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Funeral de un joven de 26 años, después de la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por la policía durante una protesta.

La primavera olvidada de Bahrein

Vamos a Sitra, algo así como el Móstoles chií, y está lleno de adoquines y barricadas. Hay tanques. Altercados todas las semanas. Fuera no se acuerda nadie, pero aquí los incidentes de 2011 están muy presentes

íñigo domínguez

Jueves, 6 de agosto 2015, 21:08

He salido con Ambrosio y Pixie a ver pintadas por barrios chiíes chungos de Bahrein. Hay un dibujo de un coche de Fórmula 1 con palabras en árabe que -creo- podrían traducirse libremente por algo así como me cago en el Gran Premio de Bahrein y la madre que lo parió. También hay retratos de jóvenes, mártires de la primavera árabe. Hay un dibujo raro, una bola con tres chirimbolos: es el monumento a la perla, vieja fuente de riqueza del país, que estaba en el centro de la ciudad. Fue en esa plaza, Pearl Square, donde se congregó la multitud que en 2011 pidió aperturas democráticas y por eso un mamotreto de discreto valor artístico ha adquirido un enorme valor simbólico. Bahrein, tan pequeñito, fue el único país del Golfo donde se movió algo. Lo pagaron, por supuesto. Arabia Saudí mandó unos tanques y aquello se acabó en un momento.

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La ruta

  • La sucesión de Mahoma

  • El islam sufre una división interna desde la muerte de Mahoma. La disputa por la sucesión creó dos bandos, suníes y chiíes, cuyo enfrentamiento dura hasta hoy. Bahrein es el único país de mayoría chií, un 70%, del Golfo Pérsico.

  • Primavera árabe

  • La primavera árabe de 2011 solo llegó a un país del Golfo Bahrein. La protesta fue aplastada por la dinastía reinante, que es suní, con ayuda de Arabia Saudí. La tensión continúa y la comunidad chií denuncia que sufre una suerte de apartheid.

Porque Bahrein tiene otra peculiaridad: es el único de la región con mayoría chií, o chiita, un 70% de la población. Pero manda una dinastía suní, o sunita, los Al Khalifa. Si se lía y va a pasar página aguante, por favor, que lo explico. Lo de chiitas y sunitas es una vieja cuestión sucesoria, como los carlistas o los antipapas, desde la muerte de Mahoma en 632. Unos decían que tenía que mandar el suegro, Abu Bakr, y otros que el yerno, Ali. Cuestión de interpretaciones. Cualquiera que haya tenido una bronca por una herencia sabe cómo acaban. Empezaron a matarse y hasta hoy. «Se hacen a pedazos entre ellos», decía en 1503 Ludovico de Varthene, primer peregrino europeo a La Meca. Perdieron los del yerno, los chiítas, que son minoría. Su país de referencia es Irán. El de los otros es Arabia. Y ya está montado el tablero de juego político del Golfo Pérsico.

Para los suníes los otros son, cuando menos, gente rara, y cuando más, unos herejes. El Ejército Islámico los odia casi más que a un señor de Wisconsin o a un ateo de Chueca. En 2011, en Bahrein se mezclaron el ansia de democracia y el descontento chiita, aunque era una protesta de todos y las autoridades han jugado luego a subrayar la diferencia religiosa. Los chiitas denuncian que viven en un apartheid. Para dejarles fuera de la gestión del país incluso importan sunitas -jordanos, paquistaníes, yemenitas- como funcionarios y policías.

Vamos a Sitra -"El Móstoles chií", según Ambrosio- y está lleno de alambradas, adoquines y barricadas. Se ven tanques. Hay incidentes todas las semanas. Estos pueblos chiíes parecen palestinos, sucios y descuidados. Bahrein no le importa a nadie, pero lo que pasó en 2011 está muy presente. Por la plaza de la Perla no se puede ni pasar, está cortada con tanques. Hasta han derribado el monumento. La protesta democrática fue aplastada sin contemplaciones. Cientos de personas fueron encarceladas y torturadas. Otros muchos se han exiliado. Un popular disidente, Nabeel Rajab, de 50 años, ha sido condenado por dos tuits. Por uno, seis meses de cárcel. Por el segundo, diez años.

