Curso gastronómico 2025/2026 en Valencia: lo que abre, lo que cierra y lo que se traslada
Llega Sutil, lo nuevo de Raro. Otros dos grandes proyectos reactivan zonas icónicas de Valencia: Alegal, en Aragón, y Casa Pescadores, en el Cabanyal. Los hay que se despiden, y otros que sencillamente cambian de emplazamiento. Podríamos seguir, y de hecho, lo haremos
Cuando llega septiembre, comprendemos que la ciudad dormía, pero siempre con un ojo abierto. Se desperezan los anuncios, pero los proyectos llevan meses caminado. Ante ... lo bucólico de un agosto detenido, el frenesí de un nuevo curso por descubrir, que promete ser más agitado que el año pasado. Hora de asistir a las aperturas prometidas, que van de los proyectos de autor a los grandes espacios, y de los barrios de la ciudad a los pueblos de toda la Comunitat. A veces avaladas por grupos hosteleros de reconocida trayectoria, otras impulsadas por jóvenes valientes, pero en cualquiera de los casos, todas ellas repletas de ilusiones, que a veces se cumplen, otras se truncan y, ocasionalmente, se transforman.
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Empecemos por algo Sutil. Para los chicos de Raro, la normalidad es insoportable, así que se esfuerzan por combatirla. Si en primavera estrenaban la vinoteca Serralunga, en la calle Almirante Cadarso, antes de que acabe el año presentarán un proyecto ambicioso, esta vez situado en Cirilo Amorós. Concretamente, en el local que ocupaba el restaurante Leixuri, mítico vasco que cerró tras cuatro décadas de éxitos. El trío que conforman Sara Folgado, Sergio Rozas e Ibai Bengoechea aportará su peculiar enfoque culinario, siempre creativo y original, si bien en el caso de Sutil -que así se llamará el establecimiento- será más delicado. «Aquí nos ponemos más gastronómicos, pero sin olvidar que estamos nosotros detrás», advierte Sara.
La sutileza reside en varios aspectos, como no estar exactamente en Cánovas, sino algo más escondidos. «Es ese típico secreto que no quieres que nadie descubra», sugiere. En cuanto a la cocina, se potenciará el producto al desnudo, pasado por el Josper o con toques 'sutiles', que el comensal elegirá al gusto en determinados casos. «Si hay mollejas en la carta, puedes pedirlas al desnudo, o con parmesano y setas», ponen como ejemplo. Pero no, no replicarán las recetas de Raro, el restaurante que ya lideran con éxito en el Paseo de la Alameda, donde los platos están pensados para compartir. Sutil busca una experiencia diferente, con una sala más formal y una bodega más ambiciosa, a razón de un ticket medio de aproximadamente 60 euros.
Mientras tanto, en el barrio de Aragón, se avista un titán. La lista de proyectos del año continúa con el esperado restaurante de los Cines Aragón, cuya cocina estará a cargo de Dani García. Eso ya lo sabíamos, pero nos faltaba el nombre: esta semana se ha sabido que es Alegal. El resto de detalles deberán esperar hasta la inauguración, que está prevista para el próximo 18 de septiembre, donde no sólo se revelará la carta del chef Michelin, sino el programa de entretenimiento y música. El interiorismo, eso sí, es espectacular. No ha sido fácil encaminar esta colosal obra, que ha transformado un icónico local de 1200 metros cuadrados, dotándolo de capacidad para más de 300 comensales.
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No es el único proyecto de grandes dimensiones que viene para agitar un barrio. En su momento, ya hablamos de Casa Pescadores, y en muy pocos meses, la charla se intensificará. No sólo el grupo Mercabanyal está detrás de este espacio, pensado para poner en valor el distrito de sus amores, que no es otro que los Poblados Marítimos. El resto de socios aportarán la cocina, que si por algo destaca, es por la excelencia en el trato de los pescados. Habrá distintos ambientes y conceptos, pero un solo hilo conductor, porque a fin de cuentas, el recinto mira directamente al mar. Cómo no íbamos a esperar barcas, redes y el legado vivo del barrio del Cabanyal.
Irse, pero no muy lejos
El barrio, ese nuevo elegido por los restaurantes, no ha consolidado Giramón. Esta casa de comidas, impulsada por José Gagliardi y Mihaela Sova, supuso una gran noticia para Ayora en 2022. Si bien la sala nunca fue muy grande, sí que ensancharon su libertad con una cocina de mercado, fundamentalmente creativa y a precio más que razonable. En su mensaje de despedida, explicaban que precisamente esa falta de espacio les ha impedido albergar más comensales y crecer económicamente. «Por eso, antes de bajar el nivel, o aún peor, antes de ofrecer siempre lo mismo, preferimos cerrar este ciclo aquí», anunciaban en redes, dejando entrever que el proyecto podría continuar en otra parte. Detrás de una etapa, siempre viene otra.
