Expertos abogan por un ente mancomunado de recursos hídricos en la Marina Alta para afrontar las sequías

El cambio climático en la Marina ha centrado este lunes la inauguración de las jornadas 'Dénia, Ciutat del Pensament'. En esta apertura, los expertos han ahondado en las evidencias que se pueden notar en la comarca y qué pasos deben dar los municipios para hacer frente a sus efectos. Jorge Olcina, director de la jornada y catedrático de la Universidad de Alicante (UA), ha puesto de relieve que, pese a ser la zona más lluviosa de la provincia, en las últimas décadas se han registrado problemas de abastecimiento. Tras poner de relieve la carencia de una planificación conjunta de la comarca, ha abogado por una entidad mancomunada para afrontar las sequías tan intensas que también se están registrando.

Olcina ha incidido en que no basta con tener bien gestionado el tema del agua a nivel municipal, sino que también es necesaria una planificación conjunta para esos momentos en los que no abunde este bien tan necesario. Según ha remarcado, si los municipios trabajan de manera individualizada. «alguno tendrá problemas» porque el cambio climático está provocando en esta zona que las sequías, aunque «más cortas en tiempo, sean más intensas».

En ese sentido, ha puesto como ejemplo Orihuela, donde pese a no llover mucho «nunca se han quedado sin agua en los grifos». O también el caso de la Marina Baixa, que en 1978 ya tuvo problemas pero «aprendió la lección».

El catedrático ha subrayado que hacer una entidad mancomunada no es una solución difícil, aunque sí «trabajosa». Este ente debe unir todas las fuentes hídricas disponibles en la Marina Alta, que incluyan las lluvias, los acuíferos, la reutilización de aguas y la desalación. A partir de aquí debe interconectar estas cuatro fuentes, «hacer un circuito comarcal, hacer depósitos para la distribución y trabajar de forma conjunta».

El tema hídrico también ocupará parte del programa de 'Dénia, Ciutat del Pensament' previsto para esta tarde. Rafael Aranda, ingeniero y consultor del ciclo integral del agua, hablará sobre «gestión del agua en la Marina Alta, una visión de comarca». Después él, Naiara Hernández, de FCC Aqualia; Eva María Bataller, gerente de Sogata (Gata de Gorgos); y Rubén Moncho, gerente de la empresa pública Benissa Impus, analizarán esta cuestión en una mesa redonda moderada por el catedrático de la UA.

Asimismo, Olcina ha reivindicado la necesidad de que las localidades cuenten con planes de adaptación al cambio climático. En su opinión, hay que trabajar ya en este aspecto. Según ha indicado, los ayuntamientos requieren de esos planes que son una especie de hoja de ruta para saber qué hacer en los próximos años. «Tenemos algunos ejemplos de municipios en la Comunitat Valenciana que ya lo han hecho, como Calp, Benidorm o Gandia». Al respecto, ha hecho hincapié en que son pocos los que han avanzado en esa materia y que «vamos un poco atrasados, necesitamos incrementar el ritmo de las medidas y las acciones para la adaptación al cambio climático».

El clima en el conjunto de la Comunitat Valenciana y en la en la comarca de la Marina Alta es cada vez menos confortable térmicamente,especialmente en verano, con muchas noches calurosas, ha señalado Olcina. La lluvia se presenta de forma cada vez más irregular, «a veces en forma de tromba». Eso se combina con épocas de sequía y, cada vez de manera más frecuente, están apareciendo fenómenos extremos o extraordinarios, como las lluvias torrenciales, sequías intensas y temporales marítimos con efectos en primera línea de costa, ha detallado.

Según ha comentado, los modelos climáticos hablan de un mantenimiento o una incentivación de todos estos procesos en las próximas décadas. Ante ese avance del cambio climático, que no se consigue frenar, la sociedad debe aprender a convivir con este proceso y empezar a adaptar actividades económicas y ciudades a las nuevas circunstancias.

Para ello, ha hecho hincapié en que hará falta que se acometan proyectos que requerirán una inversión a todas las escalas, desde la local a la europea. Entre ellos estarían encauzar algunos barrancos y ramblas que generan zonas de riesgo, adaptar el alcantarillado de las ciudades para que sepan captar este tipo de lluvias tan intensas y generar espacios de refugio climático en verano para atender a la gente en esas jornadas de mucho calor, temperaturas que en algunos puntos de España han provocado la muerte de algunas personas.

Dentro del ámbito municipal, Jorge Olcina ha detallado algunas de las medidas que podrían tomar los ayuntamientos. «Necesitamos más arbolado en las calles, más zonas de sombra, más agua fresca en la calle, especialmente en verano, con la instalación de una red de fuentes», ha enumerado.

Esas serían las primeras medidas a implantar desde los consistorios para convertir las localidades en refugios climáticos en verano para proteger a la población residente o turista en esas jornadas de mucho calor.

El cambio climático también afecta a sectores económicos como la agricultura, la pesca o el turismo. En el primero de los casos, la sequía y las trombas de agua tienen efectos sobre la producción y al adelanto de la época de cosecha. En el mar se está notando con un incremento de la temperatura de las aguas. Y en el sector turístico, las jornadas y noche calurosas también causan estragos. Por ello, Olcina cree que deben «plantearse la planificación de las temporadas y la adaptación de sus equipamientos» a este nuevo escenario.

Sobre estas cuestiones ha versado la primera de las mesas redondas de estas jornadas, moderada por José Vicente Sánchez, coordinador junto a Olcina de esta iniciativa organizada por Fundació Creativa Dénia. Ha contado con Sonia Carrió, responsable de proyectos en Proenhec SL, por el sector agrícola; Josep Ivars, director del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la UA; y José Luis Sánchez, presidente del Foro Científico para la Pesca Española en el Mediterráneo.

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