La erosión silenciosa de la clase media
En estos momentos prima más el tacticismo electoral, el cálculo medido al servicio de proyectos personales que el servicio público hacia una tierra que busca y necesita justicia y atención
Urge afrontar la recuperación de la clase media con nuevas políticas públicas adaptadas a las nuevas transformaciones; no con políticas del pasado, trasnochadas que se ... han demostrado incapaces de revertir la situación. Urge porque la ilusión de que es posible es la que ha empujado a Mandani a la alcaldía de Nueva York. Y urge en esta Comunitat, tan necesitada de reconstrucción.
Publicidad
Estos días dos noticias han llamado mi atención. La primera ha sido la publicación del IX Informe Foessa de Cáritas; y la segunda la victoria de un desconocido político Zohran Mandani, que se ha convertido en el alcalde de la ciudad de Nueva York con tan solo 34 años.
El lector pensará qué tienen de especial estas dos noticias, puesto que el informe Foessa se publica todos los años y ofrece una radiografía sobre la situación social de España, alejada del triunfalismo de los gobiernos de turno. Y la elección del nuevo alcalde de la icónica ciudad de los rascacielos no deja de ser, de momento y el tiempo dirá, una nueva irrupción de un desconocido político, carismático, que, con una buena campaña electoral ha logrado ilusionar y decantar la victoria a favor del partido demócrata, inmerso en una profunda crisis interna, incapaz de reponerse tras la traumática salida de Joe Biden, la derrota de Kamala Harris y la victoria de Donal Trump.
Mandani ha diagnosticado muy bien el problema y dirigido su mensaje a la clase media
Leyendo y analizando ambas noticias, he llegado a la conclusión que el hilo de conexión de ambos hechos es la clase media, pilar de las sociedades democráticas occidentales y motor del crecimiento económico de un país. Me explicaré.
Publicidad
El IX Informe Foessa advierte que España atraviesa una fragmentación social: «La clase media se contrae, desplazando a muchas familias hacia estratos inferiores. El 19,3% de la población española en 2024 se encuentra en situación de exclusión». Los datos son tan demoledores que las conclusiones son claras: cada vez hay menos clase media y los jóvenes son los que más sufren las fracturas de la sociedad, por su precariedad laboral y las dificultades de acceso a la vivienda.
Sin duda alguna, unos datos que deberían ser tenidos en cuenta por la clase política de este país como un aviso serio de que la cohesión social se está resquebrajando y con ella la estabilidad social.
Publicidad
Y esto enlaza con la segunda noticia. La victoria de Zohran Mandani, respecto de la cual, Steve Bannon ( ex asesor del presidente Trump) alertó a los republicanos de la amenaza que suponía su victoria y todo el movimiento iniciado por él. Mantiene Bannon que «la victoria de Mandani, se fundamentaba en la movilización de los votantes poco habituales, como lo hizo en su momento Trump, porque esa es la esencia de la política moderna: involucrar a los votantes menos propensos a votar». Y eso es lo que ha hecho el flamante alcalde de Nueva York. Y lo ha logrado utilizando las redes sociales para movilizar el voto joven, el voto menos propenso a votar y con un mensaje claro, directo y conciso: «Construir una ciudad más asequible», dirigido a las clases medias trabajadoras. Ha diagnosticado muy bien el problema y dirigido su mensaje a la clase media; ahora asume el reto de diseñar, implementar y ejecutar políticas públicas que hagan realidad sus promesas. Ahora tiene que cumplir con lo prometido y no defraudar a los ciudadanos.
Y es que las democracias liberales de Occidente viven una auténtica revolución política, en cuya base está el declive de la clase media.
De ahí la imperiosa necesidad de que la clase política apueste decididamente por el fortalecimiento de la clase media para que, como dijo Obama, «sirva de motor del crecimiento económico del país»; y sobre todo, para salvar la democracia liberal de las garras del populismo de izquierdas y de derechas. Porque cuando no se solucionan los problemas de los ciudadanos, la democracia también se corrompe.
Publicidad
Nuestra tierra, la Comunitat Valenciana, necesita más que nunca la política en mayúsculas para afrontar el futuro, para superar las desigualdades y la histórica infrafinanciación que lastra nuestro crecimiento y nuestro bienestar.
El gran objetivo es rescatar a la clase media con verdad, coraje y valentía desde la política. Cuestión esta, que tampoco es nueva. Ya se reflejaba en el pensamiento político de Aristóteles, para el que la mejor forma de gobierno para la inmensa mayoría de ciudadanos era lo que denominó «Politeia» (gobierno mixto que combinaba elementos de la democracia y de la oligarquía) y donde el pilar fundamental era la clase media que daba estabilidad al Estado, evitaba la revolución y el predominio de los extremos.
Publicidad
Por eso más que nunca, y utilizando las palabras del famoso fragmento del discurso 'El hombre en la arena', pronunciado por el expresidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt en la Sorbona en 1910, necesitamos «políticos que no sólo critiquen, sino que estén en la arena con el rostro desfigurado por el polvo, el sudor y la sangre, que se esfuercen valientemente, que se empeñen en lograr su cometido, que podrán triunfar o fracasar, pero si fracasan, fracasan atreviéndose en grande, de forma que jamás estarán entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la vitoria ni la derrota».
Pero la sensación que me invade es que en estos momentos prima más el tacticismo electoral, el cálculo medido al servicio de proyectos personales más que el servicio público hacia una tierra que busca y necesita justicia y atención.
Noticia Patrocinada
Aunque, cuidado. Una clase media con conciencia de clase media, pero cada vez más empobrecida que se siente frustrada en sus expectativas, podría dar al traste con esas estrategias de despachos. Es la erosión silenciosa de la clase media.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión