El jueves por la noche entrevisté a Masahiro Emoto, que además de ser uno de los directores de animación más talentosos de Japón, resultó ser ... un tipo muy divertido. La charla fue por la noche, en un bar, que es, por otro lado, uno de los mejores sitios para que las entrevistas salgan mejor -en los bares siempre pasan cosas inesperadas; y también se brinda-. Entre los animes que firma Emoto está 'Ataque a los titanes', que es un prodigio artístico entre el Saturno de Goya, el existencialismo de Sartre y la mejor película de espadas que puedan imaginar. El caso es que el bueno de Emoto no hablaba inglés. Tampoco español, claro. Así que se vino con Wakana, una fantástica artista local de ascendencia japonesa que nos hizo de intérprete.
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Todo este rollo viene a que una de mis ilusiones de esta entrevista era escuchar japonés en vivo y en directo. Les parecerá una tontería, pero llevo varias semanas enganchado a dos series en las que se escucha sí o sí el japonés: 'Shogun' (Disney Plus) y 'Tokyo Vice' (HBO). En ambas, el protagonista es un extranjero que llegá al país nipón y el idioma se convierte en un factor fundamental de la trama. Así que da igual si la ven doblada al castellano o en versión original, cuando se habla en japonés, se habla en japonés. Y mola mil.
Más allá de que las dos series me parecen excelentes (los tres últimos capítulos de la segunda temporada de 'Tokyo Vice' no te dejan respirar), me han hecho el oído y, a veces, me sorprendo repitiendo sonidos que, en realidad, no tengo muy claro lo que significan. El japonés tiene una música distinta e hipnótica. Así que el jueves, como les decía, escuchaba hablar a Emoto como si entendiera algo. Y no, no pillé ni papa, por supuesto. Pero me encantó.
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