La CHS investiga una balsa que Proambiente construyó en una rambla de Abanilla

Conforme se acerca el momento de obtener por parte del gobierno de Murcia la Autorización Ambiental Integrada del vaso número 3 para retomar los vertidos de residuos sólidos urbanos, va aumentando la labor fiscalizadora de la plataforma muradeña Vertivega sobre el vertedero de Proambiente.

En lo que va de verano, la mercantil lleva ya dos denuncias ante la Guardia Civil. A la polémica del tractor con cañón pulverizador que supuestamente rociaba con un desodorante ecológico los barrios de Los Carrillos de Abanilla y La Murada, para mitigar los olores procedentes de las instalaciones, ahora se añade un nuevo problema por la construcción de una balsa en el cauce de la rambla abanillera del Derramador.

La denuncia de un miembro de la plataforma recoge que Proambiente ha construido presuntamente «una balsa para el depósito de líquidos lixiviados» y recuerda que por dicha rambla «transcurren las aguas en caso de lluvia», un hecho que desde el colectivo indican que puede verde afectado por los trabajos realizados por la mercantil en la zona. También indica que la empresa al llevar a cabo dichas obras supuestamente «ha desviado el cauce de las aguas fluviales, que históricamente tenían su curso por otra rambla paralela llamada de Los Ramonet», según el texto de la denuncia. Por todo ello el colectivo ciudadano alerta del «correspondiente peligro para la pedanía y para la propiedad del denunciante».

Éste solicita que «se restituya el curso histórico del cauce de las aguas fluviales» y que «se elimine la balsa de líquidos lixiviados altamente contaminantes», porque presuntamente han aumentado «los malos olores en la zona», prosigue en su declaración el afectado.

La denuncia ha llegado a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) que, en una inspección, ha comprobado la existencia «de una balsa de 3.500 metros cúbicos de capacidad, dentro del cauce de la rambla». La CHS precisó ayer que la rambla del Derramador no está inventariada, por lo que han iniciado un estudio geológico para aclarar si hay contaminación y si se incluye oficialmente el cauce en el listado de la Confederación.

De ser así, advierte el organismo gestor de cuenca, «se consideraría que con la actuación se ha cometido una invasión de dominio público hidráulico, se expropiaría y se desmantelaría la instalación». Todo ello, pese a que los terrenos están registrados en el catastro a nombre de Proambiente. La plataforma Vertivega alerta de que «en caso de gota fría, el tapón que supone la balsa es una gravísima amenaza para las parcelas que rodean la rambla».