Urgente Largas colas en la V-30 entre Mislata y Vara de Quart en la mañana de este viernes

¿Y lo mío?

J. R. SEGUÍ

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 00:11

Y ahora, qué?», pregunta un compañero sobre los compromisos alcanzados por nuestro ya ex President de la Generalitat, algunos de los cuales no satisfacían o ... convencían en su totalidad a todo el staff de su departamento, entre ellos el de Cultura para quien se buscaban relevos a la carrera.

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Supongo que será como todo ha sido hasta ahora. Si te he visto no me acuerdo, o eso fue compromiso en un acuerdo de mínimos. Pero como no hemos sabido y quizás nunca conoceremos la letra pequeña, por ejemplo, de lo de Sorolla, la Hispanic y el edificio de Correos de Valencia pues podemos divertirnos. O no. Porque en el fondo un compromiso personal sin acuerdo global o social de todas las partes sociales, culturales y políticas puede meternos en un buen lío a corto y largo plazo. Y ya tendremos dos.

Por un lado la postura de los arquitectos que no veían claro el plan previsto por la Generalitat para actuar de urgencia, pero por otro el encargo a empresas privadas de los planes de actuación con un compromiso de pagos que igual escuecen cuando se conozca toda la realidad. Que esa es otra. Y todo ello sin entrar a valorar si la idea es buena, mala o incluso rentable.

Se abre un interrogante que salpica al reparto de poder, el nuevo número 1 y el juego familiar institucional, que esa es otra porque esto puede estallar en clave provincial. Se supone establecido un plan de pagos y hasta indemnizaciones millonarias por la ruptura de acuerdos. Es ahí donde está el verdadero problema.

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Por ello, este tipo de compromisos personales tan a la ligera nos debe conducir a una reflexión mayor. Adoptar decisiones políticas con tanta alegría y millones en juego en el calendario tiene sus riesgos. Es eso lo que nos debe llevar a pensar que no se debe ni puede gobernar desde la libertad individual por mucho poder político que en un momento dado se tenga y tener claro que el dinero público no es propio. Ya se ha visto: un día estás y al siguiente desapareces y hasta te olvidan.

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