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El centro de salud Torrent I es que más agresiones acumula en la Comunitat. Irene Marsilla

Sanidad no ha puesto seguridad en los centros con más agresiones pese a comprometerse hace más de un año

Las amenazas y golpes al personal siguen sin control en Torrent, Burjassot o Campanar, los tres con más casos de violencia

José Molins

Valencia

Jueves, 23 de noviembre 2023, 00:32

Con casi mil agresiones en los centros sanitarios valencianos al año, la violencia en centros de salud y hospitales se ha convertido en un ... problema de primer orden que cada vez preocupa más y causa un mayor número de bajas de profesionales por ansiedad. Hace más de un año la conselleria realizó un informe que consistía en un mapa de riesgo para ver cuáles eran los puntos con más incidencias y estableció un plan de prevención. Sanidad se comprometió en julio de 2022 a poner personal de seguridad en los centros con más casos de violencia, pero todavía no lo ha hecho.

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Los ambulatorios de Torrent I y Campanar, que ocupan los dos primeros puestos del ranking de violencia, no tienen vigilantes de seguridad, y el tercero, Burjassot I, sólo cuenta con una persona que lleva más de diez años, por lo que tampoco allí se ha reforzado la seguridad, tal y como se comprometió Sanidad en su informe, realizado todavía en la etapa del Botánico, pero que el actual gobierno autonómico tampoco ha solucionado. En concreto este informe sobre la prevención de agresiones a sanitarios establecía la recomendación de «reforzar las medidas de seguridad en los centros de nivel 3», que son los 20 centros de salud con más casos de violencia, y entre los que también se encuentran, además de los citados, Xirivella, Torrent II, Benicarló, Serreria, Paterna o Peñíscola, entre otros.

El centro de salud Torrent I es el más conflictivo de la Comunitat. El pasado 3 de noviembre dos celadoras fueron amenazadas de muerte allí y aún continúan de baja por depresión. «La situación es insostenible, hay falta de personal y no se sustituyen las bajas. La presión asistencial es enorme en Torrent, que además tiene una ubicación un poco complicada, con gente con mucha agresividad», señala Carmen Torró, enfermera y delegada de UGT en este departamento. «Raro es el día que en este centro no hay algún problema de agresión verbal, sobre todo, pero también han llegado a agresiones físicas. Las últimas fueron verbales, pero porque hubo gente que se puso por en medio para que no fueran a más», explica la sanitaria.

Los trabajadores del centro reclaman más seguridad, pero por el momento la única opción que se ha ofrecido, tal y como dijeron a los empleados desde la administración del ambulatorio, ha sido poner cámaras de vigilancia, que tampoco se han instalado todavía. «La gente tiene miedo porque los trabajadores que residen en Torrent no denuncian las agresiones verbales ante posibles represalias. Y de hecho ha pasado, les han esperado en la puerta, han llegado a pincharles las ruedas del coche», añade Torró.

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En Burjassot una auxiliar administrativa alertaba de que la semana pasada también hubo agresiones verbales a una compañera en el centro, y que se trata de algo habitual por parte de pacientes agresivos. Precisamente las administrativas, los celadores y las enfermeras son los profesionales más afectados por estas agresiones. «Son el primer escalón que se encuentra el usuario. Si les dicen que tienen que hacer cola o que no pueden pasar, ya puede haber lío. El empujón ya es como norma habitual, no ha pasado nada gordo pero sí agresiones y amenazas, hacen como si fueran a pegarte, es lo típico. Ocurre casi todos los días, en el hall siempre se monta alguna gresca, incluso entre los propios usuarios, con insultos», dice la sanitaria de Torrent.

La falta de personal sanitario provoca masificaciones y colapso, y esto se traduce en esperas de varias horas para ser atendido. Algo que se convierte en un avispero en estos centros, donde la agresividad está a la orden del día. «Hay gente que pierde los nervios y lo pagan con el profesional que está más cerca. Lo que se necesita es personal para atenderlo, porque el usuario no puede pagar esa falta de profesionales, y la atención se demora. Aunque es verdad que no hay que perder los nervios así», apunta.

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Entrada del centro de salud Burjassot I, uno de los más conflictivos. J. M.

En el caso de Xirivella, que ocupa el séptimo puesto en agresiones, hace tres años la anterior conselleria puso un vigilante de seguridad que atenuó mucho la violencia. Fue a raíz de que un paciente molesto estrellase un coche contra la vidriera de la fachada. De hecho, aunque el centro de salud sigue entre los primeros puestos, se han reducido las agresiones allí. Pero, al igual que el resto de centros de máximo nivel de alerta, no ha tenido ningún refuerzo en vigilancia desde la publicación de este documento.

Según el Informe de Accidentabilidad Laboral de la Conselleria de Sanidad, las agresiones en centros sanitarios fueron 975 durante el año 2022. De ellas, 123 fueron físicas, mientras que 362 supusieron amenazas o coacciones y 490 fueron insultos, descalificaciones o humillaciones. La tasa de es de 15 sanitarios agredidos por cada 1.000 profesionales, lo que supone un fuerte aumento respecto a los dos años anteriores, ya que en 2021 esa tasa fue de 9 agredidos.

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Llama la atención que la inmensa mayoría de estos sucesos afectan a mujeres, porque las agredidas fueron 774 el año pasado, por 201 hombres. El 62% del total de los incidentes se producen en la Atención Primaria, que tiene una tasa de peligrosidad cuatro veces superior a la Atención Especializada. Enfermeros, celadores y personal administrativo son quienes más sufren la agresividad de los usuarios y pacientes, y en menor medida también los médicos. Y donde más peligro de que se produzcan episodios de violencia hay es dentro de la consulta y en el mostrador, sobre todo cuando tardan en ser atendidos. Entre estas dos áreas suponen el 85% de las agresiones en Primaria.

Según este informe de Sanidad, los desencadenantes más frecuentes para que se consume una agresión son la demanda de atención inmediata por parte del paciente, que no quiere esperar, incluso sin tener cita, aunque tenga gente delante. También la disconformidad con el trato recibido y la no aceptación de las normas del centro sanitario. Y también influye el estado del paciente, si está bajo la influencia de alguna sustancia o bebida.

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