«Era como una lluvia de fuego y el viento soplaba hacia la casa, daba miedo»
Constantine van Heften y su familia tuvieron que abandonar el chalé en El Tosalet de Xàbia por el temor a que las llamas cruzaran el camino y alcanzaran la vivienda
R. González
Xàbia
Miércoles, 3 de enero 2024
El incendio forestal que se declaró el martes por la tarde en una zona boscosa de la urbanización El Tosalet de Xàbia ya ha ... llegado a su fin. Los bomberos del Consorcio Provincial de Alicante lo han dado por extinguido a las 17.04 horas de este miércoles. Hoy ha sido el momento de revisar los daños. Constantine van Heften recuerda esos primeros momentos, cuando todo comenzó. «Era como una lluvia de fuego y el viento soplaba hacia la casa, daba miedo», explica mientras barre las cenizas que hay en el camino del chalé en el que reside junto a su familia en la calle Hiedra.
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Este joven neerlandés, su pareja, su hijo de cuatro años, la pequeña de dos y el suegro tuvieron que abandonar la vivienda con rapidez cuando unos pinos cercanos comenzaron a arder. Y como ellos, unas 120 personas fueron desalojadas, según fuentes municipales.
Él estaba en la cocina cuando le avisó su suegro, que estaba viendo la tele cuando se percató de las llamas que asomaban tras la casa que hay enfrente. Notaron el calor y el aire llevaba las pavesas hasta donde ellos estaban.
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El temor a que las llamas, que «eran muy altas», cruzaran el camino y alcanzaran la vivienda les hizo despertar a los niños, que ya estaban durmiendo, coger el ordenador portátil y poco más. Los cinco subieron al coche y se marcharon a un hotel a pasar la noche. Esta mañana se han enterado de que ya podían regresar.
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A su vuelta han hallado gran cantidad de ceniza y agujeros en las hamacas de la calle por quemaduras provocadas por las pavesas. Han tenido suerte, los desperfectos han sido mínimos.
En una casa al otro lado del camino, los cipreses de la valla muestran una franja de troncos pelados y ennegrecidos por culpa del fuego, que también ha calcinado parte del mobiliario exterior. Los propietarios no están en estos momentos allí, de manera que han dejado a una persona encargada de revisar los daños.
Steven vive en una calle cercana, pero no tuvo que dejar su casa. «Vimos mucho fuego y rápidamente llegó la Policía Local y los bomberos», relata este belga que se ha acercado hasta la zona donde se declaró el incendio para ver cómo ha quedado.
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Cerca de allí, los bomberos empiezan a recoger mangueras y a examinar la zona donde se originó todo. Según comentaban todo había comenzado en esa vaguada, en una parcela sin construir, que ese propiedad privada y está llena de vegetación seca y pinos. Las pavesas saltaron de allí y provocaron varios focos secundarios. Las piñas, con las altas temperaturas, también salieron disparadas. Tras una rápida intervención, controlaron el fuego en pocas horas y los vecinos pudieron regresar a sus hogares antes de las once de la noche del martes.
Y mientras los efectivos contra incendios se preparaban para retirarse, empleados de la empresa municipal de aguas de Xàbia, Amjasa, se han dedicado a ir a las parcelas en las que los bomberos repostaron agua de las piscinas. Su cometido ha sido que los propietarios puedan reponer el caudal utilizado sin que corra el contador y salga de sus bolsillos.
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