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Más dura será la caída

Guardianes de la moral

Jueves, 9 de octubre 2025, 23:51

Después de ver las seis primeras entregas de 'Los archivos secretos del No-Do' le queda a uno una sensación agridulce. Por una parte es ... un dulce lleno de nostalgia, ya que los que nacimos entre 1945 y 1964 nos vemos transportados a nuestra infancia y juventud. Esos recuerdos conforman nuestra biografía y nos devuelven una España a un tiempo reconocible pero también extraña por el enorme acaecido: unas imágenes irrecuperables de la Albufera y de los campos de arroz; los bueyes en la siega; las calles extrañamente vacías de automóviles; los universitarios vestidos de traje; Franco, por supuesto, siempre omnipresente. ¿Por qué esas imágenes (nada menos que 6000 latas) nunca se emitieron? Fácil: fueron consideradas 'inconvenientes' desde la óptica del régimen, bien porque mostraban sus costuras, bien porque iban en contra de su férreo control ideológico en materia de vida y costumbres.

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Esta parte tiene también su lado divertido, porque nos recuerda de forma amable qué absurdo podía ser el listón de lo tolerable. Así, pudimos ver en el No-Do la actuación de los Beatles en la plaza de toros de Madrid porque la plaza estaba medio vacía (los de Liverpool eran 'peligrosos' para la juventud), pero no en Barcelona, a donde fueron el día siguiente, porque estaba llena a reventar. Un reportaje de Franco y sus acólitos pescando atunes gigantes en su yate dejaba muy claro que los españoles no podían ni de lejos vivir esos lujos. Una pasarela de chicas en bañador desafiaba el ultracatolicismo imperante. Unas imágenes de la Sección Femenina llevando socorro a un pueblo miserable mostraba que existían esos pueblos miserables. Un partido de fútbol de chicas estudiantes de Derecho daba una imagen frívola de las chicas y se alejaba del 'ideal' femenino... Todo censurado.

Pero hay una reflexión que extraer de todo esto. Los nuevos cancerberos de la moral han hecho lo posible para volver a esos tiempos con sus absurdos vetos ideológicos, política de lo 'correcto' y cultura de la cancelación. ¿Quién nos iba a decir que estos pregoneros de la libertad iban a promover la autocensura mediante la amenaza del oprobio? Gracias a estos puntillosos un actor no puede 'apropiarse' de la cultura de un pueblo si no pertenece a este; el sexo no existe, todo es género y 'autodeterminación'; hay que adulterar películas y libros del pasado porque ahora 'ofenden'... Agustín Díaz Yanes, que en 1995 filmó una de las mejores películas del cine español ('Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto') lo ha dicho bien claro hace poco: hoy en día esa película no podría haberla hecho, no sería 'bien vista' en la sociedad de hoy

¿Quién nos iba a decir que estos pregoneros de la libertad iban a promover la autocensura?

por los guardianes de la moral. Los extremos se tocan, una vez más.

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