Enrique García Asensio: «¿Abandonar? Seguiré mientras pueda hacer bien lo que estoy haciendo»
El prestigioso maestro valenciano cumple 88 años en plena actividad I Este sábado dirige a la Orquestade Cámara Andrés Segovia en el auditorio de El Escorial
El maestro Enrique García Asensio (Valencia, 1937) acaba de cumplir –el viernes 22 de agosto– 88 años y sigue activo. Mientras vaya viendo que hace ... bien lo que hace no está dispuesto a dejar la batuta. Este sábado lo va a demostrar en el auditorio de El Escorial al frente de la Orquesta de Cámara Andrés Segovia. Con él actuará su hija, Anabel García del Castillo, concertino de la Orquesta de Valencia. Es una cita en el marco de la programación del Festival que cada año celebra la Comunidad de Madrid. Ante su cumpleaños y en medio de la actividad que aún mantiene habla con LAS PROVINCIAS.
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–Activo con 88 años.
–Exactamente, a Dios gracias.
–¿No se retira?
––Estoy jubilado hace tiempo, pero sigo trabajando cuando me surgen cosas. Puedo estar jubilado si me contratan trabajar; legalmente puedo hacerlo, estoy de alta en autónomos y en todo. Dentro de la ley.
–¿Entonces no se ha planteado abandonar?
–Mientras crea que puedo hacer bien lo que estoy haciendo, y que tiene el nivel que debo tener, lo haré. El día que me dé cuenta de que no puedo hacerlo, no lo haré. No voy a estar si me estoy cayendo. Ha habido casos como el de Leopoldo Stokowski. Cuando tenía 90 años firmó un contrato por diez años para seguir haciendo discos. Murió a los 95 y no pudo cumplir el contrato, pero lo firmó.
–¿Qué le llevó a querer ser músico, director de orquesta?
–Una cosa es ser músico y otra ser director de orquesta. Yo iba a ser violinista porque soy la cuarta generación de Enrique García, valenciano que se ha dedicado a la música. Nací predestinado. Gané todos los premios de violín que hay en España, menos uno. Como ese no lo gané, me salió el baturro que llevo dentro, de mi madre –que era de Zaragoza–, y dije que ya no tocaba más. Entonces cogí la batuta. Ya sabe el refrán ese que dice que no hay mal que por bien no venga.
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–Venía usted de una estirpe de músicos valenciana muy arraigada en el universo artístico.
–Sí, y mi hija, la que toca conmigo en este concierto de El Escorial, es concertino de la Orquesta de Valencia. Mi tercera hija también es violinista. Y tengo un nieto que es compositor y matemático, que le interesa la relación entre la música y las matemáticas.
–¿Usted, que dirigió la Orquesta de Valencia (OV), cómo la ve en estos momentos?
–Fenomenal, muy bien. He tenido el gusto de dirigirla hace poco, cuando en 2024 me nombraron director honorífico junto con el maestro Manuel Galduf.
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–¿Y el Palau de la Música, que ha tenido varios avatares en su camino?
–Estaba muy bien, pero ahora parece que ha tenido problemas otra vez; eso me cuentan, Como no estoy allí, no sé muy bien.
–¿Es un auditorio de referencia?
–Lleva muchos años y por allí han pasado grandes directores y músicos importantes que han pasado por Valencia porque estaba el Palau de la Música, de lo contrario no habrían estado allí. Eso hay que cuidarlo para que no se deteriore.
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–¿Y el Palau de Les Arts y la Orquesta de la Comunitat Valenciana?
–Hace mucho tiempo que no he actuado allí. Estuve en el consejo de Administración, en el patronato. Actué mucho allí, pero desde que dejé el consejo, me tuve que marchar porque yo quería dirigir, no ser del patronato, no me han llamado. En la inauguración dirigimos el maestro Lorin Maazel y yo.
–¿Cómo ha cambiado el universo musical desde aquellos tiempos del programa de televisión 'El mundo de la música'?
–Ha cambiado muchísimo. En aquella época sólo había una televisión, por eso tenía tanto éxito. Los niños, los martes a las siete de la tarde, venían a ver al maestro García Asensio, que regalaba batutas mientras jugaban con la orquesta. El programa era muy serio, se hablaba de música.Luego hubo otro tipo de programas que estaban bien.Pero ahora no hay ninguno. Existen 28.000 canales y no hay ninguno que se dedique, no sólo a la música, sino también al teatro, a la pintura, al cine.Habría que hacerlos de todas las artes, pero no hay espacios culturales. La televisión es un desastre, no sé cómo la ve la gente.
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–¿La televisión necesita de ese tipo de programas culturales, formativos?
–Es una obligación para la televisión pública. Los demás canales si quieren hacer programas de otro tipo, allá cada uno. Pero la televisión pública se debe preocupar de que haya espacios culturales. No están para ganar dinero y poner anuncios. A los niños habrá que darles una baraja para que ellos luego elijan sus gustos y sus profesiones. He tenido muchísimos alumnos que lo seguían y por eso se dedicaron a la música. Algunos me dicen que guardan la batuta que les regalé.
–¿Las redes sociales pueden ser una oportunidad para promover la cultura?
–Las redes sociales son un arma de dos filos. Están tomando un cariz, que he acabado por no verlas. Podrían ser fenomenales y servir para la promoción cultural si se usaran bien, pero como las cosas se usan para bien y para mal...
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–¿Cómo ve la situación de la música en España en estos momentos?
–Hay más orquestas, más músicos, más conservatorios, pero luego muchas orquestas lo que hacen es contratar directores extranjeros, entre ellas Valencia y Madrid también. Yo he sido el primer catedrático de dirección de orquesta en España en 1970. Hasta entonces no se podía estudiar dirección en España.
–¿El concepto banda de música qué le sugiere?
–Es una tradición valenciana de siglos y que gracias a ella hoy hay músicos valencianos en toda Europa y, en fin, en muchas partes del mundo.
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