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Una escena de la serie 'The Bear'. Disney+

La boda de 'The Bear'

Crítica de televisión ·

Al principio creí que era la manera que los guionista habían encontrado de decirnos que iban a hacer exactamente lo mismo que en las tres temporadas anteriores

Domingo, 6 de julio 2025, 00:34

Años después del infarto, papá se puso malillo el día de la boda de mi hermano pequeño. Fuimos a comer a un restaurante al que ... le tenemos cariño, uno de esos lugares en el que se fusionan recuerdos de vivos y muertos. Antes de que nos diéramos cuenta, los niños se tiraron al suelo y se metieron debajo de la mesa. Si la mesa era larga y blanca por fuera, por dentro era una cueva infinita donde cada primo se construyó su propia habitación. Al día siguiente, todos tenían piojos.

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El infarto sucedió la madrugada de un 25 de diciembre. El móvil me despertó a gritos y creo que volé porque de pronto estaba en el hospital. Vi el amanecer por una ventana, con los puños apretados. Un médico salió y nos dijo que todo bien, que ya está, que lo iba a conseguir. Luego sacaron su camilla y la enfermera nos contó que antes de la operación les había hecho bromas, que era un señor muy gracioso. No he pasado más miedo en mi vida.

A veces recuerdo el reloj de mi mesita de noche, el de la Navidad del infarto. Tengo pesadillas con que vuelvo a despertar una y otra vez allí, como Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo'. La cuarta temporada de 'The Bear' empieza con él, con Murray y el día de la marmota. Al principio creí que era la manera que los guionista habían encontrado de decirnos que iban a hacer exactamente lo mismo que en las tres temporadas anteriores. Que nos estaban engañando una vez más. Luego llegó el infarto, la boda y todo lo que me hizo llorar como si fuera mío.

En el restaurante de los Berzatto han puesto un reloj con una cuenta atrás y una amenaza latente. «Cada minuto cuenta». Pienso en el agobio que debe ser vivir con esa presión. Luego me doy cuenta de que no hay otra manera de vivir.

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