EP

Manifestarse... ¿hasta cuándo?

Las protestas por la gestión de la dana pierden asistentes mientras ganan politización. No creo que fuera el objetivo de las asociaciones de víctimas

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 00:10

La última manifestación por la tragedia de la dana fue menos numerosa. Y es lógico que así sea. Primero, por el paso del tiempo. Que ... no va a hacer que desaparezcan los problemas para miles de familias y de empresas afectadas, derivados de la inundación. Ni va a amortiguar el dolor por los familiares que aquel día fallecieron. Pero que de alguna manera atenúa la indignación popular. Hay mucha gente, por decirlo crudamente, que quiere pasar página, tratar de olvidar el desastre y centrarse en la reconstrucción. Lo cual no significa que se olviden de los errores cometidos el 29 de octubre de 2024, y que volvieron a quedar al descubierto en la entrevista a Salomé Pradas en La Sexta, cuando reconoció que en el Cecopi no se enteraban de las miles de llamadas que estaban llegando al 112. El transcurso de los meses rebaja la intensidad de la ira de los manifestantes. Y la clamorosa politización y radicalización de la protesta aleja a los moderados, a los que no comulgan con la orientación ideológica y partidista que algunas entidades están dando a las convocatorias. No olvidemos que en la iniciativa de salir a la calle, en su origen, estuvo Acció Cultural del País Valencià. Las pancartas de «Mazón a prisión» o los carteles en los que aparece el recién elegido Pérez Llorca como si fuera responsable de algo, junto a algunas banderas y determinadas consignas, reflejan una voluntad política que seguramente escapa al objetivo que persiguen las asociaciones de víctimas. Aunque entre estas, como ayer manifestaba a este periódico Christian Lesaec -ex presidente de la Asociación de damnificados por la dana Horta Sud- hay algunas que parecen buscar más la venganza que la justicia. Pese a ser de Compromís, Lesaec ha tratado de mostrarse imparcial, ha criticado al Consell y al Gobierno. Se ha alegrado de la dimisión de Mazón pero no elude la responsabilidad de Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar. En definitiva, café para todos, no sólo para los del PP. A la manifestación de la dana le está ocurriendo lo mismo que a la concentración del 15-M. Que lo que empezó siendo transversal (a pesar de algunos convocantes) acabó en una acampada de extremistas que se negaban a volver a sus casa y pretendían seguir viviendo en la plaza del Ayuntamiento hasta el fin de sus días. El radicalismo y la politización descarada no va a ayudar a llevar más gente a las manifestaciones de la dana. Mientras se sigan haciendo... ¿hasta cuándo? ¿Hasta que se celebre el juicio en caso de que la jueza procese a algunos responsables? ¿O hasta que el PP pierda las elecciones?

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