En el banquillo

Juicio al clan Pujol: cómo lavaron su fortuna oculta, paso a paso

Los ocho miembros de la familia del expresident que lideró la Generalitat 23 años se sientan en el banquillo de la Audiencia Nacional por corrupción, en una vista que fiscaliza toda una era política en Cataluña

Domingo, 23 de noviembre 2025, 00:08

Más de una década después de que Jordi Pujol desatara un terremoto en la política catalana con la confesión sobre su fortuna oculta en Andorra, la Audiencia Nacional abre el juicio contra el expresidente de la Generalitat catalana y toda su familia, el escaparate judicial en el que se expondrán los hechos de una causa que echó a volar con las declaraciones de una exnovia despechada, Victoria Álvarez, que destapó cómo el primogénito del clan, Jordi Pujol Ferrusola, llevaba bolsas llenas de billetes a Andorra. El mismo que se paseaba por Barcelona con su colección de Ferraris y coches de alta gama, mientras su madre ya fallecida -la 'madre superiora'- aseguraba que la saga «no tiene ni un duro».

Es un juicio, sí, a una presunta red familiar de corrupción, pero también a toda una época institucional y política: la del poder casi absoluto de Pujol en Cataluña durante sus 23 años de presidencia, de intereses, influencias, intercambio de favores, espías, micrófonos en floreros y un 'procés' de independencia. Los trapos sucios del 'pujolismo' encaran el momento decisivo ante la justicia.

La familia Pujol está acusada de integrar una organización criminal que se habría enriquecido durante décadas de forma ilícita. El clan acumuló un «patrimonio desmedido», según el auto de procesamiento, directamente relacionado con «percepciones económicas derivadas de actividades corruptas». En la investigación se apunta a un presunto «blanqueo de capital». Una «estrategia cuidadosamente planificada» destinada, de acuerdo a las evidencias recogidas en el sumario, a lograr un enriquecimiento irregular primero y su camuflaje -el lavado- después.

Este es el esquema detallado del funcionamiento de la trama:

Según se desprende del auto de procesamiento, de julio de 2020, el liderazgo de la organización correspondía al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y a su mujer, Marta Ferrusola, fallecida el 8 de julio de 2024 víctima de la demencia, y que se autodenominaba la «madre superiora de la congregación».

Tras ellos y siguiendo sus instrucciones se encontraba Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayor. Aparece como «el capellán de la parroquia». Asumió la dirección de toda la estrategia presuntamente delictiva y la recepción y distribución del dinero entre sus padres y sus hermanos.

«Las actividades ilícitas de los miembros de la familia se llevaron a cabo en todo momento con un gran nivel de coordinación entre todos ellos y siguiendo pautas comunes de actuación», describe el auto judicial por el que el clan se sentará en el banquillo.

El 'modus operandi' de la saga por el que será enjuiciada se asemeja, en el siguiente ejemplo, a una lavandería familiar, en la que los beneficios ilícitos se equiparan a una suerte de 'ropa sucia' que había que lavar, secar y planchar para darle apariencia de legalidad.

¿De dónde salía el dinero?

La ropa sucia

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

La fortuna familiar proviene de pagos millonarios irregulares, disimulados bajo distintas estructuras societarias y utilizando diferentes paraísos fiscales. Encontraban su contraprestación en influencias por parte del clan Pujol en adjudicaciones, cambios de calificación urbanística, adjudicación de concesiones, etc. Los pagos servían, además, para congraciarse con la familia del expresident o para mantener la buena relación y así hacerse acreedores a futuras adjudicaciones y favores políticos. En algunos casos, se efectuaban simulando supuestas operaciones contractuales de asesoramiento. El auto de procesamiento asegura que la fortuna familiar «no proviene», como alegan los Pujol, de la herencia del abuelo Florensi.

¿Cómo introducían el dinero en Andorra?

Programa de lavado

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

El auto habla de un patrón común de actuación: los Pujol realizaban continuos ingresos en efectivo en las cuentas familiares radicadas en bancos andorranos. Ejecutaban sistemáticos repartos de dinero entre las cuentas andorranas de la familia vía transferencia o mediante ingresos en efectivo. Hacían ingresos en metálico directos en cuentas de terceros. Llevaban a cabo actuaciones transnacionales, dirigidas a garantizar la máxima opacidad del dinero. Hacían uso sistemático de mecanismos ilícitos de compensación internacional y utilizaban cualificados profesionales o expertos en la creación de estructuras comerciales para proceder al afloramiento de este dinero obtenido presuntamente de manera ilícita y su integración en negocios legales.

Según el auto, todos los miembros de la familia procedieron a abrir cuentas en Banca Reig (luego Andbank) en Andorra. Más tarde, todos ellos también, simultáneamente y siguiendo las instrucciones de Jordi Pujol Jr., cancelaron estas cuentas. La mayoría movió sus capitales a BPA, abriendo allí nuevas posiciones. Un «misal» era un millón de pesetas, de acuerdo al lenguaje en clave utilizado por Marta Ferrusola para traspasar fondos a la «biblioteca» del «capellán», su hijo mayor, Jordi.

¿Cómo ocultaban el dinero?

Centrifugado y secado

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

Varios de los miembros del clan familiar, organizadamente, adquirieron sendas estructuras societarias absolutamente opacas a las que transfirieron sus capitales (fundaciones 'off-shore' dependientes de sociedades asimismo 'off-shore' gestionadas por testaferros), con la finalidad declarada y admitida de ocultarlos a Hacienda, para terminar cerrando estas estructuras opacas, también todos simultáneamente, a finales de 2014.

¿Cómo blanqueaban el dinero?

Planchado

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

Jordi Pujol Ferrusola hizo inversiones en casinos en México y en Argentina. El objetivo era blanquear, a través de testaferros, los capitales obtenidos de forma ilícita en nuestro país. El juez De la Mata identificó un total de seis testaferros por parte de Jordi Pujol Jr. para «ocultar» su participación en operaciones o inversiones. Según el auto de procesamiento, el hijo mayor de los Pujol «habría concedido su aval personal a operaciones de financiación ilícita de Convergència, con liquidez suya propia en cuentas andorranas».

Las pautas comunes de actuación se extienden a la estrategia defensiva. Así, todos los encausados niegan durante la instrucción conocer detalles sobre la propia coartada que aportan acerca del origen de los capitales que se repartieron: el legado hereditario del abuelo Florensi. A lo largo de la instrucción, los investigados no han aportado elemento alguno que permita contrastar la veracidad de esta versión, según concluye el juez en el auto de procesamiento. La estrategia entre los miembros del clan es «coincidente y está orquestada y coordinada», afirma la resolución judicial. Todos afirman desconocer dónde se conservó el legado, la entidad o entidades bancarias donde estuvo depositado, el momento y forma en que llegó a Andorra, la cuenta o productos financieros en que estuvo invertido y los rendimientos obtenidos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad