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Diana Morant, ministra de Ciencia y secretaria general del PSPV. Rober Solsona/EP
El estado de los tribunales

Las «cacerías» de la cazadora Morant

El PSPV se equivoca al lanzar una campaña de victimización para proteger al excomisionado de la dana

A. Rallo

Valencia

Domingo, 10 de agosto 2025, 23:48

La radiografía. La política, lamentablemente, se desarrolla en un ambiente turbio, algo sórdido. La venganza o la traición –en ocasiones aliados– son dos elementos más ... del paisaje como las olas que rompen en una playa. Allí, la amistad surge condicionada a los intereses de unos y otros. Se antoja complicado definir todos los entresijos de este complejo escenario. Pero quédense con esta imagen: la de un cerdo retozando en el barro. Esa es la suciedad que puede acumular el mundillo. Ese tablero con sus correspondientes reglas del juego son, por desgracia y desde hace años, consustanciales al ejercicio de la política. Y dentro de este contexto –imposible escapar, por cierto– figura el papel de los medios y la presión que pueden ejercer –dura y necesaria, sin duda– sobre el destinatario. Por eso, a José María Ángel no le pudo sorprender la repercusión de la supuesta falsificación de un título universitario hace 40 años. Lo contrario sería de una ingenuidad rozando la patología. Los medios pueden ser, en ocasiones, un territorio agradable, pero en su génesis figura la incomodidad con el poderoso. Son las dos caras de la moneda. También resulta sorprendente la situación de su mujer, Carmen Ninet. Una mujer que sin disponer de una licenciatura gana más de 100.000 euros al año en el MuVIM. ¿Conocen a alguien que se embolse esta cantidad de dinero sin estudios? El boom mediático resulta indiscutible pese a su dimisión, una decisión, por otra parte, poco común. La triste noticia del intento de suicidio de José María Ángel fue un shock absolutamente para todos. Lo que urge es su recuperación. Y en ese proceso deberá aislarse de lo que publicamos unos y otros, con sus correspondientes matices e interpretaciones. La reacción de sus compañeros no ha podido ser más desafortunada. Lo que debió ser el silencio y el deseo de mejora se trasladó hacia un intento de envolver la situación en un infantil victimismo. Diana Morant, a la cabeza de los ofendidos, habló de «cacería inhumana». La secundó toda la tropa. Faltaba más. El error es doble en el caso de Morant. En sus primeras declaraciones hablaba de los males de la 'titulitis' cuando nadie apuntaba a ese fenómeno sino a la falsificación. Pero esa es otra regla del juego: a un político se le pregunta, contesta algo que no tiene absolutamente nada que ver, sonríe y se marcha. Las declaraciones de Morant y otros líderes llevarían a pensar que quizá estén pensando en recuperar a José María para la presidencia del PSPV. Pero no. Eso no ocurrirá. Todo forma parte de una estrategia de escaso ingenio e incluso previsible. ¿Qué pensará de todo esto Rafa Rubio, por ejemplo? Nadie salió a decir que lo suyo era una cacería. ¿Lo era? Porque Rubio ha ocupado más titulares –justificados hasta la fecha– que el último protagonista de la actualidad. ¿Y qué me dicen de Jorge Rodríguez? Seguro que existen argumentos para sostener –más ahora con la absolución– que se le persiguió. Y del exministro José Luis Ábalos que lleva ocupando portadas desde hace meses por su evidente interés informativo. También hay ejemplos fuera del PSPV. El PP arrastra un buen número de supuestos represaliados. ¿Recuerdan aquellos escraches que luego se extendieron a la izquierda? ¿Puede el PSPV lamentar la supuesta cacería cuando el partido también contribuiría a ello? ¿O es que el partido está al margen de las redes sociales o los medios? ¿No debería el partido ser ejemplo? Mónica Oltra hablaba el viernes de la «trituradora humana» de la opinión pública. Lamentó que la izquierda combata a la derecha con sus mismas armas y apeló a una reconstrucción del paradigma moral. Ese sería un gran reto para la sociedad y la política. Nunca hubo menos distancia entre una y otra, reconocen abiertamente algunos políticos. Nos haría mejores a todos.

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