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EP

Quita, quita

El PSPV ha recibido con alborozo el acuerdo para condonar deuda a las CCAA. De los 50.000 millones que le quedarían pendientes de pago a la Comunitat no se dice nada

JC. Ferriol Moya

Valencia

Domingo, 7 de septiembre 2025, 00:28

El bueno de Arcadi España, eterno aspirante a todo y ojito derecho de Ximo Puig, se refería esta semana al rechazo del Gobierno valenciano a ... acogerse a la quita de la deuda pública que ha aprobado el consejo de ministros. Decía España, a modo de ejemplo, que es como si a una familia con una hipoteca le llama el banco y le dice que se la va a reducir... La comparación no es mala, pero le faltan algunos elementos para ser completa. Para acabar de redondearla habría que añadir, siguiendo el mismo ejemplo, que ese mismo banco, a la familia de al lado le perdona mucha más hipoteca sin ninguna razón aparente para hacerlo. No sólo eso. En realidad, es a nosotros, a nuestra familia, a la que menos hipoteca le perdona en relación con el volumen del préstamo pendiente. ¿La razón? Pues que el director del banco ha decidido favorecer más a unos, porque con sus votos puede seguir al frente de la entidad (Cataluña), y a otros, porque quiere ganar las elecciones en su comunidad de propietarios (Andalucía).

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Y sobre todo, lo que le ha faltado explicar al exconseller es que la hipoteca, en nuestro caso, es consecuencia de que el banco no nos ha dado nuestro dinero. Es decir, la deuda de la Comunitat Valenciana responde a la infrafinanciación que se arrastra por modelos injustos y perjudiciales desde el año 2002. ¿Por qué se ha endeudado esta familia? Porque el banco no le ha entregado la nómina que le correspondía. Y mira que le ha prometido veces que lo arreglaría -que se lo digan a Baldoví-, igual que el anterior director de la oficina. De modo que el problema es menos si uno acepta o no reducir la hipoteca, y sí en cambio que el banco nos entregue la nómina (la financiación) que nos corresponde.

Admitía Ximo Puig esta semana en un desayuno en Radio Valencia sentirse frustrado por no haber logrado conseguir la reforma del sistema de financiación. La reflexión del expresident -este tipo de comentarios siempre se hacen cuando uno ya ha dejado la primera línea política- deja entrever la impotencia de quien sabe que la solución real al problema de infrafinanciación de la Comunitat tiene que ver con resolver de una vez el problema de los ingresos, más que con que te cancelen un 20% escaso de tu deuda -60.000 millones de euros-. A Puig (66 años), al que desde alguna columna se le pretende animar para que no se descarte como alternativa a Diana Morant, habría que recordarle el escaso brío con el que defendió la reforma de la financiación desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. O esa exaltación de la nada que hizo su segundo conseller de Hacienda favorito, Vicent Soler, cuando proclamó que el esqueleto de nuevo modelo presentado por María Jesús Montero era poco menos que una victoria de la sociedad valenciana, un acontecimiento histórico. Las mismas palabras, o parecidas, con las que Pilar Bernabé recibió esta semana el acuerdo del consejo de ministros sobre la condonación de la deuda. El final del agravio a la Comunitat, vino a decir. De los casi 50.000 millones de deuda que le seguirían quedando pendientes de pago a la región no dijo nada. Arcadi España, Ximo Puig, Pilar Bernabé... ninguno de ellos se sienta en el consejo de ministros. Ninguno de ellos, por tanto, ha aprobado el anteproyecto de ley para condonar deuda a las CCAA. Diana Morant sí. Por eso no cabe esperar que la ministra y líder del PSPV rechace la propuesta ni opine que a la Comunitat le correspondería una condonación bastante mayor. Morant dirá que sí a todo lo que diga Sánchez. Y no es una observación machista. Es un hecho empírico.

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