La sala de exposiciones de La Nau abre la puerta a la locura

Nada puede ser ajeno a la ciencia. No puede serlo la razón, ni tampoco el estudio de la sinrazón. Tal vez en ese punto es posible encontrar la clave de la gran muestra que esta mañana ha abierto sus puertas en La Nau dado entrada a la locura en el espacio expositivo del histórico edificio de la Universitat de València (UV). Durante unos meses la locura se asienta en la sede de la razón y de la ciencia que es la Universidad para someterse a la mirada de la historiaayudando a descubrir la humanización del tratamiento y de la sensibilización de la sociedad ante la enfermedad mental y quienes la sufren.

'La Nave de los locos, una odisea de la sinrazón' es el título que recibe la exposición organizada y producida por la UV, a través del Vicerrectorado de Cultura y Sociedad. En la presentación de las muestras, que podrá visitarse hasta el 23 de octubre, han intervenido la directora del Servicio de Cultura Universitaria, Adela Cortijo, parte del equipo curatorial: Cándido Polo y Ana Hernández ('La Nave de los Locos'); Enric Novella y Javier Balaguer ('La piedra de la locura. Una historia de la terapéutica psiquiátrica') y las artistas Patricia Gómez y Mª Jesús González ('Espejo del mundo').

El visitante tiene ante sí, a partir de mañana 12 de mayo, la oportunidad de descubrir -en distintos espacios- la relación de la sociedad valenciana a lo largo de la historia con los enfermos mentales. La muestra recore los espacios de atención a la locura, hospitales y manicomios en los que fueron atendidos los enfermos. Y lo hace, como ha destacado la propia Universitat «a través del testimonio de la ciencia, los medios de comunicación y las artes». La exposición se desarrolla en las dos salas principales del Centre: Acadèmia y Estudi General, aunque también se extiende a otros espacios de La Nau, como la Sala Oberta y el Claustro, y el Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero, en el Palau de Cerveró.

'La Nave de los locos. Una odisea de la sinrazón', comisariada por Cándido Polo y Ana Hernández, se sirve de la 'Stultifera Navis' de Sebastian Brant —una de las principales obras del Humanismo renacentista—, como argumento literario del rechazo y la segregación social de la locura. La muestra se estructura sobre la base de la metáfora de una embarcación errante y sin rumbo.

El discurso expositivo analiza la relación de Valencia con sus alienados a lo largo de seiscientos años, una relación en la que no se puede perder de vista que la capital del Turia fue pionera para conceder a estos enfermos un trato más humanitario en el Occidente cristiano. la histria habla de aquel primer hospital impulsado por el padre Jofre para tratar a los enfermos mentales.

La visita a esos tiempos y las realidades que acompañaron a la enfermedad mental se traduce en valiosa documentación histórica y científica que arranca desde 1409. A las «reliquias, objetos y planos que permiten reconstruir los vestigios arquitectónicos que han podido conservarse» se suma un variado muestrario de producciones científicas, así como representaciones artísticas en pintura, cerámica, literatura, cine, arquitectura o cómics «para ilustrar el universo maldito del manicomio», ha destacado la UV.

Joaquín Sorolla, Francisco de Goya, José Vergara o José de Ribera, así como artistas contemporáneos desde Equipo Crónica, Artur Heras o Manuel Boix, hasta Anzo, Genovés y José Mª. Gorrís están presentes en ese recorrido por el arte que un día detuvo la mirada en la enfermedad mental.

El Hospital de Inocentes y el Hospital General, durante casi quinientos años: 'Una larga y accidentada travesía. Del mito primigenio a la exclusión social (1409-1878)', que se detiene en el radical cambio ideológico que se produjo en Valencia: de la demonización tradicional de la locura a su posterior santificación. Las personas estigmatizadas pasaron a ser consideradas como enfermas y fueron desapareciendo los malos tratos y las expulsiones, para ser acogidas en instituciones asilares inspiradas por la caridad y los valores cristianos bajo una limitada atención médica. Esta iniciativa asistencial de la Valencia bajomedieval pronto sería secundada por diversas ciudades, hasta tomarse como modelo en el mundo occidental y en la América colonial.

La Sala Estudi General continúa este recorrido a través de materiales y objetos del periodo contemporáneo, que se inició en el último tercio del siglo XIX con el traslado provisional al Convento franciscano de Sta. María de Jesús, hasta la construcción del Hospital Psiquiátrico de Bétera. Esta sala se divide también en dos periodos: 'El manicomio de Jesús: caridad, beneficencia y reclusión durante un traslado provisional' (1866-1989) y 'A contracorriente: la empresa más ambiciosa. El hospital psiquiátrico de Bétera (1973-2009). La primera fase abarca poco más de un siglo, determinado por las adversas circunstancias que acompañaron al Manicomio de Jesús desde la apertura hasta su polémico cierre. La posterior crisis del modelo hospitalocéntrico y el fracaso de la institución total. Mientras tanto, las corporaciones locales preferían mirar hacia el pasado, buscando en el esplendor remoto de la fundación del P. Jofré y la legitimidad de los «600 años de solidaridad».

En la Sala Oberta, las artistas Patricia Gómez y María Jesús González, presentan la instalación 'Espejo del mundo'. Su trabajo, que empezó en 2017, se adentra en la memoria del último Hospital Psiquiátrico de Valencia, el Hospital Padre Jofré de Bétera. El Palau de Cerveró acogerá la sección 'La piedra de la locura. Una historia de la terapéutica psiquiátrica', una muestra comisariada por Enric Novella y Javier Balaguer. La exposición muestra la evolución de la concepción de la locura en el ámbito terapéutico, «desde sus primeros remedios como las sangrías y tratamientos de origen vegetal hasta la aparición de la psiquiatría como especialidad médica».

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