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El público en una edición del Festival Internacional de Benicàssim. txema rodríguez

30 años del FIB, de espejo para otros festivales a ser uno más

El Festival Internacional de Benicàssim, que comienza este jueves, cumple tres décadas de vida | Cancelaciones por su vinculación al fondo KKR y un cartel con escasa ambición internacional marcan la cita que dejó noches memorables con Björk, Jon Spencer, Lou Reed, Amy Winehouse, Radiohead, Oasis, Chemical Brothers, Massive Attack y Tame Impala

Carmen Velasco

Valencia

Martes, 15 de julio 2025, 00:28

El Festival Internacional de Benicàssim (FIB) fue el espejo (quizá también la escuela) en la que reflejaron (aprendieron) todos los festivales que vinieron después. ... Con sus luces y sus sombras, el ejemplo del FIB marcó la línea a seguir durante años. Influyó decisivamente no sólo en las citas musicales veraniegas sino en el panorama cultural de todo el país. Su nombre resonó fuera de las fronteras patrias.

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Los fibers, los más nostálgicos o los más puretas, recuerdan noches memorables con artistas como Björk, Jon Spencer, Lou Reed o Amy Winehouse. Otros recurrirán a los nombres de Radiohead, Oasis, Pet Shop Boys, Chemical Brothers, Massive Attack, Tame Impala, The Charlatans o The Jesus Mary Chain. Los dos últimos formaron parte del cartel de la primera edición, celerbada del 4 al 6 de agosto de 1995 en el Velódromo de Benicàssim.

Los orígenes del FIB forman parte de la historia cultural de España. Los cimientos del FIB nacieron en la sala Maravillas de Madrid. Los hermanos Miguel y José Luis Morán fueron los impulsores del FIB. Idearon poner en marcha tres días de conciertos en un pueblo del litoral. Contaron con el apoyo de Luis Calvo (Elefant Records) y Joako Ezpeleta (Spiral, Viajo a los Sueños Polares). Funcionó, vaya que funcionó... En pocas ediciones, el festival -al que acudió Pedro Sánchez cuando era y no era presidente del Gobierno- cuajó, enganchó al público multitudinario y extranjero (los asistentes británicos fueron los más fieles)y engatusó a las autoridades locales. Se dio la cuadratura del círculo (música, turismo y verano) y fueron la inspiración para el resto de festivales que llegaron después: Primavera Sound, al Bilbao BBK, Mad Cool y tantos otros.

La fama de los primeros años se ganó a pulso: una programación con ambición, un recinto cómodo, un buen ambiente y un trato excepcional hacia los artistas (que hablaban muy bien de la cita de Benicàssim y siempre estaban dispuestos a repetir). La profesionalidad del FIB fue fundamental para que se asentara en la Comunitat y se convirtiera en referente para otros. En toda esta maquinaria, bien engrasada, fue imprescindible no perder el control, es decir, los hermanos Morán estaban encima de la cita musical. Así fue hasta que en 2009 vendieron (por casi nueve millones de euros, según los correveidiles de la época): pasó a manos del empresario Vince Power, que también gestionó los festivales de Reading y Glastonbury. Algunos fibers sitúan el punto de no retorno en esta transacción. En 2014, Melvin Benn se hizo con el FIBy la sangría económica y la deriva musical de su antecesor se acrecentaron. En 2013 Maraworld, que explotaba el FIB bajo el mandato de Benn, entró en concurso de acreedores. Y en 2014, los hermanos Toño y David Sánchez se hacen con el FIB. Los todopoderosos socios de The Music Republic, que gestionan Arenal Sound, Interstellar y el Festival de les Arts, 'cazan' el referente festivalero del país. Los empresarios valencianos practican la fórmula de indie comercial que precede a sus macroconciertos, ecuación que genera éxito de público y beneficios económicos.

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Fue bajo el mandato de los hermanos Sánchez cuando el FIB dejó de celebrarse, pero no fue por causas atribuibles a la gestión de los empresarios valencianos sino por la pandemia de covid: no hubo edición en 2020. Ni del festival de Benicàssim ni de otros tantos.

El FIB tiene, efectivamente, 30 años pero celebrará en horas la edición número 29. ¿Cómo afronta el próximo ejercicio? Con cierto revuelo. En Providence Equity Partners, a través de la plataforma Superstruct Entertainment, adquirió la empresa The Music Republic. En 2024, el fondo israelí KKR compró Superstruct Entertainment.

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El grupo andaluz Califato 3/4 no actuará en la próxima edición del FIB, prevista para el próximo 19 de julio en Benicasim (Castellón) debido a que el festival está vinculado con el fondo de inversión estadounidense Kohlberg Kravis Roberts, más conocido por las siglas KKR. ¿Por qué está en el punto de mira KKR? Participa en la promoción inmobiliaria en los territorios ocupados ilegalmente por Israel en Palestina, según denunció 'El Salto'. Lo hace a través de otro conocido conglomerado, el grupo alemán Axel Springer, del que KKR es principal inversor desde 2019.

Como rechazo, numerosas bandas han cancelado su participación en el FIB:Residente, Judeline, Califato 3/4, entre otras. Esta polémica, que afecta a otras citas en España, y un cartel sin ambición internacional, vienen a corroborar que el FIB, que empieza el jueves, es un festival más.

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