Cristina García Rodero, Premio Nacional de Fotografía, ante una de sus obras en el IVAM. Txema Rodríguez

Cristina García Rodero: «No quiero perder el tiempo con Instagram»

La fotógrafa española, que muestra su obra en el IVAM, asegura que quiere «fotografiar los sueños que no he realizado. Seguiré trabajando mientras las piernas me aguanten» I La artista confiesa que «la foto que haría de Valencia es la Ofrenda de flores, donde está resumida la humanidad valenciana»

Laura Garcés

Valencia

Viernes, 5 de diciembre 2025, 01:10

La indispensable mirada de la fotógrafa Cristina García Rodero, Premio Nacional de Fotografía, se ha detenido en Valencia. El IVAM acoge la exposición 'Cristina García ... Rodero. España oculta'. La propuesta, 157 instantáneas, es un encuentro inigualable con la fotografía, al mismo tiempo que un viaje imprescindible por la historia de España, de sus tradiciones, de sus costumbres y, sobre todo, de los rostros que le conceden humanidad. Con motivo de la presentación de la muestra ha hablado con LAS PROVINCIAS sobre su obra y sus proyectos. También sobre ese reconocimiento como marquesa del Valle de Alcudia que recibió del rey Felipe VI en junio de 2025 como reconocimiento a su destacada trayectoria.

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-¿Cómo lleva eso de ser marquesa?

-Pensé que iban a venir con un ramo de flores y me dirían inocente, inocente. Pero el Jefe de la Casa Real es un hombre tan serio y convincente, que pensé que esa voz no podía ser de broma. Para mi el marquesado es, sobre todo, un acto de gran generosidad por parte de los Reyes. También de cariño, y lo agradezco muchísimo. Yo soy una chica de pueblo del año 1949, en mi pueblo no había ningún marqués. En Ciudad Real, sí, pero en Puertollano, no. Me han pasado muchas cosas extrañas y todas las he tenido que asimilar. Ésta la asimilaré. Pero, sobre todo, estoy muy, muy agradecida porque lo recibo como muestra de cariño.

-Ese reconocimiento lo considera un acto de generosidad por parte de los Reyes, ¿la fotografía es un acto de amor?

-Sí, es un acto de amor. Puede ser también un acto de comercio, una manera de ganarse la vida. Pero, sí, cuando comienzas y no sabes qué va a ser de tu vida y lo estás dando todo, realmente es un acto de amor a la profesión y a la gente.

-¿Con la exposición que se va a ver en el IVAM, Cristina García Rodero qué trae a Valencia?

-La exposición nació en 1973 por una beca de la Fundación Juan March. Duró un año. Ese tiempo me sirvió para darme cuenta de la riqueza que tenía España en cuanto a su cultura popular, sus tradiciones, sus ritos, y lo desconocida que era. Entonces terminó mi beca, pero no acabó mi afán de seguir haciendo lo que había estado haciendo de forma maravillosa porque tenía un dinero con el que me compré mi primer buen equipo. Entonces me ofrecieron el trabajo de profesora Artes y Oficios y después en la Facultad de Bellas Artes. Con ello me fui pagando los trabajos: en España, luego el Mediterráneo europeo, fui al Caribe, al Índico y luego a África. Empecé a conocer mejor el mundo y cuando ves algo que te interesa vas a verlo.

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-¿Qué fue, qué es el trabajo'España oculta'?

-Fue un deseo de conocer España y a través de ese conocimiento, conocerme a mí misma porque tenía que tomar decisiones contínuamente sobre algo que yo no conocía. Agarrar mis cámaras y la bolsa y coger los trenes de la noche, que era en los que principalmente viajaba. No tuve coche hasta ocho años después de empezar a trabajar. Me costó aprender, mientras daba clases, todo lo tenía que hacer en un fin de semana. Me metía en un tren y llegaba a los sitios con el panadero, con el lechero, con el correo o con otro autobús.

