El rey emérito saluda ayer desde un coche tras aterrizar en el aeropuerto vigués de Peinador. EFE

El emérito pasa factura a la Reina y Sánchez

Critica en sus memorias a ambos, avisa de la fragilidad» de la Corona y tilda a Corinna de «amargo error»

Enric Bonet

París

Miércoles, 5 de noviembre 2025

Uno de los libros más esperados de este final de año en España llegó primero este miércoles a las librerías en Francia. Las memorias del ... rey emérito Juan Carlos I, tituladas 'Reconciliación' y coescritas con su biógrafa gala, Laurence Debray, se pusieron a la venta en el país vecino, antes de su comercialización en España en diciembre. Este periódico ya ha podido leer el volumen pocas semanas antes de la conmemoración del 50º aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco. A pesar de que no incluye grandes revelaciones, el exjefe del Estado trata numerosos aspectos de su reinado, así como de los accidentados últimos 15 años en que los que abdicó en 2014 y se fue a vivir a Emiratos Árabes en 2020.

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Las «fragilidades» de la Monarquía

El emérito intenta con este libro reconciliarse con sus conciudadanos y se muestra comprometido con hacer cuanto pueda para que Felipe VI «tenga éxito». «Voy a hacer todo lo posible para que mi hijo, el rey Felipe, tenga éxito al frente de nuestra institución y que su hija, la princesa Leonor, que está muy bien preparada, le suceda cuando llegue el momento oportuno», promete.

No obstante, sorprende al reconocer «las fragilidades» de la Corona. «España no es un país automáticamente monárquico. El Rey debe dar forma a la monarquía todos los días. (…) Nuestra Monarquía no dispone de la misma profundidad ni continuidad histórica (…) que la británica o de otros países europeos», constata. Además, advierte de los riesgos a los que hacen frente los sistemas democráticos en un mundo tan convulso como el actual: «La democracia es un bien frágil y debe preservarse y defenderse». Teniendo en cuenta esta advertencia, resultan llamativos los elogios que expresa respecto a Franco: «Lo respetaba enormemente. Valoraba su inteligencia y su sentido político. (…) Nunca dejé que nadie lo criticara delante de mí».

A Sánchez, por «debilitar la Corona»

Juan Carlos I repasa en las más de 500 páginas toda su vida. Lo hace con un tono consensual y sin querer destripar a nadie. A pesar de ello, lanza varias pullas, por ejemplo, contra Pedro Sánchez, al que acusa de haber «debilitado la Corona». «Actualmente, los presidentes del Gobierno pasan allí sus vacaciones, y eso que algunos de ellos no paran de criticarme y de debilitar la Corona», afirma refiriéndose al palacio real de La Mareta, en la isla de Lanzarote, donde ha veraneado varias veces el líder del PSOE. Además, se muestra crítico con los ministros del Gobierno progresista de coalición «que pueden denigrar abiertamente» a la Familia Real «sin ninguna consecuencia».

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Un ejemplar de «Reconciliación», las memorias del rey emérito Juan Carlos I. EFE

La lucha contra ETA, «la más dura»

El que fuera jefe del Estado entre 1975 y 2014 describe con evidente fatalidad el hecho de que lleve cinco años viviendo en la isla privada de Nurai (en Emiratos) y que le retiraran desde entonces su asignación económica. «Soy el único español que no cobra una pensión tras 40 años de servicio».

Por contraste, considera que los momentos más complicados de su vida y reinado estuvieron relacionados con los ataques terroristas que ha sufrido España. «Sabía que al final seríamos más fuertes que ellos, que terminaríamos por ganar esa batalla, que fue la más dura y la más dolorosa de mi reinado», narra. Describe como «una herida personal, aún difícil de curar» los 854 muertos y los 3.000 heridos causados por el «calvario» propiciado por la banda nacionalista. Y se refiere a los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en la estación de Atocha, en Madrid, como «la jornada más funesta» y «dura» que vivió como monarca.

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Desafección hacia la reina Letizia

El emérito no derrocha grandes dosis de bilis en el libro, pero sí que menciona su mala relación con la reina Letizia. Su llegada, dice, «no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares». De hecho, reprocha a su nuera que no quisiera reunirse cara a cara con él y que «nunca pude ir solo con mis nietas (las princesas Leonor y Sofía) por Madrid».

También menciona la vida rodeada de polémicas del seguramente más controvertido de sus nietos, Froilán de Todos los Santos. Respecto al hijo de la infanta Elena, reconoce que «el divorcio de sus padres, unido a cierta falta de autoridad paterna -en alusión a Jaime de Marichalar-, le condujeron a una vida desvergonzada, pero podía ayudarle a encontrar un trabajo y piso». Eso explica que se fuera a vivir con él a Emiratos.

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Las infidelidades y el elogio a 'Sofi'

El libro incluye cerca de 40 capítulos. Uno de ellos trata exclusivamente sobre las infidelidades que sufrió la reina Sofía, a la que llama 'Sofi' y a la que describe como «una mujer excepcional, recta y buena. (…) Es la encarnación de la nobleza en el alma». A pesar de ello, Juan Carlos reconoce haberle sido infiel más de una vez.

«En medio de una vida sobrecargada y excitada, hubo fluctuaciones sentimentales, una de las cuales se conoció públicamente», escribe. La revelación de su romance con Corinna Larsen, junto con su escapada con ella en 2012 en Botswana para cazar un elefante, contribuyeron a su abdicación dos años después. «Esa relación (con la empresaria alemana) fue un error que lamento de manera muy amarga. (…) Tuvo un impacto desastroso sobre mi reinado y sobre la vida de mi familia», afirma el emérito, quien defiende que le «han adjudicado una decena de relaciones extraconyugales, la mayoría totalmente ficticias». En concreto, fueron romances inventados, según él, con la princesa Diana de Gales o con Sara Montiel.

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El emérito se muestra muy crítico con los periodistas y los medios. Compara, de hecho, la presión que ha sufrido con «una caza al hombre». Y utiliza sus memorias para sacar pecho de su legado: «El país que dejé no tenía nada que ver con la España que había heredado en 1975». Precisamente esa idea trasladó a su hijo cuando Felipe VI renunció a la herencia y retiró al emérito su asignación: «No olvides que heredas un sistema político que yo he construido».

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