El último cierre del subterráneo

El paso subterráneo de la CV-95 cerró ayer para no abrir al tráfico nunca más, dado que en unos meses quedará atravesado por el nuevo trazado ferroviario por el que circularán los trenes de alta velocidad. Está previsto que a final de este año vehículos y personas recuperen la perdida conexión en superficie con las carreteras de Hurchillo y Bigastro a través del nuevo paso que se hará, en esta ocasión, sobre las vías del tren. Mientras tanto la situación para el tráfico será la misma que hace unos meses, cuando se realizaron varias actuaciones para paliar, en la medida de lo posible, las molestias de los conductores y viandantes. Así, la única alternativa con la que se cuenta para enlazar con Bigastro y Hurchillo es la carretera de Arneva y la utilización de la circunvalación que se hizo en su momento para mejorar el tráfico. Respecto a la Avenida Duque de Tamames, fuentes municipales explicaron que se queda tal y como está, dado que los últimos ajustes en esta calle se realizaron a raíz de las obras del AVE en su primera fase. La empresa concesionaria del tramo oriolano es la encargada de instalar la señalización con los nuevos itinerarios que deben seguir los vehículos para poder salvar este corte.

Al margen de la carretera de Arneva, en la rotonda que distribuye el tráfico en esta salida se podrá seguir circulando hacia la ronda oriolana para aquellos que quieran salir hacia Alicante, Murcia y Redován, y por la carretera de Almoradí.

Sin duda los mayores perjudicados, como ya advirtieron ellos mismos cuando se conoció la inminencia del cierre del subterráneo, son los comerciantes de Duque de Tamames, que desde que empezó la obra se han quejado del aislamiento al que se les somete al cerrar esta entrada a la ciudad.