-¿Qué queda oculto hoy en España?

-La mirada de quien ve. Lo que abra los ojos a alguien, descubrir un mundo que está delante de tus ojos y no le has dado importancia. No hacen falta cosas extraordinarias. Lo oculto lo vería ahora en profundizar, en hacer un trabajo tuyo, personal, con tu estilo, con tus riesgos económicos y creativos.

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-¿Qué sacaría ahora del anonimato?

-Me conozco tanto España, he trabajado mucho en ella y lo seguiré haciendo hasta que las piernas me aguanten; cambiaré los sitios que son difíciles de acceso por las calles bien adoquinadas. Sigo intentando encontrar cosas nuevas, a las que tal vez no les presté la debida atención o no existían. Sacaría una visión más amplia y más completa.

-¿Qué transmite más, un rostro o la calle?

-Los seres humanos. Vengo del retrato y para mí la mirada era importantísima. Después te das cuenta de que el cuerpo y el grupo también. Todo participa en sacar adelante una buena imagen. Hay gente muy buena haciendo paisajes urbanos o de la naturaleza. A mí el paisaje, como lo he pintado, me gusta menos. Siempre meto la figura humana. A mí lo que me interesa es hablar de la vida.

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-¿Qué foto le queda por hacer?

-Yo que sé. Ahora me estoy yendo a sitios donde he tenido peor acceso porque sé que con 76 años no me queda mucho tiempo por trabajar, y más con la artrosis. Me estoy encargando de hacer realidad los sueños. Viajé a Papúa Nueva Guinea, que era un sueño desde hace cuarenta años. Quiero continuar con Etiopía, pero no puedes llegar a todo.

-¿Se dice que saber mirar es saber amar?

-Lo has dicho muy bien. Mirando amas, aprendes a amar. Y al final miras las cosas que amas. Cuando hay un buen gesto me enternece y lo llevo conmigo.

-Cristina García Rodero retrata las emociones, ¿eso cómo se consigue?

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-Siendo emotiva y queriendo a la gente. Si la gente te aterroriza no vas a compartir nada con ellos, pero yo termino bailando y comiendo con ellos. Les hago fotos y me hago a mí misma. Es un toma y daca, ellos te dan y tú les das, no como Atila. Hay algún fotógrafo que por donde pasa no crece la yerba. Después, llegamos los otros y sufrimos las consecuencias.

-¿Qué hacemos con Instagram, qué le parece?

-No tengo ni idea. No lo sé. No quiero, quiero vivir en paz. No tengo tiempo para esas cosas y más con los 76 años que tengo. Lo que quiero es fotografíar los sueños que no tengo realizados, ir a aquellos sitios a los que es difícil llegar, como África. Hay muchos continentes y cosas por contar. No quiero perder el tiempo con Instagram. ¿Qué soy menos conocida? Lo sé. ¿Qué estoy menos enterada? Lo sé. Conozco lo que pierdo y lo que podría ganar. Me quedo con la tranquilidad y dedicar el tiempo a aquello que no he hecho.

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-¿Qué foto haría de Valencia?

-Tiene mucho, pero creo que la Ofrenda de flores, las falleras. Es muy emotivo cómo lo viven. Y el fuego, la cremà, los correfocs.

-¿La humanidad valenciana está resumida en la Ofrenda?

-Creo que sí. Es muy variada, te da tiempo de ver la devoción que existe, cómo acuden las familias y los niños. Es quizás donde más puedes observar, pero el momento más mágico, emocionante y triste, es la cremà.

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-¿La fiesta es humanidad?

-Es el deseo de disfrutar de la vida y el deseo de cumplir con lo que ha sido importante para el pueblo, la celebración de su historia, la devoción a sus patronos.

-¿Cuántas fotografías nos va a robar la España vacía?

-Yo ya tengo 76 años y hay montones de fotógrafos a los que les toca trabajar ahora.

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