Casi tres cuartas partes de los españoles (el 73,1%) consideran que el coste de los alimentos más saludables es el principal obstáculo para poder ... llevar una dieta equilibrada, según una encuesta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria y patrocinada por una cadena de supermercados.
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El estudio revela que el índice de percepción ciudadano de que la comida más sana tiene precios demasiado elevados, ha subido 13 puntos porcentuales sobre el año pasado. El 90% de los encuestados reconoce una elevada preocupación por su alimentación y bienestar; el 95% manifiesta un gran interés por mejorar sus hábitos alimenticios, en el convencimiento de que la nutrición está muy relacionada con la salud, pero únicamente un 28% dice que consigue mantener hábitos saludables de forma cotidiana.
La encuesta proporciona también estos datos: un 30,6% acepta que no come mejor por falta de tiempo para buscar o adquirir alimentos mejores o preparar de forma más adecuada lo que come, mientras que un 27,6% echa en falta promociones de alimentos más saludables.
Señala el estudio que un 80% de los consultados asegura que es muy difícil elaborar una comida saludable por menos de 2,5 euros por persona. Evidente.
La conclusión de los responsables de este trabajo es lógica: «Los resultados reflejan que barreras como el precio, la falta de tiempo o de promociones limitan mantener una alimentación saludable». Sobre todo lo del precio, claro.
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Si juntamos todo esto con lo que dicen los responsables del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recordando «el compromiso con la promoción y difusión de la dieta mediterránea, por sus beneficios para la salud y la sostenibilidad, destacando su papel clave en la longevidad de la población», ¿cuál es el mensaje subliminal que se está lanzando? Que hay que bajar los precios. ¿Y cómo se conjuga eso con la eterna reivindicación agraria de mejores precios en origen? No ha lugar.
Nadie contribuye a decir la verdad y a educar al respecto, comenzando por la escuela y hablando de precios justos. La comida no sale gratis, y lo mejor cuesta más, como en todo. Recordemos un viejo adagio valenciano: 'Barato i bo renyiren'. Con la comida y en lo que sea.
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