Raphinha celebra el gol que marcó ante el Atlético. Albert Gea (Reuters)
Análisis

Raphinha tenía razón

El brasileño prometió a Flick que «serían mejores en los próximos partidos» y fue uno de los líderes en el triunfo del Barça contra el Atlético

Daniel Panero

Madrid

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 18:19

El Barcelona está de vuelta y mucha culpa de ello la tiene Raphinha. El futbolista brasileño fue el primero en consolar a Hansi Flick tras ... el partido contra el Alavés diciendo aquello de «seremos mejores en los próximos partidos» y no falló en su profecía. Fue uno de los jugadores más destacados del triunfo contra el Atlético y convenció a su entrenador, que terminó por fin satisfecho con el juego del equipo y logrando la quinta victoria consecutiva. El Barça ya está aquí y tiene a uno de sus líderes listo para la batalla.

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Y es que el hambre de Raphinha se pudo ver desde el primer minuto contra el Atlético y fue una de las principales diferencias respecto al último mes de competición. El brasileño ofrece un carácter que se contagia al resto de jugadores del Barça, una determinación a la hora de presionar al rival que muy pocos tienen y una repetición de esfuerzos al alcance de muy pocos futbolistas. Todo ello le permite ser un jugador diferencial en el equipo de Flick y una pieza básica para que el Barcelona esté a su mejor nivel. «Es un jugador muy importante para nosotros. Lo hemos podido ver hoy, pero también lo vimos en el último partido. Estoy muy contento con el resultado, con los tres puntos», afirmó el técnico alemán.

Las palabras de Flick llegan tras un momento de zozobra en el sistema culé. El Barça había bajado el pistón en el inicio de temporada y el preparador germano llegó incluso a dar un palo a la plantilla tras el partido de Vallecas al afirmar que «los egos matan al éxito». Ese recado no había terminado de calar en un equipo que ya no conseguía igualar la intensidad del pasado año y que contaba de forma recurrente con bajas de calado como Pedri, Lamine Yamal, Fermín o el propio Raphinha. En ese contexto el regreso del brasileño era crucial no solo a nivel futbolístico, sino como un líder necesario para cambiar la cara del equipo y volver a tener ese convencimiento que tanto tuvo el grupo el pasado año.

Vendaval

Ese ímpetu se pudo ver durante muchos minutos contra el Atlético. El Barça asfixió al equipo de Simeone especialmente desde el gol de Baena hasta el descanso. En ese lapso de media hora los culés zarandearon a un rival directo, recordaron al campeón del pasado año, se movieron bajo la batuta de Pedri y pudieron marcharse al descanso incluso con ventaja en el marcador. Parte del vendaval fue propiciado por la figura de un Raphinha que encaja como nadie en el frente de ataque. Mejora a todos los que están a su alrededor. Balde tiene todo el carril gracias a que el brasileño va por dentro, traza diagonales al espacio para que Lamine Yamal pueda explotar su último pase, es una distracción para que Olmo y Lewandowski tengan menos vigilancias y, sobre todo, es un jugador que genera errores en el rival.

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Raphinha presionó desde el minuto uno la salida del Atlético y provocó que los de Simeone tuvieran que hacer más desplazamientos en largo de los deseados y contribuyó con un gol de crack tras aprovechar una asistencia milimétrica de Pedri. Suma ya cuatro goles y tres asistencias en nueve partidos, contribuye en un tanto cada menos de cien minutos y, sin embargo, probablemente eso no sea lo más importante para su entrenador, que no tiene ninguna duda entre él y Rashford, otro jugador con muy buenos números. Y es que Raphinha tenía razón al decir a Flick que serían mejores.

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