La pequeña isla griega de la Comunitat: aguas turquesas y calas de roca

A 22 kilómetros de la ciudad de Alicante se encuentra una isla que recuerda a las griegas: Tabarca. Su aspecto árido y la poca vegetación evocan a Anafi, donde también hay un pueblo blanco y pequeño con ambiente tranquilo. Posee también cierto parecido a Koufonisia, en las pequeñas Cícladas, con las mismas aguas transparentes. A su vez, sus calas rocosas y la tradición pesquera se pueden encontrar en Donoussa. Y su mar transparente y casco histórico llevan a Halki, cerca de Rodas.

Tabarca tiene muchos encantos y opciones para disfrutar de un día de verano. Sus aguas turquesas y muy claras son ideales para snorkel y buceo. Y su pueblo amurallado, con casas encaladas, calles estrechas y un ambiente de pescadores es perfecto para perderse con un buen paseo. Su conjunto histórico-artístico tiene su origen en el siglo XVIII, cuando se construyeron murallas y tres puertas de entrada y se desarrolló el sencillo trazado urbano. Desde ahí se puede pasear hasta la Torre de San José, así como hasta el faro, el pequeño cementerio o la antigua almadraba.

El Museo Nueva Tabarca es otro de los lugares obligados de visita donde se guardan los secretos de esta isla mágica.

La isla está comunicada por líneas regulares de catamarán con Alicante y Santa Pola,​ existiendo también servicios estacionales a Guardamar del Segura, Cabo Roig y Torrevieja. Debido a las reducidas dimensiones de isla, en su interior no existen carreteras ni apenas tráfico de vehículos.​

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