El maestro Serrano tuvo ocho hijos. De modo que no es de extrañar que fuera un hombre especialmente atento a la justa cobranza de los ... derechos de autor y al examen riguroso de la caja de la taquilla: en casa había muchas bocas esperando. En la Memoria de la Exposición Regional, el marqués del Turia evocó con emoción el éxito inmediato del Himno escrito por Serrano y Thous, y el generoso gesto que tuvieron, no ya al renunciar a pago alguno por su trabajo, sino al hacer a su costa una edición especial de la partitura cuyos beneficios íntegros fueron destinados a la Casa de Caridad. «Tal proceder -escribió Trenor- mereció unánime aplauso». El 24 de agosto de 1909, pasados los días malos de la Semana Trágica barcelonesa, Ayuntamiento, Casa de Caridad y Exposición quisieron agradecer el gesto del generoso coautor de un Himno que Valencia ya sabía cantar de memoria: el alcalde Maestre y Margarita Azcárraga, esposa de Trenor, apadrinaron al último niño nacido en la casa madrileña de los Serrano.
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Por la noche, en la Gran Pista de la Exposición, se celebró una fiesta íntima. Minutos antes del concurso de fuegos artificiales, el maestro Vega invitó a Serrano a tomar la batuta para dirigir una nueva, enésima interpretación de un Himno, estrenado el 22 de mayo, que, a sugerencia de Maximiliano Thous, se abría con unos solemnes compases de timbales y clarines, la Marcha de la Ciudad, antigua hasta no tener autor conocido. La gente, forasteros y valencianos, acogieron con aplausos una partitura nacida para la unidad del canto coral, para la exaltación de unos valores compartidos.
Ya hace mucho que se cumplió un siglo de todo aquello. Y solo de vez en cuando caemos en la cuenta de que los valencianos cantamos un Himno, encargado para abrir una Exposición económica, agrícola, industrial y de Bellas Artes, que, si nos fijamos bien, tiene una letra que no menciona para nada a esa Exposición misma. Se podía haber escrito para otro evento cualquiera. Los autores, sobre todo Thous, más penetrante en su mirada cívica, o si queréis política, fue el primero en decir que sí, que la Exposición no viene mencionada en la letra de 1909. Y eso es porque en realidad lo que él quiso construir fue el Himno de una sociedad, de una comunidad, de un pueblo en marcha.
En 1929, en 'Semana Gráfica', el hijo de Thous escribió un reportaje en el que evoca cómo su padre y el maestro Serrano compusieron la pieza; y anotó que sí, que estaba naciendo ya la letra en valenciano, que finalmente vio la luz al año siguiente. Pero en ese reportaje clave, Thous Llorens dejó caer un par de ideas-sentimiento transmitidas por su padre cuando ya el Himno de la Exposición gozaba de la consideración oficial otorgada en 1925: «Los himnos no tienen por qué ser oficiales; su única virtud se la da el pueblo».
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