una imagen, un estilo y un discurso que los ciudadanos interpretan y asocian con determinados valores. Así, este paralelismo entre la política y la música permite entender que ambos mundos comparten elementos en común, como la necesidad de conectar con el público, mantenerse vigentes y, en muchos casos, reinventarse.
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Por eso, más allá de realizar una simple asociación de nombres, le hemos pedido a Chat GPT que nos cuente qué similitudes, buenas o malas, encuentra entre unos y otros. El resultado no busca ser un retrato científico ni un análisis riguroso, sino más bien un experimento creativo que combina humor y observación.
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De las tribunas al escenario
Comenzando en la dirigencia de la Comunitat, según la interpretación de la IA, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat y líder del Partido Popular, encajaría en la piel del madrileño Alejandro Sanz. Chat GPT no ha asociado a Mazón consigo mismo, aunque este haya llegado a ser aspirante a Eurovisión, entrando en la preselección con su grupo de amigos, Marengo. El asistente virtual ha afirmado que ambos transmiten una imagen de madurez, solidez y continuidad: «Sanz, con décadas de carrera, no necesita estridencias para mantener su prestigio, del mismo modo que Mazón proyecta un perfil serio y de gestor».
Sin embargo, la IA también ha sabido detectar los puntos débiles que comparten tanto el cantante como el president, el punto que este ha destacado es que ambos carecen de chispa y que pueden resultar «previsibles», haciendo que su sobriedad «roce la monotonía» muchas veces.
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Muy distinta es la comparación que hace entre Llanos Massó y Mónica Naranjo, entre las que no encuentra distinción alguna. La presidenta de Les Corts por Vox recuerda a la cantante por su «fuerza arrolladora, su discurso directo y la intensidad con la que defiende sus convicciones».
Como Naranjo en el escenario, Massó no busca llegar a un término medio: apuesta por un mensaje contundente, cargado de carácter, que genera adhesiones apasionadas y rechazos igual de firmes. Su figura es «símbolo de polarización y de potencia escénica». Sobre ambas también recalca que su exceso de dramatismo «convierte el mensaje en espectáculo» y les separa de su mensaje principal.
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En cambio, Joan Baldoví, diputado de Compromís, tiene un paralelismo con C. Tangana, según determina la IA. El músico ha sabido conectar con lo popular y lo contemporáneo a la vez, mezclando lo castizo con lo urbano, lo local con lo global. Para Chat GPT Baldoví representa ese mismo espíritu en la política valenciana: «lenguaje llano, conexión con la gente y una manera de actualizar el discurso valencianista sin perder sus raíces».
Al igual que el madrileño, Tangana, la IA considera que Baldoví «peca de populista, más showman que estadista», insinuando que su estilo sencillo puede frecuentemente llegar a sonar «simplista o poco riguroso de cara a la realidad».
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Diana Morant, ministra de Ciencia y dirigente socialista, es comparada con la exconcursante de Operación Triunfo, Aitana. La secretaria general del PSPV «proyecta juventud, frescura y modernidad», valores que también encarna la cantante catalana. Sin embargo, ambas son consideradas «productos» de sus respectivas áreas con «más imagen que fondo», una un producto de la industria musical y la otra un producto de la política.
Además de los líderes de la Comunitat, en la política valenciana destacan perfiles diversos que configuran el tablero autonómico. La IA considera que María José Catalá, alcaldesa de Valencia, es como Shakira: «polifacética, carismática y capaz de reinventarse según el escenario». Esa ductilidad es su «mayor fortaleza», pero también su mayor debilidad: como la cantante colombiana, corre el riesgo de «perder autenticidad en su afán de gustar a públicos tan distintos».
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Luis Barcala, en Alicante, encarna el perfil de Pablo Alborán: «correcto, clásico y sereno, con un discurso que transmite confianza y estabilidad». No obstante, para Chat GPT esa sobriedad puede volverse contra él, como el malagueño, corre el peligro de resultar plano, sin sorpresas, condenado a repetir un mismo repertorio que aporta calma, pero difícilmente emoción.
