Lewis Hamilton toca fondo
Ver salir al heptacampeón del mundo desde el último puesto en Las Vegas es una imagen que hace no tanto era impensable: los rumores sobre una retirada están más que presentes
David Sánchez de Castro
Sábado, 22 de noviembre 2025, 12:17
Al titular de esta crónica bien le podría faltar un «de momento» al final, porque lo de tocar fondo es algo que Lewis Hamilton parecía ... haber logrado varias veces en lo que va de temporada. El absoluto perdedor de esta temporada 2025 que ya firma sus últimos versos será él, sin ningún hilo de duda, con un mínimo logro de una victoria en una sprint y poco más. No es una opinión lanzada desde la barra de un bar, sino desde el firme cimiento que dan unos datos que hace no tanto tiempo parecían imposibles asociar a todo un heptacampeón del mundo.
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La imagen de Lewis Hamilton, el coco al que todos temían, el monstruo final de cualquier candidato a ser campeón del mundo, el héroe que estuvo a punto de matar la leyenda de Schumacher, cerrando la parrilla del circuito de Las Vegas es una de las que se recordarán de esta temporada, sin duda. No se puede achacar a la técnica, ya que el Ferrari actuó tal y como se esperaba: Leclerc pasó sin mayores dificultades los cortes hasta clasificar noveno, que no es nada del otro mundo, pero no destaca para mal tanto como su compañero y, de hecho, hay que mirar más hacia el muro y cómo, otra vez, no supieron sacar partido de las condiciones de pista en el momento idóneo.
Hamilton está fuera de sitio. Salir de Mercedes supuso abandonar una estructura totalmente pensada para y por él: nunca hubo dudas de quién era el líder, ni siquiera cuando George Russell le ganó ya en el epílogo de su etapa con las flechas plateadas. Llegar a Ferrari es prácticamente el sueño de todo piloto, tanto en cuanto es el icono con mayúsculas en el automovilismo. Ningún equipo, ni moderno ni antiguo, tiene la mitología detrás que arrastra el Cavallino Rampante. Eso no significa que sea sinónimo de éxito, por mucho que a principios de este siglo lo fuera y de forma aplastante.
Las palabras tras la clasificación de todo un heptacampeón del mundo hundido, sin ánimo ni ganas de conversar con la prensa, y con la certeza de que en la carrera no iba a tener un milagro de su lado —lloviese como el sábado o no— lo resumen perfectamente: «Parece que la historia de mi vida es remontar». No hace tanto no era así.
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Más allá de las excusas propias de cualquier piloto, con su palmarés o sin él («los neumáticos estaban helados», «la lluvia no nos ayudó», «no pude conseguir la vuelta»…) hay un dato demoledor que muestra realmente dónde está la actual situación del emperador destronado: Hamilton es el primer piloto de Ferrari que sale último en un Gran Premio desde Abu Dabi 2009, cuando Giancarlo Fisichella —sustituto entonces del lesionado Felipe Massa por aquel 'muellazo' de Hungría— se despedía de esta manera de la Fórmula 1.
Hay un clamor en torno a Ferrari: no están dando la talla. El último grito no vino por parte de un cualquiera, sino del mismísimo 'jefazo'. John Elkann pidió públicamente que sus pilotos se centrasen en pilotar y menos en hablar, algo que para cualquier empleado suena a una bronca aunque sea recibida con una sonrisa y un traje Armani. Bofetón con guante de seda que Hamilton y Leclerc, que también iba por él, han encajado con rabia pero también tranquilidad.
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El aviso público se une a las innumerables voces que apuntan a un error clamoroso de juicio que tuvieron los jefes de la Scuderia, empezando por Fred Vasseur como responsable primero, al fichar a Hamilton por Sainz. Porque mientras el heptacampeón vaga como alma en pena mientras vive su particular 'memento mori' que no vio venir cuando estaba en la cresta pensando en batir todos los récords, al que echaron para ponerle a él sigue luciéndose con un Williams que no está para tantas alegrías. El tercer puesto en parrilla de Sainz en unas circunstancias tan complejas como las que vivió este sábado en la clasificación, más allá del resultado de la carrera, contrasta de manera evidente y elocuente al ridículo protagonizado por Hamilton. El runrún de una retirada ya empieza a ser una sintonía que cada vez suena más fuerte.
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