Les gusta el parón de selecciones? Conozco mucha gente que literalmente desconecta del fútbol durante estas dos semanas sin partidos de liga. Y a eso ... hay que sumar que la selección ya no se jugaba gran cosa en el camino hacia el Mundial. No nos engañemos, como está montado el tinglado de los grupos, hay tanta diferencia entre España y el resto, que sabíamos que la semana terminaría con los nuestros en el Mundial. Y así ha pasado.
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Antes no era así en Valencia. ¿Recuerdan cuando hasta seis jugadores del Valencia poblaban la selección? Yo no me lo quito de la cabeza. Cuando los Silva, Mata, Joaquín, Villa, Albiol, Pablo... se marchaban con la roja, la cosa era diferente. Aunque solo fuera por el orgullo de ver a los tuyos con la camiseta de España, los parones por selecciones tenían otro interés en la ciudad. Hoy, gracias a Peter Lim, el Valencia ha ido perdiendo internacionales año tras año -españoles y no españoles- hasta el punto de ver al suplentísimo Dimitrievski -el que lo quiera ver con Macedonia del Norte- como representante valencianista en las ventanas. Así está el Valencia.
Fíjense en la paradoja, esta semana de derbi en la acera levantinista se ha hablado justo de lo contrario: de la problemática de tener internacionales que juegan lejos o muy lejos jugándose el partido de liga el viernes en Mestalla. Sin tiempo para recuperación ninguna y la necesidad de que los Arriaga o Etta Eyong jueguen sí o sí. Esto merma las posibilidades deportivas del conjunto granota por culpa de cosas ajenas a Calero: horarios y calendarios. Y así llegamos al gran derbi de la ciudad de Valencia: con el parón pasando factura a Calero y permitiendo trabajar con todos a Corberán. Lo que nos lleva a otra reflexión que da para pensar; el Levante tiene hoy más internacionales que el Valencia y, además, de muchísima más importancia en el once. Peter Lim consigue que lo impensable se convierta en ordinario.
El Valencia es el grande de la ciudad. Pero el Levante ha ido creciendo en los últimos años
Pero, más allá de la incidencia de la ventana FIFA en el partido -que me parece es bastante-, el regreso del Levante a Primera División nos devuelve el gran derbi de la ciudad. Y no el arficial ante el Villarreal, que sí es duelo regional de altura, pero que solo es derbi en la Cerámica.
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Valencia respira derbi de verdad desde la semana pasada. Los levantinistas viendo la posibilidad real de por fin ganar en casa del vecino y los valencianistas porque reciben al vecino en casa... y a los amigos granotas el lunes en el almuerzo. Depende de quién gane ya sabemos a quién se le atragantará el bocata.
El Valencia es el grande de la ciudad y uno de los más grandes de España. Pero el Levante ha ido creciendo de forma exponencial en los últimos años hasta convertirse en un club tan respetado como el blanquinegro.
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Solo hay que ver el aumento de masa social granota en los últimos años. Hay derbi de verdad y, como digo siempre, ojalá para siempre en LaLiga.
¿El resultado? Incierto. El Valencia está haciendo otra temporada demencial, pero viene de cuajar el mejor partido del año ante el Betis. El Levante va de menos a más y muestra una identidad y personalidad como equipo que ya quisiera Corberán con los suyos. Pero se juega en Mestalla. Y eso cambia cualquier pronóstico.
Nadie mejor que los levantinistas saben lo que aplasta ese estadio a sus rivales. No se sabe por qué... pero es la realidad. Ningún granota ha visto ganar nunca a su equipo en Mestalla. Un estadio que gana partidos y casi todos los derbis. Es la única barrera que todavía no ha conseguido quebrantar Lim. Así que disfruten del nostre derbi este viernes.
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