Boicot a una comisión fallera de Silla

El enfrentamiento entre vecinos y sedes festeras es eterno. Mientras unos reclaman el derecho al descanso otros reivindican las celebraciones como sinónimo de una sociedad activa. El llegar a un buen entendimiento es cosa de dos. En Silla se ha abierto el debate tras el boicot de algún vecino que se ha tomado la justicia por su mano en sendos eventos organizados por la comisión fallera Reis Catòlics, frente a su casal.

Los asistentes a la fiesta del Mig Any el pasado sábado, que se alargó durante toda la jornada, se vieron sorprendidos a media noche por el lanzamiento de globos de agua. Uno de ellos impactó sobre la mesa de mezclas del dj, que actuaba en esos momentos, y que hizo saltar la luz, afectando también al ordenador, tablet, y mesa de sonido, además de a los cables.

"Podría haber causado un grave accidente", alerta el presidente de la comisión, Tomás Palomares, quien añade que todavía están valorando los daños causados por este acto vandálico, a la espera de que se seque el material y comprobar si funciona.

La comisión ha iniciado las averiguaciones para saber de dónde procedía el lanzamiento con el fin de que el autor asuma las consecuencias y no quede impune ya que este no es el primer ataque que sufren. Hace dos semanas, tras la cena de proclamación de sus máximas representantes, una de las falleras presentes recibió el impacto de un huevo lanzado desde una ventana..

Además, denuncian que desde el mes de marzo han sufrido una oleada de ataques por las redes sociales relacionados con el socavón en la calzada que se produjo tras quemar el monumento y que la comisión ha reparado, con un coste de 6.000 euros. "Nosotros asumimos nuestras responsabilidades y cumplimos las obligaciones con el vecindario", aseguran. También en plenas fallas cayeron sobre la carpa diversos elementos como cubos de agua y tornillos.

Tomás hace especial hincapié en que las relaciones de la comisión, que cuenta con 43 años de existencia, con los vecinos "siempre han sido buenas". "Solo organizamos cuatro fiestas en la calle al año para evitar molestias y somos respetuosos con el vecindario e incluso intentamos que participen", matiza. El presidente también apunta que durante la semana fallera "a los vecinos que tienen un vado y no pueden pasar les pagamos una plaza de garaje".

Respecto al autor o autora de los hechos advierte de que "no hace falta llegar a estos extremos, basta con llamar a la policía y comprobar que tenemos los permisos en regla o hablar con nosotros".

A pesar del malestar entre la comisión por estos hechos, Tomás ha agradecido las múltiples muestras de apoyo recibidas por parte del colectivo fallero y también de entidades locales de toda índole, partidos políticos y particulares que han inundado las redes sociales, y advierte de que van a seguir con su actividad habitual.

Desde el consistorio, el alcalde, Vicente Zaragozá, señala que "nadie puede tomarse la justicia por su mano". "Hay una ordenanza de convivencia y si alguien no está de acuerdo puede llamar a la policía", añade y matiza que la fiesta organizada por la comisión "cumplía con la normativa, tenía el permiso municipal y estaban dentro de la hora convenida".

 

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