La Generalitat solicita permiso al Gobierno para pedir un préstamo de 1.836 millones con el que pagar a los proveedores

El extra FLA era una inyección que permitía cubrir el déficit del año anterior. La penosa situación de las cuentas valencianas tiene su origen en la infrafinanciación de la Comunitat. No se trata, según se esforzaron en aclarar, de un exceso de gasto o mala gestión.

La fecha del 7 de julio (pasado lunes) estaba señalada en rojo en el calendario. Era el último día que el extra FLA habría permitido –de llegar a aprobarse– el pago a proveedores justo antes de las vacaciones de verano. No fue posible. Y el Consell, según desveló ayer, ha activado una vía alternativa de financiación «para mantener los servicios públicos esenciales».

La iniciativa consiste en la concesión de un préstamo de 1.836 millones de euros por parte de las entidades financieras. Pero no se trata de algo automático. Se requiere de una autorización del Gobierno para llevar a cabo ese endeudamiento. «Eso supone estar de nuevo en sus manos», adelantó Merino. «Esperemos que haya altura de miras», La operación se plantea a un año de plazo y cada banco aportaría una parte de la millonaria cantidad. Las negociaciones comenzaron hace unas semanas, según la consellera. Los fondos se destinarán a gastos farmacéutico y otros pagos. Merino no ha querido ponerse en la situación de que el Gobierno rechace la propuesta el próximo martes. «No hay otra alternativa», insistió la máxima responsable de Hacienda.

Los sectores más afectados son la farmacia hospitalaria y farmacia por receta, las empresas proveedoras de productos y servicios sanitarios, los servicios esenciales como limpieza, seguridad, mantenimiento o transporte, los conciertos con residencias y las academias y centros de formación.

«Es la única alternativa que hemos encontrado», lamentó la dirigente. El Consell, no obstante, parece haber perdido la confianza en el Gobierno ante la falta de respuestas por parte del Ejecutivo. «El Ejecutivo debe ser leal con la Comunitat. Debe cuidar de los valencianos y debe hacerlo cuanto antes».

La deuda de la Comunitat supera los 60.000 millones de euros y todos los años se paga alrededor de 1.000 millones únicamente en intereses. El nuevo préstamo, lógicamente, irá a ese concepto. No ha querido precisar el tipo de interés que tendrá que pagar la Generalitat que, sin duda, será mayor que los del FLA, que se devuelve en ocho años. Es decir, el coste económico para los valencianos hubiera sido menor con la transferencias del Gobierno central.

«Tenemos todas la razones para reclamar el FLA». La consellera criticó al PSPV por no sumarse a la reivindicación. Pero es que, además, subrayó cómo cuando estaban en el Gobierno no decían nada al aceptar el sistema.

El Consell ha encontrado en la patronal y en los sindicatos un par de aliados para presionar al Gobierno central respecto a la aprobación del citado fondo. Se reunieron hace un par de semanas para escenificar un frente común ante una situación desconocida hasta la fecha.

El crédito no es la única medida para tratar de salir de la tormenta financiera. La Generalitat ha puesto en marcha un plan para el control del gasto superfluo. Sin embargo, tampoco ofrecieron detalles de esta iniciativa que es transversal a todos los departamentos. «Esto es una seña de identidad del Consell», subrayó la vicepresidenta Camarero en referencia al control del gasto. Por ejemplo, adelantó el ahorro de Justicia con el expediente digital; la prescripción de los fármacos en Sanidad (el 80 genéricos, por ejemplo); o vigilar el absentismo de las diferentes consellerias.

La consellera de Hacienda hizo hincapié en que el origen de todo radica en un sistema de financiación autonómico «que no se reforma, que lleva más de diez años caducado y sobre el que no parece tener intención el Gobierno de avanzar». Un aspecto que se suma a «otros agravios que ya conocen», como la «actualización tardía» de las entregas a cuenta y a otro tipo de circunstancias que demuestran la «falta de lealtad institucional» del Gobierno. En este sentido, destaca la falta de consenso respecto al denominado fondo de nivelación, un 'parche' a la espera de la reforma del sistema que permitiría ingresar 1.000 millones de euros vía Presupuestos.

Merino hizo hincapié en que el Ejecutivo valenciano ha recibido el apoyo de los sindicatos y la patronal. «Este Consell no está solo, tenemos a los agentes sociales de nuestra parte». Al mismo tiempo, aprovechó para afear al PSPV que se haya «negado a reclamar» la reforma del sistema de financiación y argumentó: «Aunque no es el ideal, no es el que nos gusta, es el único que permitía poder atender los pagos».

Merino ha subrayado que las reivindicaciones «han ido a más en los últimos tiempos», pero las necesidades «también», sin embargo, la respuesta por parte del Gobierno «muchas veces tarda en llegar y no llega, o cuando viene lo hace en forma de excusas o mentiras».

El líder del PPCV, Carlos Mazón, es consciente de la necesidad del FLA para las cuentas valencianas. De hecho, los días previos al congreso de los populares que se celebró el pasado fin de semana maniobró para que la ponencia política que debe salir aprobada del cónclave popular, una suerte de compromiso programático del PP con las elecciones generales como cita para poder hacerla realidad, incluya una referencia explícita a ese extra FLA como mecanismo necesario para garantizar la liquidez.