El pedrisco, las plagas y las olas de calor provocan caídas de hasta el 40% en la producción de vino valenciano
Los viticultores lamentan la pérdida de cantidad, pero sostienen que la calidad de la uva es buena, por lo que no descartan una posible subida de precios
Los temores del campo valenciano se confirman. Las numerosas tormentas de pedrisco, los ataques de plagas y las diferentes olas de calor han terminado ... provocando una importante caída de la producción durante la fase inicial de la vendimia.
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Las zonas de Utiel-Requena, con un descenso cercano al 30%, y La Marina, donde la sequía de años previos y los daños causados por las plagas de mildiu han mermado en torno a un 40% la producción, son las dos áreas más perjudicadas en un verano complicado para los viticultores, que, sin embargo, descartan una subida de precios.
Según las estimaciones iniciales de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), la cosecha será de una buena calidad pero, en términos cuantitativos, sufrirá una merma global del 20% respecto al potencial productivo de la Comunitat.
Las «excelentes perspectivas» que el sector tenía para esta campaña después de una primavera más lluviosa que la de los dos últimos años se empezaron a torcer con las tempraneras tormentas de pedrisco que afectaron a buena parte de los cultivos en las comarcas de la Hoya de Buñol, Los Serranos, La Vall d'Albaida y el Alto Palancia. Entonces los productores ya alertaban de que las pérdidas podían ser considerables, debido al importante grado de devastación que habían dejado las granizadas.
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Sus sospechas se confirmaron en julio y agosto, cuando las olas de calor golpearon con fuerza al campo valenciano. A pesar de que los viticultores trabajaron de forma ágil en la protección de sus vides para tratar de recuperarse lo más rápido posible de los daños causados por las tormentas, el estrés hídrico provocado por las altas temperaturas ha reducido notablemente el tamaño de las uvas, según explican desde la organización agraria valenciana.
«La campaña prometía excelentes perspectivas después de una primavera lluviosa, cuando las viñas movieron muy bien y por fin, tras varios años de sequía, parecía haber una cosecha adecuada para obtener una rentabilidad digna. Sin embargo, primero las tormentas de pedrisco y luego el calor extremo han terminado por disminuir el aforo inicial», explica el responsable del vino de AVA-ASAJA, Jacinto Murciano.
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En la zona de La Marina tampoco se alcanzara el potencial productivo esperado debido a la acumulación de infortunios. Allí, el pedrisco también golpeó con fuerza al inicio del verano, aunque fue el mildiu (un hongo que produce daños en las uvas) el que ha lastrado la producción especialmente en los términos de Xaló, Llíber, Alcalalí, Parcent y Benidoleig.
La campaña será peor en cantidad, aunque, según explican desde AVA-ASAJA, mantendrá un nivel óptimo de calidad. De tal manera, los productores esperan que se produzca un aumento de los precios. «Al haber menos uva de la esperada tanto en la Comunitat Valenciana como en España y al tener una calidad muy buena, no encontramos motivos para que los precios no suban», indica Murciano.
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A pesar del momento de incertidumbre que rodea al mercado debido a la amenaza arancelaria de Donald Trump, el campo valenciano confían en un repunte de las cotizaciones en origen que les permita «salir de los números rojos». Para ello, la organización agraria exige al Gobierno central que aplique con rigor la Ley de Cadena Alimentaria, de manera que investigue los contratos de compraventa de uva a fin de sancionar posibles ventas a pérdidas, es decir, precios por debajo de los costes de producción. Asimismo, AVA-ASAJA urge al Gobierno que publique la ayuda directa excepcional -aprobada hace meses dentro de la Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario- destinada a los productores de uva y olivar para aliviar las pérdidas ocasionadas por la guerra de Ucrania y la sequía.
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