Urgente Largas colas en la V-30 entre Mislata y Vara de Quart en la mañana de este viernes

¿Salvada?

María José Pou

Valencia

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 00:10

La entrevista a Salomé Pradas la hizo un periodista de Madrid. O de Vigo, lo mismo da. La cuestión es que no la hizo un ... periodista de aquí. No lo digo por provincialismo ni por un localismo miope sino porque creo que la dana no se ve de la misma forma a 350 kilómetros. Es cierto que la virtud de un buen periodista es informarse de tal forma que nadie note esa distancia, ni ninguna otra, pero lo que vimos el domingo mostraba no ya distancia sino un abismo. Puede que la razón fuera no solo la aproximación física sino también el punto de partida escogido. Lo decía ayer Pablo Salazar en estas páginas: el objetivo era Mazón. Sin duda. Supongo que para eso concedió Pradas la entrevista, aunque, comparto con Salazar mi incomprensión acerca de la estrategia de la exconsellera.

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No termino de entender qué buscó, cómo lo preparó y qué posibles efectos calcularon obtener, pero tengo serias dudas de que los hayan conseguido. Lo que sí percibí claramente era el intento, compartido por entrevistada y entrevistador, de poner el foco sobre Mazón. Y es algo que, a estas alturas, me produce cierto rechazo. No por inmerecido. Desde el primer momento la actuación del presidente me causó sorpresa, estupefacción e indignación, por ese orden, conforme fui conociendo lo sucedido. Sin embargo, la insistencia en su comida, en detalles nimios sobre la misma, en si se cambió o no de ropa o en si salió a las 17 o a las 19 horas del reservado, no habla tanto de él como de quien pregunta.

Personalmente el único dato que me importa es que, mientras yo estaba pegada a las noticias desde las ocho de la mañana, sin ninguna responsabilidad en lo que ocurría, sin asesores y sin técnicos que me explicaran cómo discurría un día en alerta, pero con el alma en vilo, él hizo vida normal. Como si nada de eso estuviera sucediendo. Y confiando en un equipo, nombrado por él, incapaz de gestionar una emergencia.

Por eso la insistencia de un periodista y de la responsable de ese equipo en señalar a Mazón me parece tendencioso y cómodo. Es cierto que Pradas disparó a otros, por estrategia de defensa pero también porque lo sucedido no se produce solo por la ausencia de una persona sino por una concatenación de graves errores de varios actores. De otro modo no se entiende la falta de respuesta institucional ni durante ese día ni en los siguientes. Este desastre no se solventa con un chivo ni chiva expiatoria. Eso nos consuela, pero lo urgente es determinar qué, no quién, falló y ponerle solución para la próxima. El «quién» y «hasta dónde» es tarea de la Justicia.

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