La sociedad está rota. "El odio a los chiitas es casi racismo, aunque sean de la misma raza", cuenta Ambrosio. Se distinguen entre ellos nada más empezar a hablar. Sobre esta incomprensión mutua, Ambrosio recuerda que un amigo chií se reía de los suníes en un restaurante porque no comen cangrejo.

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- Anda este, ¿y tú con el cerdo?

- ¡Hombre, eso lo dice el Corán!

Cuestión de interpretaciones, y ni siquiera sé si esto del cangrejo es oficial o una variante local de las manías fácticas. Para nosotros, sociedades incrédulas, todo esto son cosas de locos, como los tumultos del Rocío, algunos santuarios marianos o las elementas que he visto restregar sujetadores en el Santo Sepulcro de Jerusalén. De sagrado nos queda el fin de semana. Como tabú, el incesto y poco más. Aunque cuando la gente no cree en nada al final acaba creyendo en cualquier cosa, como el advenimiento de la nueva temporada de una serie. Y estoy harto de que me den la chapa con el yoga.

Leyendo el Corán es evidente que habría que poner las cosas en su contexto. Aparte de que no se entiende que una de las esposas de Mahoma tuviera una empresa de transportes y no dejen conducir a las mujeres en Arabia. Para el Profeta no fue fácil lo de fundar una religión, le persiguieron y tuvo que combatir. El libro se vuelca en reafirmar una comunidad y demonizar a los otros. Y en esto es bastante amenazante. Depende de dónde leas y sobre todo cómo. La interpretación es la clave y el problema es que para los eruditos conservadores dominantes el asunto está cerrado desde 1258. Que quizá queda un poco a desmano, porque la última vez que miré el calendario estábamos en 2015. Entonces cerraron "las puertas del Ijtihad", la interpretación del mensaje divino, y tiraron la llave.

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Bandos y odios

Muchos imanes medievales eran más modernos que los actuales y ya en el siglo IX planteaban que el Corán no es un texto divino tal cual, sino con una mediación humana, y que por tanto puede ser interpretado. Pero dices esto hoy y te acusan de ateo o hereje. Ya en el siglo XI, el filósofo persa Avicena pensaba que el paraíso descrito en el Corán no debe tomarse al pie de la letra, que solo es como lo imagina alguien que vive en el desierto.

El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, pronunció en enero un discurso muy interesante en la universidad Al Azhar de El Cairo. Fundada en 970, es el más prestigioso centro teológico sunita. Al-Sisi, muy devoto, pidió a doctores y clérigos que cambiaran el chip con una "revolución religiosa" para reformar "un pensamiento que se origina en textos e ideas consagrados hasta hacer imposible distanciarse de ellos". Y la frase fuerte: "¡No es posible que 1.600 millones de musulmanes quieran matar a los otros 7.000 millones de habitantes de la Tierra!".

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Este problema básico sobre el Corán no es de ahora, pero con el Ejército Islámico el problema vuelve a plantearse. Si te obsesionas con la pureza de las esencias siempre llegará alguien más estúpido que tú. Los musulmanes del Golfo con los que he hablado en el viaje creen, como ustedes, que estos del EI están locos y los gerifaltes saudíes e iraníes, tres cuartos de lo mismo. Su desafío es inventarse su propia modernidad desde su propia cultura.

Volviendo al suelo, sin matices teológicos, interpretemos otra cosa: puede ser que estos bestias de los vídeos usen el Corán como pretexto ideológico, sin creérselo. Es perfecto para crear bandos y odios, en una estrategia de manual de terrorismo y propaganda. Cuando arrestaron a Haji Bakr, uno de sus cerebros y excoronel de Sadam, no tenía en casa un solo ejemplar del Corán. Aterrizando del todo en Bahrein, hay otros datos a considerar. La parte de Arabia pegada al país también es chiita, y donde está el 80% de su petróleo. En 2011 había un gran temor de contagio. Estados Unidos tiene la Quinta Flota, guardiana del Golfo, en este puerto, y no quiere líos. Arabia puede hacer lo que le dé la gana, es un aliado esencial de los yankis, que acaba de restablecer la venta de armas a Bahrein, suspendida tras la represión de la primavera árabe. España ya lo hace desde hace un año.

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Estos países del Golfo tienen buen rollo hasta cierto punto y todos los que he conocido en el viaje me pidieron que no usara sus nombres. Supongo que nadie se había creído lo de Ambrosio y Pixie. No lo tomen de forma literal.

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