La llegada de los corredores a la Alameda en 1935.
Ciclismo | vuelta a españa

Valencia está de Vuelta

Bulla ganó en la Alameda y Cardona, de Alfahuir y primer español en vencer en el Tour, se impuso al día siguiente, con salida en la capital del Turia

Moisés Rodríguez Plaza

Lunes, 17 de agosto 2015, 00:10

La Vuelta es octogenaria. La carrera poco tiene que ver con la que se celebró por primera vez meses antes de que estallara la Guerra Civil, todavía durante el gobierno de la II República. Después de varios intentos de organizar en España una cita similar al Tour, el 29 de abril de 1935, medio centenar de ciclistas partieron de la Ronda de Atocha. Era la primera de 14 etapas, después de las cuales se coronaría el belga Gustaf Deloor. Hoy, esa cita alcanza las ocho décadas gestionada por la empresa que también tiene en su poder la ronda gala. Como entonces, Valencia tiene un notable protagonismo en la gran cita que arranca el sábado en Puerto Banús y que acabará en Madrid el 13 de septiembre.

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Después de seis años esquivándola, la Vuelta vuelve a pisar con fuerza la Comunitat. La carrera, sin embargo, no tendrá meta en Valencia. El domingo 30, los ciclistas disfrutarán y sufrirán el litoral alicantino, entre Torrevieja y Benitatxell. Un día después, la carrera partirá desde la Marina Real Juan Carlos I de la capital del Turia hacia la meta en Castellón. Los tiempos y las ciudades cambian.

La zona del puerto de Valencia se ha convertido en el nuevo espacio de referencia. Desde hace años, los gobernantes municipales vienen promocionando el litoral de la ciudad y por ello, cuando se negoció ser salida de una etapa de la Vuelta, el Ayuntamiento impuso dos condicionantes: no pagar más de 30.000 euros de canon y el lugar de salida. Se sacrifica así el espacio fetiche para los eventos ciclistas: la Alameda.

Allí finalizó la octava etapa de la primera Vuelta a España, la de 1935. Fue una carrera entre Tortosa y Valencia, de 188 kilómetros, y en la que se impuso el austríaco Max Bulla. Según cuenta la crónica de LAS PROVINCIAS del 9 de mayo, el ciclista incluso tuvo que pararse a arreglar un pinchazo que sufrió a la altura de Almenara. La fallera mayor de Valencia, tal como se puede ver en una fotografía de este mismo periódico, entregó un ramo de flores al vencedor.

Era otro ciclismo, como narran los veteranos de la primera mitad del siglo XX y las crónicas. Por ejemplo, se destaca la precariedad de la carretera, con grava, en los primeros kilómetros de la etapa hasta Ulldecona.

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El barcelonés Juan Gimeno buscó la victoria de lejos, bajo la lluvia que atenazó a los participantes a partir de Castellón. Saltó del pelotón, al que puso en jaque durante varios kilómetros. «Gimeno se divierte lo suyo, obligando a organizar una caza sin cuartel en su honor que dura sus buenos diez kilómetros. Es el único momento de belleza de la etapa de hoy, aparte de las primeras tintas de la madrugada», narra la crónica publicada por este diario. Sí se subraya, por el contrario, la gran afluencia de público junto a la carretera para aplaudir a los ciclistas a su paso en localidades como Villarreal o Massamagrell.

Del municipio de la Plana se resaltan las pancartas ensalzando a la organización de la Vuelta. «Honor a 'Informaciones', protector del ciclismo español», rezaba una de ellas, en referencia a Juan Pujol, director de la publicación y que puso en marcha la carrera en dos meses de breve pero intenso trabajo.

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La Alameda vitoreó a los 32 ciclistas que alcanzaron la meta, de los 50 que habían partido el 29 de abril de Madrid. Al día siguiente, como ocurrirá el 30 de agosto, la ciudad despidió a los corredores que, al contrario que en 2015, en aquella ocasión tomaron rumbo sur, hacia Murcia. «La costa mediterránea se ha negado a participar con su azul clásico en esta I Vuelta a España», destaca la crónica, resaltando así que las dos primeras etapas de la historia en suelo de la Comunitat se disputaron sobre el fango y bajo la lluvia.

En esta crónica se recogen un par de curiosidades. La primera, un incidente: que un autobús embistió a uno de los coches de la organización, algo que a día de hoy en principio parece impensable. La segunda se da en el avituallamiento a la altura de Benissa. Ya no por el aprovisionamiento en sí, sino por lo que piden los ciclistas para reponer fuerzas: lejos de las barritas energéticas y sofisticados geles de hoy día, ellos pidieron agua, café y coñac.

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El pelotón llegó compacto a las calles de Murcia, donde Cañardo y Cardona, compañeros y amigos, se disputaron el esprint. La victoria por media rueda fue para el segundo, Salvador Cardona, ciclista nacido en Alfahuir y que falleció en Francia en 1985. Aunque años después de aquella victoria en la Vuelta se nacionalizaría francés, ha pasado a la historia por ser el primer español, en 1929, en ganar una etapa del Tour. Mientras recibía el ramo de flores en Murcia, se vino abajo una tribuna de espectadores, sin que se produjeran heridos.

Salvador Cardona no fue, sin embargo, el primer valenciano en llevarse una etapa de la Vuelta. Días antes, en la segunda, entre Valladolid y Santander, había ganado Antonio Escuriet.

Ambos contribuyeron a avivar la afición por el ciclismo, característica en la Comunitat, y que ha dado a grandes corredores como Diego Chácer, Salva Botella, Angelino Soler o Ángel Casero, último valenciano que hasta la fecha ha ganado la Vuelta (lo hizo en 2001). Otra leyenda, el oriolano Bernardo Ruiz, es el vencedor de la ronda española más longevo y con vida. Conserva una sorprendente lucidez. Aún se reúne a diario con sus amigos para jugar su partida de dominó y claro, disfruta del ciclismo siempre que lo retransmiten por televisión: «Siempre que puedo lo veo. Este año vienen los mejores, pero no me atrevo a dar un pronóstico. Cualquiera puede sufrir un pinchazo o una caída, y entonces todo el trabajo queda en nada».

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Bernardo Ruiz también hace un análisis del ciclismo español actual en el que no le falta razón. «Purito, Contador y Valverde, que con 37 años fíjate lo que está haciendo, nos han malacostumbrado. Los tres tienen su edad y pueden seguir ganando algún tiempo... pero luego vamos a tener un periodo de sequía», señala. Esa será otra historia. Por el momento, la Vuelta invita desde el sábado a disfrutar de un ciclismo que en 80 años ha evolucionado, pero que desde aquel día de primavera de 1935 en que la carrera partió de Madrid siempre ha sido apasionante.

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