OT2025 Gala 5: España cree más en Lucía Casani que el jurado
La cantante de Paterna se salva con uno de los porcentajes más ajustados de la historia del programa, un 50,3%, solo para caer de nuevo nominada
Operación Triunfo es ese programa que nos recuerda (o nos hace creer) que no somos tan mayores y que hay cosas en esta vida por las que vale la pena emocionarse. Vale la pena que peguemos un grito en casa cuando Lucía Casani se salva de las nominaciones con un 50,3% de los votos (más de cinco millones) solo para, instantes después, soltar una cantidad de improperios a la pantalla que harían enrojecer a un marinero cuando el jurado vuelve, incomprensiblemente, a nominar a la cantante de Paterna. Bordó 'Creo en mí', pero el jurado no cree en ella. Por suerte, España sí. Se jugará la expulsión con Max, un cantante correcto que triunfará en el mundo de los musicales (y yo iré a verlo todas las veces que pueda).
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Y eso que, una gala más, los nominados tuvieron que ser los técnicos de sonido. O la mesa de sonido, que 'explotó' hace un par de galas y que en la grupal de este lunes ha decidido que a los concursantes directamente no se les escuchara. Todo estaba planeado para que la actuación de 'Mi nombre', con la misma Leire, fuera el momentazo de la noche, y no lo fue porque más allá del plató ninguno oímos nada. Mañana Manu Guix dará otra explicación, pero la verdad es que los problemas de sonido son demasiado recurrentes en un programa que se basa... bueno, en el sonido. La gala fue una reivindicación de Leire la semana en que La Oreja de Van Gogh decidió anunciar que volvía Amaia Montero ('El viaje de Copperpot' es el álbum de los que ya tienen hijos, pero lo de Leire no se hace, chicos).
Luego fue el turno de Lucía Casani. Como he dicho en varias ocasiones, no voy a ser imparcial con la cantante de Paterna. Y no voy a serlo porque es verla hacer pucheros y sentir que quiero protegerla con mi vida, y luego además es que es oírla cantar y sentir cosas. Cayó alguna que otra lágrima con su 'Creo en mí', la canción técnicamente más difícil de la gala, y hasta ella terminó llorando tras clavar esos agudos, algo complicado en alguien que se maneja tan bien en unos graves con tantísimo color. El plató explotó. El jurado estaba a otras cosas, porque acabaron nominándola para sorpresa de todo el mundo. Pero a eso iremos más tarde. Aquí somos guapas, listas y casanistas.
Judit era la otra nominada. Son dos voces claramente finalistas, pero en esta edición nada tiene demasiado sentido. Como que la nominada tenga que elegir una canción que no ha oído en su vida porque el programa no ha podido comprar los derechos de las canciones que quería. Es lo que pasa por no hacerlo en la pública. En fin, 'Ciudad de papel' es una canción preciosa que Judit hizo suya con una interpretación increíble. Ambas, como decimos, eran claras finalistas, pero Judit ya está en la calle. Otros, y digo otros y no otras, siguen ahí dentro, como decía Rajoy de la lluvia, sin que nadie sepa muy bien por qué.
La actuación de la noche iba a ser el 'I wanna be your slave' de Tinho y Guillo Rist, y no es que lo fuera, es que nos quedamos con ganas de un concierto entero. Lo de Guillo Rist es un espectáculo, podría ser bailarín perfectamente, porque cierto es que a veces no tiene la mejor de las voces, pero te vende el pescado de una forma absolutamente hipnótica. A su lado, Tinho es la voz masculina más solvente con muchísima diferencia. Aupado por Guillo, su actuación habría hecho levantar más de una ceja hace 25 años, pero ahora afortunadamente a nadie le chirrió (si hubiera sido en RTVE, igual habríamos tenido alguna que otra polémica de los de siempre). Demos gracias por las pequeñas victorias.
