Villa Amparo, todo igual tras seis meses de la okupación
El Ayuntamiento de Rocafort aún no ha concedido la licencia de obras para rehabilitar la casa de Machado | La Generalitat prevé adjudicar el proyecto a mediados de 2026
La okupación de Villa Amparo fue un toque de atención. Un aviso claro y con una situación concreta a modo de ejemplo de que ... la casa de Rocafort donde Antonio Machado residió durante algo menos de dos años se pudre. Y eso a pesar de que la Generalitat, durante la etapa del Botánico, realizó una importante inversión al adquirirla. La intención, según se anunció a bombo y platillo, era rehabilitarla y mantenerla como espacio cultural. Más de un lustro después -camino, incluso, de una década, el entorno sigue cerrado a cal y canto y lo único que ha proliferado en los últimos meses es vegetación que se convierte en maleza si nadie la trata.
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Seis meses después de que hubiera que abordar el problema de la okupación, la burocracia motiva que la situación de Villa Amparo sea la misma. Estos trámites motivan que el nuevo espacio cultural no vaya a abrir antes de mediados de 2027, y si todo va a la perfección, tanto en los despachos como una vez empiecen las obras. Y estas no podrán arrancar sin que la Generalitat las haya adjudicado, y ese paso tampoco es posible abordarlo sin que el Ayuntamiento otorgue una licencia.
Según fuentes municipales consultadas por este diario, este procedimiento sigue los plazos lógicos, y la previsión es que esa licencia de obras esté concedida en enero de 2026. De forma paralela, desde la Conselleria de Cultura apuntan que sin ese permiso no pueden dar ningún paso, aunque precisan que se están redactando los pliegos para adjudicar el proyecto. La idea es tenerlos preparados cuando llegue el permiso por parte del Ayuntamiento de Rocafort para iniciar el proceso de adjudicación. Las mismas fuentes autonómicas consultadas estiman que ese procedimiento burocrático puede concluir a mediados del próximo año.
A partir de ahí se estima que los trabajos de lo que tenía la vocación de ser la Casa de los Poetas pueden prolongarse durante 12 meses. «Esa es la previsión, pero con las obras siempre hay retrasos», reconocen algunas de las fuentes consultadas. Y mientras todo esto termina, la Casa de Villa Amparo sigue cerrada a cal y canto sufriendo el paso del tiempo y la acción de otros agentes no tan involuntarios. En un entorno en el que ya se ensalzó la figura de Antonio Machado con varios poemas y algún mural, otros ya han puesto su 'granito de arena' con pintadas que nada tienen que ver con la literatura. A alguien le resultó de tanto interés la placa explicativa que instaló el Ayuntamiento de Rocafort que la ha arrancado y se la ha llevado.
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Sí se puede observar un gran cartel que informa de que la actuación integral sobre Villa Amparo está valorado en más de 1,7 millones de euros. Fuentes de la Conselleria apuntan que no fue hasta 2023, con el actual Gobierno autonómico, cuando se adjudicó la redacción de los proyectos de la reforma. Ahora, tras el episodio con los okupas, se han instalado cámaras y en la valla hay carteles que informan de que hay una alarma conectada con la policía.
El otro gran problema durante mucho tiempo ha sido el jardín. El Ayuntamiento carece de competencias para trabajar en una parcela privada, a pesar de que algunas plantas avanzaban hacia la vía pública. Además, entre la vegetación hay pinos y palmeras, que son un hábitat perfecto para plagas como la procesionaria y el picudo rojo. La primera puede ser letal para animales como perros domésticos y la segunda infecta otras palmeras si no se trata. Desde la Conselleria de Cultura informan de que se ha firmado un contrato con la empresa Acsa para realizar estos trabajos de jardinería y de control de plagas en la parcela de la casa señorial de Rocafort donde compuso versos año y medio antes de marcharse exiliado a Francia.
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«Por el momento no hemos sufrido por la presencia de plagas, como ratas o mosquitos, pero mira cómo está eso, cerrado tanto tiempo, es una pena», lamenta uno de los vecinos de las viviendas colindantes con Villa Amparo. Lo cierto es que mientras el proyecto no salga de los despachos la sensación seguirá siendo la de los últimos siete años: la de un abandono desesperante.
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