Urgente Largas colas en la V-30 entre Mislata y Vara de Quart en la mañana de este viernes
Diario de un paseante

Elogio del rentista

Jorge Alacid

Valencia

Jueves, 16 de octubre 2025, 00:26

Rebaso una mañana de jueves con el coche a un grupo de ciclistas por la Albufera y aminoro tanto la marcha que me da tiempo ... a espiarles: veo que nacieron en esa España de la tele única y sabrían de qué hablo si cito a Locomotoro. ¿Jubilados? Un amigo que sí lo está, y frecuenta igualmente la bici, me aclara que pudiera ser pero que es posible que se tratase de un pelotón de funcionarios: policías o trabajadores de Picassent, que como se desempeñan a turnos gozan de horas libres entre semana. O controladores aéreos, le replico. También, también, me responde... O adscritos a mi linaje laboral favorito: rentistas. El destino para el que creo haber nacido pero que, como el azar jugó mal sus cartas, esquivé para mi desdicha. Adiós a ese parnaso, la vida muelle tan soñada: no distinguir entre estar en activo y acceder a los placeres del retiro, porque son la misma cosa. Un paraíso del que disfrutan sin embargo estos congéneres que ven pasar las horas sin otra ocupación que agitar la cucharilla del cafelito en una terraza del Mercado Colón: me gusta fisgarles mientras se entregan a sus rutinas diarias, consistentes en no hacer nada. Dejar que les acaricie el sol, desayunar muy lentamente, atacar con parsimonia la cita del aperitivo al mismo ritmo (un ritmo inexistente), abandonarse a siestas tipo marmota o planificar el fin de semana mientras se acuestan sin haber consumido un átomo de energía, lo cual tiene sentido: para ellos, un fin de semana es como cualquier lunes. Envidiable. El rentista es un modelo ciudadano que me fascina y alcanza su culmen en Valencia, porque a los dones que él sí recibió de la fortuna suma el de un clima apropiado para confundir los días con las noches, con el único peaje de tener que mudarse en verano a pagos menos calurosos, según la lógica de toda ave migratoria. Vuelven en otoño y yo les saludo: mientras otros aspiraban a ser ministros, yo de niño ya quería ser como ellos. Viene a ser lo mismo.

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