Siyels ofrece uno de sus conciertos de piano en la Plaza de la Reina. IRENE MARSILLA

El pianista itinerante que toca al cielo de Valencia

Siyels es un joven músico francés que empuja a diario el instrumento un cuarto de hora para dar conciertos gratis en la Plaza de la Reina

Martes, 14 de octubre 2025, 01:27

Siyels en realidad no se llama así, pero le vamos a llamar de este modo para contar su historia. ¿Por qué? Porque lo ha pedido ... y porque se lo ha ganado acariciando las teclas de su piano, en plena Plaza de la Reina y mientras asomaba la luna llena en el cielo de Valencia. Siyels significa 'cielos' en haitiano criollo, y 'S.I.Y.E.L.S' es el nombre artístico que ha elegido este músico, recolocando las letras de su verdadero nombre. 'Eso es porque llevas a la gente al cielo con tus melodías, ¿no?'. «Sí, sí».

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Pero no, esa no es la razón de haber elegido este nombre, aunque sí desea que, con su música, las personas olviden durante un rato sus preocupaciones celestiales. «Me he fijado que mucha gente me ve tocar y empieza a grabar. Yo intento no hacer transiciones, y tampoco anuncio por redes cuándo voy a estar aquí. Quiero que las personas vuelvan a cosas auténticas que nos hacen más felices, sin móviles», reflexiona este joven francés, que es una especie de pianista itinerante, aunque no del todo.

Su historia con este instrumento de cuerda percutida empieza de niño, sin más intención que trastear uno que había por casa. Valencia, su cielo y su luminosidad los conoció también por azar: «Estuve de erasmus». Es lo que más agradece de haber empezado la carrera de derecho: «No me veía de abogado o de juez. No era la vida que quería para mí. Me puse como objetivo tener total libertad. Y por eso dejé mis estudios para poner en marcha el proyecto en Francia. Ahora lo estoy llevando a cabo en Valencia».

IRENE MARSILLA

No lo hemos contado hasta ahora, pero Siyels es francés. De Normandía, con un cielo y un clima muy diferente al de Valencia. Tanto que pueden pasar muchos días sin ver el sol: «Y yo estaba una tarde tumbado boca arriba en un banco y pensé que quería volver a disfrutar de esta sensación en el Jardín del Turia». Desmontó su proyecto en Francia y se trasladó a la ciudad de la luz para iluminarla más con sus melodías: «¿Sorolla? No sabía que era valenciano. Ahora hay una exposición, ¿no? Iré. Tengo que aprender de la cultura de aquí».

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Prefiere no cuantificar el tiempo que lleva en la ciudad, pero se zambulló de inmediato en ella. Compró un piano y tramitó el permiso que concede la Generalitat para tocar en determinados puntos de la vía pública. Empezó junto al Mercado Central, pero no le gustaba la sensación: «Demasiado ruido». El cambio a la Plaza de la Reina ha sido pura magia: «Pones un piano en una plaza bonita y ayudas a la gente ha crear un lugar de encuentro, con los demás y consigo mismos. Aquí se han hecho amistades».

Como le ha sucedido al propio Siyels con Daniel y Marc, un venezolano y un peruano, profesionales del mundo audiovisual en el sector de la moda y que ya preparan un documental sobre el músico francés. «Nos impresionó su historia, cómo toca... ¡y que traiga un piano hasta aquí todos los días!», comenta Daniel.

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Porque quien siga leyendo a estas alturas seguro que se pregunta qué hace Siyels con el piano cada día. Pues lo guarda en una plaza de aparcamiento de moto que tiene alquilada... ¡pero a 15 minutos de la Plaza de la Reina! Alguien le ofreció a poner unas ruedas, pero la cosa no fue precisamente un éxito. Una noche se le rompieron y pudo llegar al destino porque otro viandante le ayudó. «Y unos carpinteros se ofrecieron a montarme otras sin cobrarle nada», comenta. Más amigos, porque Siyels considera como tales a quienes hacen las cosas con el corazón, del mismo modo que él toca cada noche en el centro de Valencia.

Llega a la Plaza de la Reina y coloca su piano. Lo hace de forma que lo rodeen unos bancos de piedra que rápidamente son ocupados. En cuanto resuenan las primeras notas, los asientos se agotan y la gente disfruta de pie del improvisado concierto. Y eso de improvisado es literal: «Yo aquí no vengo con partitura. Toco lo que me nace en cada momento, temas muy conocidos. Hasta que se acercan personas y empiezan a pedirme. Me sirve de ensayo, porque algunos tengo que sacarlos de oído», relata.

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Siyels subsiste de las monedas que la gente deposita en su sombrero, de dar clases y de conciertos. Ahora tiene un proyecto que le llena, muy similar al de la Plaza de la Reina: tocar en un hotel, el Only You, donde la gente puede acudir simplemente a reflexionar o a leer un libro con la música de fondo. «Me gusta más porque ahí no me molestan ruidos, como los patinetes», indica. Acaba la charla y el músico, ya con el público impaciente, se sienta frente al piano y empieza a acariciar sus teclas igual que Sorolla lo hacía, pincel en mano, con sus lienzos. El pintor supo retratar como nadie la luminosidad que el sol concede a Valencia. Siyels se ha inspirado en la misma ciudad, y su cielo, hacia el que flotan cada tarde las melodías que nacen de su piano.

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