Desde Ontinyent a la Orquesta Nacional de España
«Creo que todos los que salimos fuera pensamos poder volver a España a trabajar de lo nuestro», destaca el músico tras su formación en Alemania
OCTAVIO HERNÁNDEZ BOLÍN
Jueves, 26 de enero 2017, 00:31
valencia. Descendiente de la más ilustre familia de músicos de Ontinyent, el joven José María Ferrero de la Asunción acaba de conseguir por oposición, con sólo 27 años, una plaza de oboe y corno inglés en la Orquesta Nacional de España.
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Como tantos de nuestros estudiantes, el nieto del histórico compositor y director de Ontinyent José María Ferrero Pastor, decidió continuar su formación en el extranjero una vez acabada su carrera en el Conservatorio Superior de Valencia. Su destino fue la ciudad alemana de Mannheim, donde cursó un master con el suizo Emanuel Abbühl, que ya fue maestro de su profesor del Conservatorio Superior Jesús Fuster.
«Creo que todos los que salimos fuera pensamos poder volver a España a trabajar de lo nuestro. Pero es cierto que en el extranjero hay más oferta de plazas y muchas más posibilidades de trabajo», nos comenta Ferrero recordando su partida.
«Allí cursé dos años de master y un tercero como academicista de varias orquestas simultáneamente: la propia Orquesta de Mannheim, la Chamber Orquestra of Europe y la Orquesta Nacional de España. Una experiencia así te abre posibilidades de trabajo mientras continuas con tu formación», añade el joven de 27 años.
«Te hace madurar»
Ferrero valora muy positivamente su estancia en Alemania: «Irme fuera me cambió la perspectiva de la vida: tanto a nivel profesional como personal. Es algo que te hace madurar como músico y como persona, pues has de buscarte las castañas cada día».
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El músico recuerda cómo «si decides salir a estudiar fuera hay que preparar bien dónde vas a ir y con quién vas a estudiar, pues eso te ayuda a sacar un mayor rendimiento a ese enorme esfuerzo personal y económico». José María Ferrero añade cómo también ha intentado «no perder el contacto con la realidad española pues mi primera opción siempre ha sido intentar poder volver a España».
El mismo Ferrero reconoce la enorme calidad de los 58 compañeros que se presentaron con él a las oposiciones de la Orquesta Nacional de España. «El 70% de mis compañeros podrían haber ganado perfectamente la plaza. La oposición fue muy exigente pues alternábamos conciertos y solos de ambos instrumentos».
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Modestia
Ante todo, el músico hace gala de una gran modestia después de su tremendo logro en la oposición para la Orquesta Nacional de España. «Hay que tener el día. Que la caña vaya bien, que sea tu momento. y por supuesto, haber trabajado mucho antes para poder estar a la altura».
José María Ferrero se siente muy afortunado por poder trabajar en España y aún más por tener una plaza en una formación de la categoría de la Orquesta Nacional de España. «Es una plantilla con tantos músicos valencianos que es fácil hablar en valenciano con tu compañero de atril: los 5 oboes, los 5 fagotes, los 5 clarinetes, varios trompas, trombones, y algún flauta, son todos valencianos», algo que sin duda le ayudará a integrarse y a sentirse un poco más como en casa.
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José María Ferrero se siente dichoso tras lograr su plaza como oboe y corno inglés: «Afortunado y agradecido a todos los que me han ayudado siempre: mi familia, mis amigos y a la gente de mi banda, la Societat Unió Artística Musical d'Ontinyent, que siempre ha sido mi casa».
Poca oferta de vacantes
Que un joven músico de Ontinyent obtenga una plaza en España no debería ser noticia. Pero lo cierto es que muy pocas de las vacantes que se van produciendo en las bandas y orquestas de toda España se vuelven a ofertar. Esta realidad repercute negativamente en el nivel artístico de estas formaciones y hace que muchos de nuestros jóvenes intérpretes más preparados partan al extranjero buscando una salida profesional acorde a su valía y formación.
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El objetivo tendría que ser intentar recuperar todo ese talento perdido. Que España esté llena de músicos valencianos es algo que nos enorgullece a todos, pero que Europa sea el destino del éxodo de nuestros mejores profesionales nos debería hacer reflexionar.
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