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Serhiy Lishchuk posa en la vitrina de camisetas históricas del Valencia Basket en L'Alqueria. L. Bermejo

Lishchuk: «Hay que parar a Putin o estamos ante una posible Tercera Guerra Mundial»

La leyenda taronja hace un llamamiento a la comunidad internacional para que frene la invasión rusa en Ucrania y desvela su gran orgullo: «Mi legado es ver jugar a mi hija en el Valencia Basket»

Lunes, 4 de agosto 2025, 01:00

En el pasaporte de Serhiy Lishchuk pone que nació en Rivne, Ucrania, el 31 de marzo de 1982 pero si hubiera hueco para poner otro ... lugar desde el corazón, aparecía Valencia. En letras mayúsculas y con cuerpo grande. Tanto, como su carisma en la Fonteta. El 'tractor' volvió a casa este verano para visitar a su hija Anastasia, que está rompiendo en el Valencia Basket todos las marcas de precocidad a la hora de ganar medallas. Es el orgullo de papá.

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-Bienvenido a casa.

-Gracias, Valencia siempre será mi casa. Eso lo tengo claro.

-¿Qué es de su vida ahora?

-He estado unas semanas de vacaciones en Alicante y aproveché para volver a Valencia a ver a mi hija pero sigo viviendo en Ucrania donde la situación aún es muy complicada por la guerra pero espero que se acabe todo pronto. Mi lugar sigue estando allí.

-Desde el primer día del ataque ruso tuvo claro que no iba a abandonar su casa.

-Claro, soy ucraniano y no tengo que huir de mi casa. No es justo que me tenga que ir porque una persona, en este caso Vladimir Putin, decida atacar nuestra tierra. Soy ucraniano y tenemos que luchar por nuestra tierra, no tenemos otra. Soy ucraniano y voy a estar allí hasta el final. Es muy emocionante para mí haber recibido tanto apoyo del pueblo valenciano y español. Es muy importante para nosotros. En España todo el mundo se ha puesto en nuestro lugar y en lo difícil que es vivir cuando un país decide saltarse todas las leyes internacionales y tratar de invadir lo que no le corresponde.

-No se me va de la cabeza su grito de ¡Viva Ucrania! en Kazan, rodeado con una Senyera gigante, nada más ganar la Eurocup en 2014. ¿No supimos valorar en Europa lo que estaba pasando?

-Han pasado once años de esa imagen y es duro, porque ahora es como que todo el mundo lo entiende. En 2014 todo el mundo decía que no pasaba nada, que era una guerra pequeña. Los ucranianos sabíamos que era un primer ataque de una idea para conquistar el país. Aquel grito fue de rabia y esa foto con la Senyera la tengo en grande en mi casa.

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-¿Qué les pediría a los grandes líderes internacionales?

-Que le paren ya los pies a Rusia y que detengan la guerra. Hay que parar ya a Putin. Si dejan a Rusia seguir con su plan, que es conquistar toda Ucrania y luego seguir, estamos ante una posible Tercera Guerra Mundial.

-¿Qué siente al ver a su hija Anastasia con la camiseta del Valencia Basket?

-Para mí es un orgullo ver a mi hija Anastasia, que es valenciana de nacimiento y española, jugar con la camiseta del Valencia Basket. Muchas veces he dicho que ese era mi sueño y se está convirtiendo en realidad. El padre fue bueno, pero la hija va a ser mejor (se ríe con fuerza).

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-¿Está continuando su trabajo?

-Sí. Por ejemplo, gané con el Valencia Basket una Eurocup pero no logré ganar un campeonato de España, una Liga o una Copa, que era lo que más deseaba. Ser campeón de España con Valencia. Mi hija ya tiene dos oros, ha ganado dos campeonatos de España con el Valencia Basket y eso me hace sentir muy orgulloso. Me gusta ver cómo está creciendo como persona y jugadora gracias al trabajo de todos los entrenadores de L'Alqueria. Todo el mundo dentro del club pone mucho trabajo para ayudarla. Ahora que le he vuelto a ver jugar en directo he visto una evolución, está en la pista más fuerte y la veo muy lista jugando. Va a ser una jugadora fuerte, como lo fue su padre.

-¿Ella es su legado en Valencia?

-Sí, mi legado de orgullo es ver a mi hija jugar en el Valencia Basket y aunque aún es una niña y tiene que seguir formándose, estoy convencido que en unos años va a continuar mi trabajo en el primer equipo. Tiene el corazón de una ucraniana valiente, pero también de una valenciana.

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-¿Ve similitudes con el 'tractor'?

-Sí, hay diferencias físicas (vuelve a reír) pero sí me reconozco en aspectos que va intentando en la pista, cómo lucha o va a por el rebote. Todas esas cosas son muy importantes. Valencia es el mejor lugar del mundo para crecer como jugadora.

-¿Cómo vivió la última final de la Liga Endesa?

-El segundo partido en Madrid condicionó la final y el título para el Real Madrid. Lo viví por televisión con mucha rabia porque cuando has sido jugador sabes lo importante que son esos detalles cuando luchas por un título. Si llegamos (lo expresa en primera persona del plural) a llevarnos ese partido ganamos en la Fonteta la Liga. Estoy seguro. No nos dejaron ganar la Liga este año al Valencia Basket. Es una pena.

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-Suena muy rotundo.

-Es una forma de hablar como decís aquí en España. Lo que digo es que viendo el partido por televisión vi decisiones que no eran iguales en un lado que en otro, más allá de la barrida ilegal de Tavares a Montero. El arbitraje de ese partido me recordó a los partidos cuando jugaba aquí. Cuando luchábamos contra el Real Madrid y el Barcelona era muy complicado ganarles. Además de porque son dos grandes equipos, sientes que siempre hay un momento del partido donde te pitan dos cosas en una zona, otras dos que no pitan en la otra y todo cambia. Es muy difícil.

-¿El Valencia Basket va a ganar Ligas en el Roig Arena?

-Claro que sí. Estoy convencido que en el Roig Arena va a llegar pronto la segunda Liga del Valencia Basket. Los mecenas del club hacen un gran trabajo y creo que ahora, con el nuevo Arena, van a poner muchas banderas.

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-¿Qué recuerdo tiene de la afición de la Fonteta?

-Me sentí querido desde el primer momento y ese cariño es muy bonito para una persona que venía desde muy lejos y que casi no había salido de su casa. En Valencia siempre me sentí como uno más. Cada vez que vuelvo y veo que cuando me enfocan toda la afición se pone en pie aplaudiendo me emociono mucho. No puedo expresar con palabras.

-¿Y del equipo?

-Que éramos una familia. Mi relación con Rafa Martínez o Dubljevic va más allá del baloncesto, del deporte. Son como hermanos, como se vio el día del homenaje a la Fonteta cuando me convencieron para jugar. La familia taronja siempre la tendré en el corazón. Se lo juro a la gente, haber estado aquí tantos años es muy importante para mí. Por eso me lo dejé todo en la pista mientras vestía la camiseta del equipo.

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