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Javi Crespo y la alicantina Claudia Arenas interpretaron 'Nada valgo sin tu amor'. O Claudia decidió no emitir nada o el micrófono falló, porque se la escuchaba mal. Crespo, bueno, qué quieren que les diga. Es el favorito y es evidente que la gente ve algo que yo no, así que no quiero cargar las tintas contra él, pobrecito, sobre todo porque si yo tuviera que hacer lo que hace él cada semana es altamente probable que me metiera debajo de una mesa y pasara cinco días llorando. La actuación fue plana y ambos habrían estado nominados, lo que indica que quizá la elección del tema no es la mejor (como la semana pasada con el 'Vete' de María Cruz y Lucía). Finalmente cayó Claudia, que fue salvada por los compañeros.
Olivia Bay (o miss Olivia) y María Cruz se arrancaron por Ariana Grande, con un 'Yes, and?' que vuelve, por segunda ocasión, a intentar convertir a Olivia en una especie de adalid del feminismo (su 'Messy' también lanzaba un mensaje de empoderamiento). Nada que decir, por supuesto, porque son mensajes ultraimportantes que lanzar, pero hay más chicas, y chicos, ahí dentro que pueden hacer lo mismo. Claro que quizá ellos no cantan en inglés tan bien como ella, que es bilingüe. A Olivia le han dicho alguna vez que en cada actuación busca ganar un Oscar, y es que es casi más actriz que cantante, pero creo que hay críticas peores que recibir. María mejoró mucho en medio de un pasareleo un poco confuso. Ambas se salvaron y avanzan con paso firme.
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Max y Guille Toledano firmaron, en opinión de quien esto escribe, la actuación más olvidable de la gala. Freddy Mercury son unos zapatos enormes que llenar, de acuerdo, pero es que estos dos están estancados. Da igual que Guille se tiña el pelo de rosa o que Max se haga la sombra de ojos (es un recurso para parecer más chungo). Ambos tienen la maldad de un cachorro de chihuahua y esa canción pedía un «romperse», como dijo Manu Guix, que no ha terminado de suceder. Pese a todo, el jurado salvó a Guille Toledano y nominó a un Max que, parafraseando al gran Ricky Merino de OT17, al jurado le gusta un culo.
A Laura y Cristina las sentaron en una silla a cantar de espaldas 'La mala costumbre'. Un despropósito porque Laura es la mejor voz de la edición y Cristina podría estar tranquilamente en Broadway, y el resultado fue una actuación bastante sin más. Una auténtica lástima, insistimos, porque además la sevillana terminó nominada. Cristina ganará Operación Triunfo, no hay mucha duda al respecto, y fue salvada por los profes, que no dudaron ni un instante.
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La única que podría quitarle la victoria a Cristina es Téyou. 'Papaoutai' es una canción que habría sido imposible para cualquier otro, pero ella la bordó. En parte porque es francesa nativa, claro, pero también porque Téyou tiene más carrera que algunos miembros del jurado. Para que se hagan una idea, si la ponemos al lado de Abraham Mateo, igual hasta lo hace mejor (no, igual no). Tampoco soy imparcial con ella, será la top2 de la edición si la cosa no se tuerce. Sólo ella, insisto, podrá mandar a Cristina a protagonizar todo los musicales de la Gran Vía. Hasta Dear Evan Hansen. E iremos a verlos todos, claro.
Tras un alegato en contra del bullying más que necesario en un programa que ve, sobre todo, gente joven (y yo, que creo que lo soy), y que ya hace de sus actuaciones otro en favor de la diversidad sexual y afectiva, llegamos a la dramática expulsión. Lucía se salvó con un porcentaje ridículamente ajustado y con cinco millones de votos. La paternera más importante de la historia desde Antonio Ferrandis se las prometía muy felices... hasta que el jurado decidió que no la había escuchado y que había que nominarla. La acompañaron Max, Claudia y Cristina. Finalmente, Lucía se jugará el todo por el todo con Max, y el problema para ella será que tendrá que trabajar otra semana a solas sin Judit, en quien se ha apoyado mucho estos siete días. La emisión terminó con el plató entero gritando «Lucía, Lucía» y es altamente probable que se salve con un porcentaje muy elevado, pero la semana no será fácil para ella. Nosotros creemos en ella, el resto de España también, y ella también. Falta el jurado. A ver si tenemos suerte y la semana que viene no tienen los auriculares en 'mute'.
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