El paciente llegó al consultorio médico cuando la hinchazón de la herida ya le hizo sospechar que sus curas caseras no eran suficientes. Como es ... natural le preguntaron cómo y cuándo se había hecho aquello, y como habían pasado tres días, la enfermera le riñó cariñosamente: «Pero, hombre, ¿cómo no vino antes?» «Por no molestar», respondió. «¿Cómo que por no molestar?, aquí no molesta nadie; hay que venir enseguida para evitar complicaciones». «Se lo juro, fue por eso, por no saturar, que sé que tienen mucha tarea. Como creí que era el golpe y el rasguño... Ahora que veo que no remite he entendido que necesitaba mejor remedio».
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Los ambulatorios están saturados, las salas de urgencias de los hospitales están repletas, lo habitual es que no haya camas libres, las operaciones que no urgen atención inmediata alargan las listas de espera; hasta las pruebas de análisis y radiografías, necesarias para atinar diagnósticos, se conciertan para muchas semanas después, a veces meses; tanto que en ocasiones se realizan cuando ya remite la causa inicial o, lo que es peor, se hizo evidente que había que actuar por la vía rápida.
En los trámites de requerir atención sanitaria se juntan pacientes con mucha dosis de paciencia y los que acuden al menor síntoma de algo, aunque sea un dolor venial, de los que se esfuman solos y piden más calma y tolerancia. De ahí que entre los primeros haya tendencia a resistir por si escampa y se acude cuando el asunto persevera. Sin embargo, el sistema no puede diferenciar de antemano a unos de otros, porque, además, el dolor, la preocupación, la percepción de lo urgente, siempre es subjetivo, por más que haya causas objetivas que permitan diferenciar.
La Conselleria de Sanidad propone pagar primas a los médicos si reducen gastos y listas de espera
Ahora quieren aclarar algo el panorama a base de incentivar a los médicos para que reduzcan gastos y listas de espera. La Conselleria de Sanidad propone ligar tales objetivos con una prima de hasta 6.000 euros para quienes lo consigan. Casi, casi, curar a comisión. Y como era de esperar, a los médicos no les gusta la propuesta de este plan de productividad que pretende introducir criterios de rentabilidad a ultranza, como en cualquier otro tipo de actividad o empresa, en lo que es un servicio público esencial.
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La cuestión es que tenemos la fortuna de que, en nuestra sociedad, la Sanidad es un derecho universal, lo que condiciona lo demás. Si se busca más eficacia -siempre posible- no parece muy lógico conseguirla a base de exigir que se reduzcan a la vez listas de espera y gastos de material y farmacia, porque es contradictorio: para atender mejor y más rápido a más pacientes habrá que gastar más deprisa. Salvo que no importe que crezcan las dudas.
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