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Bien lo saben los miembros de Nostre, quienes ya cambiaron de local el año pasado, y podrían estar a punto de volver a hacerlo. La pareja que conforman Andrés Rengel y Sara Forner abrió en 2023 el restaurante, entonces situado tras la plaza del Mercado Central, para trasladarse un año más tarde a la calle Doctor Ferran, en el barrio de Aragón. Su cocina, que combina de técnicas ancestrales y sabores contemporáneos, apunta lejos, pero no ha encontrado la viabilidad como negocio. Por ello, la pareja busca otro nuevo destino, sin olvidar nunca el origen, probablemente lejos de la capital. Son de esos jóvenes que sueñan con todo, como la mujer que sigue.
La historia de Xanglot es la de un restaurante que afrontó la pandemia poco después de su apertura, en la calle Avellanas, junto a la Plaza de la Reina. Con Sandra Jorge al fogón, nieta de agricultores y arraigada en el guiso, ha defendido la despensa local y la memoria culinaria de manera independiente durante prácticamente un lustro. Hace poco, anunciaba que ponía rumbo a otro destino, y ahora sabemos que su sede no se aleja del centro histórico. El restaurante inicia este mes una nueva etapa dentro de Caro Hotel, el prestigioso 5 estrellas, con gran pasado gastronómico. Esto le permite ganar espacio -casi el doble de mesas- y posibilidades: el emplazamiento, junto a la muralla árabe de Valencia, dispone de un comedor bellísimo bajo el lujoso hotel.
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De la taberna a la coctelería
El verano ha consolidado como plan el cóctel en la terraza de La Salita (1*). El restaurante de Begoña Rodrigo no sólo se encuentra en el espacio más bello de Valencia, sino que su jardín urbano alberga un nuevo concepto para amantes de los combinados. Bajo el nombre de Cooktl, se instala una carta líquida independiente, capitaneada por Denise Coppola, la nueva bartender del espacio. Sus combinados se inspiran en la línea de vinagres artesanos del restaurante Michelin, pero además, se acompaña con una carta de bocatas creativos, que permite cenar mientras se bebe. Y hablando de coctelería, hay que estar muy atentos a la música que emerge de los bajos del Mercado de Colón, donde podría emerger un concepto a lo Toni2.
Marta Castillejo trabajó bajo las órdenes de Begoña Rodrigo y en algún punto de su historia, su camino se cruzó con el Arturo Salvetti en Bar Trinchera. Pues bien, ambos se sitúan ahora en dos bares diferentes. Ella recae en Piscolabis, ubicado en Antiguo Reino de Valencia, donde el concepto se fundamenta en el picoteo de reminiscencias clásicas: desde el montadito de anchoa, a la pataqueta de pringá, pasando por les pilotes de putxero, y todo con música de los 80. «Lo nuestro es puro revival», afirma la propietaria, Bárbara García. Por su parte, Salvetti ha recuperado y actualizado El Gallo de Oro, junto al Mercado Central. Zona de bares, por lo visto, ya que pronto entrará en escena el nuevo Bartínez, también pensado para vermutear.
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Por todo el territorio
El relato gastronómico no termina en Valencia, sino que por suerte, cada vez se enreda más en los pueblos de nuestra Comunitat. Propi Restaurant es la casa de Verónica Martínez y Rober Peña, dos conocidos de la restauración local, que esta vez eligen Onda (Castellón) para emprender su proyecto más personal. Cocina de producto, carta que cambia a diario, «y mucho cariño, porque al final, esta es un nuestra 'propia' casa». Si descendemos a la provincia de Valencia, en pleno centro de Cullera, hallamos otra de las grandes novedades de la temporada: Terra, a cargo de Kiko Rocher y Loli Sambal. Vienen de familia hostelera, ensalzan la despensa del territorio y están dispuestos a seguir demostrando, con el beneplácito de la crítica.
Sería imposible abandonar este texto, que en realidad es un viaje, sin hacer un alto en la siempre sorprendente Marina. No sólo abrirá temporada con el D*NA Festival, sino con proyectos gastronómicos de nueva impronta. Por un lado, Amás, lo nuevo de Diego Laso (Momiji), esta vez para la cadena hotelera AR en Calpe. Inspirado en las amas japonesas, legendarias buceadoras, el restaurante se nutre de toda la técnica nipona de Laso y de toda la despensa marina del Mediterráneo. Para terminar, otro gran nombre, Miquel Ruiz, el chef que pasa de Michelin y prefiere tener El Baret. Está preparando algo en Dénia: se llama El Cuc y está bien pegadito al mercado.
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Estos son los primeros bocados a un curso gastronómico que se despierta con ganas, sin remolonear demasiado, porque la vida cada vez pasa más deprisa. Lo esencial es, sin embargo, que transcurra mejor. Para tal fin, conviene dejarse embargar por la felicidad que proporcionan todas estas mesas, y las que están por llegar.
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