¿Y qué hizo Ximo Puig con el caso Francis?
El expresidente del Consell se puso de perfil en un asunto en el que su hermano involucró hasta al patriarca de la familia
El 8 de abril de 2019, Francis Puig, hermano del que fuera presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y cabecilla del clan de las ... productoras de Castellón, retiró su empresa de un concurso público de corresponsalías de À Punt a pesar de que había ganado uno de los lotes. El hermano de Ximo Puig era sabedor de que lo habían pillado con las manos en la masa pactando ofertas con sus compañeros de fechorías, pero lo que no contaba es con que LAS PROVINCIAS descubriría el juego sucio de la familia del expresidente.
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Meses después, tras la denuncia de la propia À Punt, Competencia de la Generalitat fijó una multa de 43.000 euros para Francis Puig y los hermanos Adell Bover por competencia desleal y hacer trampas al solitario. El 5 de enero de 2021, cuando se conoció la multa, el entonces Molt Honorable Ximo Puig debería haberse ido a su casa porque un presidente de la Generalitat no puede soportar que su hermano manosee el dinero público. De manera paralela, estaba abierta otra investigación iniciada por el PP por las ayudas públicas recibidas por el clan de las productoras para el fomento del valenciano y que la Fiscalía Anticorrupción acaba de envolver en un informe como una trama de estafa y fraude de subvenciones en toda regla, por lo que pide prisión para Francis Puig y Juan Adell Bover.
El asunto es pestilente, sucio y un caso más de corrupción con apellido ilustre como es Puig entre los socialistas valencianos y de manera colateral con el nombre del eurodiputado Vicent Marzà, de Compromís, que no se enteró de nada aquellos días en los que el dinero salía en forma de subvención de su conselleria hacia las cuentas corrientes de los piratas de la televisión.
La chapuza de Francis Puig, que armó una trama de duplicidades, facturas falsas, empresas ficticias y proveedores inexistentes, salpica incluso al padre de los hermanos Puig, que seguramente no se enteraba de nada pero que define muy bien la pasta de la que está hecho el magnate de la televisión de Morella. ¿Se destinaba ese dinero para potenciar y alabar las virtudes de los socialistas de la comarca y del PSPV en general? Pues quizá sí. La trama era tan cutre que hasta intentaron embarcar a un cantante guineano, de nombre Madjulis, para que cantara canciones en valenciano para cobrar una subvención. Aquellos días, al igual que pasó con el caso Mónica Oltra, muchos miraron a LAS PROVINCIAS con el desdén de la superioridad moral pero el tiempo y un juez pusieron al marido de la exvicepresidenta en la cárcel por abusar de una menor y la Fiscalía pide para Francis Puig cuatro años de prisión por, como él decía, «la mierda de lo del valenciano». La vida es así.
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