En Castellón, Begoña Carrasco «se asemeja a Rozalén» dice la Inteligencia Artificial consultada. Bajo su consideración «su frescura es un activo, pero también puede jugar en su contra», ya que en la política no basta con ser simpática, y esa cercanía puede percibirse como ingenuidad cuando toca asumir decisiones duras o defender posturas impopulares. Igual que la cantante, corre el «riesgo de sonar siempre al mismo acorde», agradable pero sin mucha profundidad.
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En la Diputación de Valencia, Vicente Mompó se parece a Dani Fernández según Chat GPT. Como el ex integrante de Auryn, ha construido «un camino más discreto, aportando trabajo constante y fiable sin necesidad de grandes focos». Sus canciones —o en este caso, sus decisiones— «transmiten honestidad». Su problema según el asistente virtual no es la falta de solvencia, sino la «escasa capacidad de diferenciarse en un panorama saturado».
Toni Pérez, presidente de la Diputación de Alicante, recuerda a Antonio Orozco: «cercano, conciliador, con voz de experiencia y con una habilidad especial para emocionar y unir». Como el cantante catalán, sabe cómo «conectar con públicos distintos y generar un ambiente de confianza». Sin embargo, la Inteligencia Artificial observa que también adolece del mismo defecto: su repertorio, aunque sólido, puede resultar demasiado seguro, sin arriesgar en exceso.
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Marta Barrachina, en la Diputación de Castellón, es la última del análisis, y según Chat GPT encarna a Malú, por su «liderazgo femenino fuerte, presencia imponente y una intensidad que no pasa desapercibida». Igual que la cantante, ambas transmiten pasión y orgullo, y su voz política resuena con fuerza en su tierra. Pero esa misma intensidad la puede volver distante: «una artista que llena estadios, sí, pero que a veces parece inaccesible para el contacto cercano y cotidiano que demanda la política provincial».
La IA el juez final
El ejercicio de analogías entre política y música realizado por la inteligencia artificial no busca tanto una equivalencia exacta como una radiografía en clave cultural. En suma, la IA interpreta que la política valenciana funciona como un gran concierto donde cada líder toca su instrumento: «algunos afinan la melodía de la estabilidad, otros buscan la nota estridente, y otros se empeñan en reinventar los ritmos de siempre». La duda es si el público seguirá coreando estas canciones políticas o si exigirá un nuevo repertorio.
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Finalmente le preguntamos si la política valenciana se transformara en un talent show musical cómo clasificarían los dirigentes de la Comunitat, según Chat GPT algunos nombres destacarían inevitablemente sobre el escenario. María José Catalá tendría «asegurado su pase a la final: como Shakira, tiene carisma, versatilidad y sabe adaptarse a cualquier estilo». Joan Baldoví también sería finalista, «convertido en el C. Tangana del certamen».
Llanos Massó, «con su intensidad de Mónica Naranjo, sería otra de las voces finalistas», capaz de dividir a la audiencia entre la ovación y el abucheo. Y, como contrapunto, Diana Morant «entraría en la final por la frescura de Aitana, aunque su propuesta aún se perciba demasiado de academia».
Otros, en cambio, se quedarían en semifinales: «Carlos Mazón sería valorado por su solidez y profesionalidad, pero le faltaría chispa para arrasar en votaciones», Begoña Carrasco enamoraría con su «cercanía tipo Rozalén, pero quizá con un repertorio demasiado amable para el duelo final»; y perfiles como Barcala, Mompó o Pérez, pese a su solvencia, sonarían «demasiado previsibles» para la emoción que exige un concurso.
En definitiva, la IA considera a estos los finalistas porque combinan tres ingredientes clave: proyección mediática, conexión con el público y un estilo reconocible. Lo demás es secundario, en política como en música: el público vota más por la emoción que por la partitura.
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