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Carlos Mazón, antes de comenzar su intervención en el pleno. Jesús Signes

Cambiar el nombre de la AVL requeriría reformar el Estatuto con mayoría cualificada, que la apruebe las Cortes Generales y un referéndum

La propuesta estrella del president agita el debate de las señas de identidad aunque tiene más que complicado salir adelante

JC. Ferriol Moya

Valencia

Martes, 23 de septiembre 2025, 12:05

Una de las propuestas estrella detallada esta mañana ante el pleno de Les Corts por Carlos Mazón es la de cambiar el nombre de la ... Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) por el de Academia de la Llengua Valenciana. Un matiz que podría parecer inocuo, pero que en realidad encierra una evidente carga de profundidad, toda vez que implicaría reconocer en la denominación de la entidad normativa del valenciano la existencia de una 'Llengua Valenciana' de carácter singular. Una propuesta que redirige el debate hacia aspectos relacionados con las señas de identidad, en los que el PPCV y Vox se han hecho fuertes.

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Pero la propuesta de Mazón, que en su intervención ha reconocido que obliga a una reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana no es tan fácil de llevar a cabo. Entre otras razones porque la la AVL está reconocida en la Carta Magna de los valencianos, en su artículo 41, donde se señala que la Acadèmia Valenciana de la Llengua es una institución de la Generalitat de carácter público, que tiene por función determinar y elaborar, en su caso, la normativa lingüística del idioma valenciano. Que la normativa lingüística de L'Acadèmia Valenciana de la Llengua será de aplicación obligatoria en todas las administraciones públicas de la Comunitat Valenciana. Y que respecto al procedimiento del nombramiento de sus miembros, funciones, facultades, estatuto y duración del mandato, habrá que ajustarse a lo que disponga la Ley de Les Corts que lo regule.

Por lo tanto, cambiar el nombre de la AVL obliga a una reforma del Estatuto de Autonomía. Una iniciativa de máximo calado en el ámbito del régimen legal de la Comunitat Valenciana y que requiere, para su aprobación en Les Corts, del respaldo de un mayoría de dos terceras partes de los 99 diputados de la Cámara, es decir, de 66 parlamentarios. Dicho de otra manera, PP y Vox –si el partido de Santiago Abascal apoya la propuesta- necesitarían del respaldo del PSPV o de Compromís para poder aprobar su propuesta. Y no parece que ninguna de esas dos formaciones vaya a apoyarla.

No sólo eso. Aprobada por Les Corts, la propuesta deberá ser presentad por medio de proposición de ley de Les Corts, en el Congreso. Admitida a trámite por la Mesa y tomada en consideración la proposición por el Pleno, se remitirá a la Comisión Constitucional del Congreso, en el seno de la cual se nombrará una ponencia al efecto que revise con una delegación de Les Corts el texto de la misma, de acuerdo con lo dispuesto en las normas reglamentarias del Congreso, tal y como explica el artículo 81 del Estatuto de Autonomía.

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Si las Cortes Generales no aprueban, o modifican, la reforma propuesta, se devolverá a Les Corts para nueva deliberación, acompañando mensaje motivado sobre el punto o puntos que hubieran ocasionado su devolución o modificación y proponiendo soluciones alternativas.

Y por último, el referéndum. La aprobación de la reforma por las Cortes Generales, mediante Ley Orgánica, incluirá la autorización del Estado para que la Generalitat convoque un referéndum de ratificación de los electores en un plazo de seis meses desde la votación final en las Cortes Generales. El referéndum podrá no convocarse en aquellos casos en que la reforma sólo implique ampliación de competencias.

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La propuesta de cambio del nombre de la AVL chocará previsiblemente con el rechazo de PSPV y Compromís. Vox ya arrancó del PP en el último debate de presupuestos una rebaja en el de la Acadèmia. El síndic de esta formación, José María Llanos, dedicará buena parte de su intervención en este pleno al ente normativo, al que ha tachado en diversas ocasiones de 'caballo de Troya' del catalanismo.

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