443 metros cuadrados

Ramón Palomar

Valencia

Viernes, 5 de diciembre 2025, 00:06

En general, la condición humana suele ser tirando a pelma y pedigüeña. Sospecho que los famosos no se blindan cuando sus apariciones públicas con media ... docena de guardaespaldas obesos por si les quieren asesinar, sino para evitar a los pelmas que les lloriquean pidiendo promoción para sus obras melódicas o literarias. A veces la gente les pide a las celebridades socorro para su hijita cantante o su hijito prestidigitador. Somos unos pesados, y me incluyo, que conste.

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Supongo que los políticos se encierran en sus moradas por el mismo motivo. Pablo Iglesias acertó al desconfiar de los líderes que vivían en mansiones de las afueras, encapsulados en sus burbujas. De ese modo, atrapados en sus jaulas de oro, no podían percibir el padecimiento del ciudadano corriente. Claro que, luego, cuando él y su mujer levantaron pasta, imagino que hartos de tanto pesado, decidieron alejarse del personal siempre propenso a la turra para morar en su casoplón. Así le vimos el plumero. La vivienda oficial de Yolanda Díaz cuenta con 443 metros cuadrados en pleno centro madrileño. Ahora es su turno, dentro de unos años otro ocupará el pisazo. Pero claro, si ella, o los de antes, o los del futuro, duermen en tan espacioso lugares y al bajar a la calle les espera el coche oficial, ¿cómo pueden intuir el dolor de los que buscan piso, de los cobran una porquería, de los que sobreviven a salto de mata? El cerebro que se acostumbra a los placeres que nacen del confort, necesariamente muta porque recibe el granizo de la irrealidad. Vamos, que viven en otro mundo, muy alejado desde luego del nuestro. Si de entre la pléyade de ministros ninguno fue autónomo, poco comprenderán de los problemas que afectan a este colectivo porque les suena a ciencia ficción. Y así, oye, pues no hay manera. 443 metros cuadrados. Joder con el atroz problema de la vivienda.

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