Hablar de la barrancada estos días es hacerlo desde el dolor y todavía frente a la desesperación. Esto va muy lento. Y lo que nos ... queda. Esta clase política ha demostrado su nivel y moral, su propia realidad frente a la sociedad que les cobija y su mediocridad. No sólo se perdieron muchas vidas sino un parte de la vida de nuestra propia sociedad. Todos fuimos víctimas. Lo mantendremos en la memoria varias generaciones. No se irá, aunque nos cueste entender que algunos aún se escondan como si no fuera con ellos y junto a su inmoralidad.
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Fue y aún es la sociedad civil la que nos sacó y empuja. Por ejemplo todos esos restauradores que durante un año se han volcado en la recuperación fotográfica de miles de personas que a punto estuvieron de perder su vida y sus recuerdos.
Hace unos días volvió a mis manos el libro 'Las inundaciones de Valencia en 1957' publicado en 1960 por la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Valencia. Muy interesante trabajo y bien documentado. Repleto de datos. Mirando sus imágenes es como si el tiempo no hubiera pasado o se hubiera detenido.
Por ello es por lo que el trabajo realizado por las universidades valencianas y diversos museos locales gracias al proyecto 'Salvem les fotos' -el proceso se puede descubrir en el Centre del Carme- merece todo el apoyo. Más de 340.000 imágenes de las que se ha logrado salvar de su desaparición más de un 80% entre profesorado, investigadores, alumnos y voluntarios, muchos de ellos becados gracias a empresas privadas. Es lo que a muchos va a mantener con los pies en el suelo. Al menos algunos buenos recuerdos de un tiempo que se volvió gris siendo ya en color.
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Esta iniciativa que salió de forma espontánea y ha durado ya un año de trabajo voluntario y dedicación es un ejemplo más de que es el pueblo quien salva al pueblo o al menos mantiene sus recuerdos y la memoria de los ciudadanos afectados por las inundaciones y como explican lleva a reivindicar la importancia de los recuerdos físicos.
Todo un logro solidario contra la desmemoria.
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