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Manolo Soro alza el cuadro que le regalaron durante su homenaje. funpival

Manolo, el otro Soro que se retira

El tío del ya expilotari se despide tras 40 años como marxador de Pelayo | «No sé si la apuesta desaparecerá del trinquet, pero antes se podían jugar 300.000 pesetas y ahora son de 20 o 50 euros», comenta

Martes, 3 de enero 2023, 01:02

Los Soro se retiran a pares. El sobrino, es decir, el seis veces campeón del Individual, y el tío, una auténtica institución en la pilota: nada más y nada menos que cuatro décadas cortando papeletas para configurar la travessa cada jueves y sábado en Pelayo. «Empezó mi hermano Batiste cuando dejó de jugar y yo iba algunos días para ayudar, pero al poco tiempo los Tuzón me pidieron que fuera esas dos veces por semana», comenta.

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Es Manolo Soro, el segundo de la saga, Soro II. «Pero yo no destaqué mucho como pilotari y me lo tuve que dejar con 25 años o así. Teníamos una charcutería en Massamagrell y cuando vine de la mili mi hermano (Batiste) se la dejó y ya me hice cargo. No podía compaginarlo. Ahora la lleva mi hija», señala.

El comercio sigue en manos de la familia pero no el trinquet que construyó el Tío Pena en 1947 y que, a falta de algo de papeleo, pasará a ser titularidad del Ayuntamiento. «Yo soy del 49, así que prácticamente nací allí. A los 12 años ya quería marxar, me llamaba la atención. Al principio mi padre no quería, decía que aún era demasiado joven, pero enseguida vio que me gustaba y no se me daba mal y ya me dejó», recuerda Manolo Soro.

Manolo Soro, 'Soro II'. funpival

Se consolidó en Massamagrell y luego llegaría a realizar esa labor en Pelayo. Desde 1982 y hasta el sábado, su última partida, en la que fue homenajeado .»Yo me enteré el día antes y tampoco estuve muy nervioso. Fue una más», indica. Como Soro III, la retirada de su tío ha sido meditada, aunque se haya llevado con discreción: «Ya comuniqué a la Fundació en verano que lo dejaba. Tengo 74 años y ganas de descansar. Es mucho tiempo dejando de ir a viajes porque el sábado tenía que ir a Pelayo».

Historias podría contar centenares, como la experiencia de tener que abstraerse en partidas de máximo nivel, como finales del Individual, en las que participaba Soro III. «Me ponía un poco nervioso, pero ya estaba acostumbrado a centrarme yo en mi faena», comenta.

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Soro II deja una pilota muy distinta a la que conoció de niño, cuando su padre, el Tío Pena, había inaugurado un trinquet como un negocio rentable: «Entonces iban aficionados todos los días a jugar y se apostaban algo. Ahora íbamos mis hermanos, Batiste y Enrique, y yo los martes y no venía nadie hasta la partida de profesionales de la tarde».

«Antes en una partida normal se podían jugar un millón de pesetas, yo he cerrado apuestas de 300.000. No sé si desaparecerá, pero desde 2008 para acá ha ido cayendo. Ahora son de 20 o 30 euros, 50 como mucho...», indica Manolo Soro: «La gente de antes llevaba 1.000 duros en el bolsillo y ahora tienen el trozo de plástico...».

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La pilota de élite ha cambiado y Soro II se supo adaptar al mundo que le sigue apasionando. «Ahora el Ayuntamiento será el dueño del trinquet de Massamagrell y parece que lo llevará el club. Me he ofrecido para ayudar un tiempo en lo que necesiten», señala. Aunque tanto él como su sobrino ya no estarán sobre las losas, su amor por la vaqueta sigue intacto: «A mi mujer le gusta, así que seguiremos yendo juntos, que quedarse en casa sin hacer nada tampoco es bueno».

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