Un Plan de Movilidad para un municipio de 562 habitantes

El anuncio para su exposición pública de sendos planes de Movilidad y de prevención de Riesgo Sísmico para un pueblo de solo 562 habitantes llama la atención. La explicación pudiera estar en que presenta una orografía que dificulta la circulación y, por otra, que esté sufriendo episodios sísmicos que hagan necesario estar preparado para cualquier contingencia.

Pero parece ser que no es el caso de El Palomar, a pesar de que el municipio se encuentra inmerso en ambos proyectos. Según explica el alcalde, Jordi Vila, no es un pueblo con cuestas, ni con barreras arquitectónicas. Todo lo contrario, las calles son llanas y parece ser que tampoco hay mucho tráfico, porque la mayoría de los vecinos van andando a todos los sitios. Por otra parte, desde 1901 en el que se destruyó el campanario de la iglesia, no se ha producido ningún terremoto grave.

Un Plan de Movilidad, otro de Riesgo Sísmico y todos los que tengan que llevarse a cabo para conseguir recursos para el municipio. Esa es la premisa en la que se basa el alcalde para llevarlos a cabo, "y si con ellos nos adelantamos a la Agenda 2030, tanto mejor", indica.

No obstante, el primer edil lamenta que no les quede más remedio que asumir estos planes, cuando en municipios como El Palomar tiene otras prioridades, abogando por planes relacionados con el despoblamiento, porque no tienen los mismos problemas que otros municipios que, por sus características, sí que son necesarios esos proyectos.

Al respecto, es crítico con la fórmula que utilizan las administraciones para repartir las ayudas. "Criterios como el número de habitantes o la recaudación, se tienen en cuenta a la hora de la distribución, pero también se consigue un porcentaje, el 1% , si se tienen planes como estos", explica.

Es por ello que aboga por que se otorguen las ayudas a proyectos que verdaderamente sean necesarios para cada municipio. De hecho, son muchos los ayuntamientos de poca población que reivindican que no se establezcan criterios homogéneos.

"Nosotros tenemos como principal problema el de la despoblación porque hace 40 años la gente mandó a sus hijos a Valencia a estudiar y estos no han vuelto a El Palomar. Impulsamos, aprovechando el boom inmobiliario, la construcción de viviendas que propició que algunas familias vinieran a vivir ganando población y hemos abierto un camping y habilitado varias casas rurales para dar vida al municipio, pero aún así es insuficiente", subraya.

Desde una de las administraciones que concede estas ayudas, la Diputación de Valencia, subrayan que ningún municipio está obligado a realizar estos planes y, a diferencia de lo que ocurría antes (que se otorgaban por temas y los consistorios decidían si optaban o no a ellos), la institución provincial establece Planes de Inversiones bianuales y los ayuntamientos tienen total libertad para invertirlos en los proyectos que creen necesarios para su pueblo.

Sí reconocen la existencia de incentivos a la hora del reparto de dichas subvenciones si se cuentan con estos planes, pero insisten en que no son un condicionante para que ellos dispongan y deciden sus prioridades a la hora de destinar las ayudas del Plan de Inversiones.

El nuevo Plan de Inversión 22-23 se dará a conocer próximamente, según informan desde Diputación. La pasada semana se detallaba la aportación de los Fondos de Cooperación destinada a los municipios, en este programa conjunto con la Generalitat. En el caso de El Palomar la cantidad que recibe de estos fondos es de cerca de 70.000 euros, 69.978,35 euros.

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